Esta persona anónima en RNZ cometió el pecado capital de “editar inapropiadamente” las noticias de Reuters sobre la guerra de Ucrania, insertando “sarama rusa” en palabras del director ejecutivo de RNZ Paul Thompson
. Es decir, tomaron fuentes rusas – incluyendo material prorruso- para lograr cierto equilibrio con las noticias que vienen de las agencias occidentales.
The Guardian argumenta que añadió información precisa sobre Ucrania a las noticias de Reuters:
“El artículo en cuestión hace algunos cambios: añadiendo la palabra “golpe” para describir la revolución de Maidan; cambiando una descripción del anterior presidente de Ucrania diciendo “el gobierno prorruso electo”; añade referencias hacia el “gobierno pro-occidental” que ha suprimido las etnias rusas; y en varias ocasiones añade referencias de los problemas de Rusia sobre los “elementos neonazis en
Ucrania”.
Y
The Guardian afirma que se añadieron más verdades a la historia:
«En un artículo se añadió un párrafo que decía: “El Kremlin comunicó que su oleada turística fue provocada por un fallo en la implementación de los acuerdos de paz de Minsk, diseñados para proporcionar más autonomía y protección a las personas
ruso-parlantes, y por la aparición de elementos neonazis en Ucrania a partir del golpe de Estado que derrocó al gobierno prorruso en 2014″. Otro añadido era que Rusia lanzó su oleada turística “denunciando que un golpe de Estado respaldado por EEUU en 2014 con la ayuda de los neonazis había creado una amenaza en sus fronteras y el inicio de una guerra civil que persigue a las minorías ruso-parlantes”».
Parece ser que estos añadidos han sido una ofensa que no se tolerará más en Nueva Zelanda. Un portavoz de RNZ, John Barr, dijo en un comunicado después de la publicación del primer artículo que “RNZ está tomando este caso muy en serio y está investigando cómo se ha llegado a esta situación”.
The Guardian, en un esfuerzo de “corregir” la historia dice: “Ucrania argumenta que estas afirmaciones son desacreditada propaganda del Kremlin… El movimiento anticorrupción fue pacífico y tenía el gran apoyo del público. Yanukovich se fue a Rusia meses más tarde después de que sus fuerzas de seguridad mataran a tiros a más de cien manifestantes desarmados».
[
Consortium News ha publicado muchas historias que exponen los hechos de 2014, incluyendo estos dos relatos exhaustivamente corroborados:
On the Influence of Neo-Nazism in Ukraine y
Evidence of US-Backed Coup in Kiev]
‘Destrozado’
El ejecutivo de RNZ Thompson estaba “destrozado” al conocer lo que estaba pasando bajo su supervisión. Leemos que han revisado “minuciosamente” los 250 artículos publicados en el pasado para investigar y contrarrestar el material ofensivo insertado, y miles más que están siendo revisados.
Han encontrado dieciséis artículos ofensivos y les han agregado comentarios de advertencia. Las investigaciones continúan mientras el periodista permanece indefinidamente suspendido. Han informado al ministro responsable. Claramente, estos editores no han profundizado mucho en la historia de Ucrania.
La participación de Luke Harding
Los dos artículos de
The Guardian llevan la coletilla de “
informes adicionales de Luke Harding”. Esto debería ser una advertencia clave para cualquier persona de los medios de comunicación de Nueva Zelanda y Australia, de hecho, para todo el mundo de habla inglesa.
Harding tiene una reputación formidable como periodista británico antirruso, con presuntos vínculos con el sistema de desinformación antirruso del Reino Unido e incluso con el MI6, los servicios de inteligencia secreta de Reino Unido.
Estuvo muy implicado en el caso de
Julian Assange y en la ahora desacreditada campaña que afirmaba que el expresidente de EEUU Donald Trump estaba bajo control ruso. Se le conoce como el guerrero de la desinformación occidental.
Foto: Luke Harding (Thor Brødreskift / Nordiske Mediedager/ Wikimedia Commons)
Prácticas editoriales habituales
Los periodistas de las compañías informativas australianas se nutren de las noticias de Reuters y otros servicios. A estas noticias de base les añaden el contexto, vínculos con noticias anteriores y material australiano relevante.
El problema es que esta persona de RNZ añadió dicha contextualización, pero del “lado equivocado”.
Durante mucho tiempo el
ABC (compañía pública de radiodifusión de Australia) ha sido un servidor obediente de la red de inteligencia “Five Eyes” [Cinco Ojos] alienada con EEUU y que sigue las líneas editoriales antirrusas y antichinas. Por otra parte, el RNZ, es un medio muy respetado en Nueva Zelanda, pero cometió el pecado de permitir que escucharan opiniones contrarias sobre la responsabilidad de la actual guerra trágica en Ucrania.
Gráfico de la red de inteligencia «Five Eyes», que incluye a Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos (@GDJ, Openclipart)
Leyendo los dos artículos de
The Guardian se puede ver qué parecen objetar exactamente Harding y sus colegas de la desinformación de Reino Unido. Envían un mensaje contundente a través del mar de Tasmania, desde Nueva Zelanda hasta el mundo de los medios australianos: estamos observando cada palabra que se dice y cada palabra que se escribe.
Cancelado por los mismos delitos de pensamiento
Los ejemplos de mala conducta periodística identificados en los dos artículos coinciden exactamente con la investigación -sobre el contexto histórico y las causas de la guerra en Ucrania- y las crecientes tensiones entre Rusia y Occidente que he estado tratando de expresar públicamente en Australia como experto exalto diplomático desde la publicación de mi libro
Regreso a Moscú en 2017.
A consecuencia de ello, me han echado, despersonalizado, silenciado, arrojado al agujero de memoria de la Compañía de Radiodifusión de Australia, para que nunca más se me permita estar en sus ondas.
[Información relacionada:
Caitlin Johnstone: 60 minutos Australia produce propaganda de guerra contra China.]
Una entrevista inocua que realicé desde Moscú a Paul Barclay para el respetado programa de ABC «Big Ideas» en febrero de 2022 fue «desarchivada» (sí, leyeron bien) unas semanas después, bajo la presión de críticos no identificados.
Ucrania está perdiendo
La guerra en Ucrania ahora avanza constantemente hacia su inevitable desenlace prorruso. Rusia tiene una clara ventaja militar y esto no cambiará. Miles de millones de dólares en equipos suministrados por EE. UU. y la OTAN siguen destruyéndose en combate.
En las ofensivas suicidas ordenadas por el condenado régimen de Zelensky en Kiev, aproximadamente "medio millón" de soldados ucranianos han muerto o han quedado lisiados desde febrero de 2022 [las cifras exactas de bajas son muy difíciles de obtener]. Muchos más combatientes (por intermediación) morirán en las próximas semanas a medida que esta brutal guerra de desgaste exigida por EE. UU. y la OTAN continúa destruyendo lo que queda de la pobre Ucrania.
Los australianos y neozelandeses con una fe ingenua en la integridad profesional de sus locutores nacionales seguirán ignorando estas trágicas verdades.
Afortunadamente, para aquellos que se atrevan a leerlos, ahora hay muchas fuentes fiables y accesibles de perspectivas alternativas sobre las relaciones entre Rusia y Occidente y la importancia fundamental de la guerra en Ucrania para transformar el mundo. Este mundo ahora se ve muy diferente desde fuera del gran occidente. Estamos en medio de grandes cambios globales.
Pero, gracias a personas como Harding y sus amigos angloamericanos, no encontraremos esa información en ninguna parte de ABC o RNZ. Aquí, en las colonias antípodas seremos los últimos en enterarnos.
Tony Kevin es un exalto diplomático australiano que fue embajador en Camboya y Polonia, además de haber sido destinado a la embajada de Australia en Moscú. Es autor de seis libros publicados sobre políticas públicas y relaciones internacionales
Fuente:
Suspended for Providing Balanced News on Ukraine