No entiendo tu mensaje.
Busquen "monetizar deuda" y verán que es algo común.
Lo que quiero decir es que la cantidad de dinero que el banco central inyecta en la economía está limitada por su capacidad para engañar a los tenedores de bonos y de dinero-papel.
La idea de que el banco central, por ejemplo la FED, puede
emitir falsificar sin consecuencias 25 billones de dólares para la compra de deuda (o la cantidad que aún no está en sus manos), y por tanto expandir en esa cantidad la oferta monetaria, es completamente falsa.
Desde muy antiguo, todos los gobiernos han estado interesados en falsificar la moneda para su propio beneficio. En todos los casos en que la falsificación ha superado cierto umbral de desvergüenza y enajenación mental, la moneda se ha corrompido y se ha producido el colapso, entendido como la pérdida de confianza en su valor futuro.
Lo cual ocurrió en EE.UU. muy recientemente, hacia 1977 el Tesoro se vió obligado a emitir bonos denominados en francos suizos, ya que la confianza en el valor del dólar colapsó.
Y esto es independiente de tener 1, 11 o 10.000 portaviones.
Lo que todo esto significa es que
el privilegio de emisión no está exento de riesgos, como parece deducirse de gran cantidad de opiniones prosistema, del tipo "El banco central no puede quebrar", o "el tesoro puede emitir cualquier cantidad porque el gobierno posee la máquina de imprimir dinero", etc.
El emisor debe mantener intacta su credibilidad y una reputación intachable, para que sus papelitos ofrezcan a sus usuarios confianza en su valor futuro. Cuando esta se rompe, por emisión descontrolada, por enfermedad o fallecimiento del emisor (en el caso de individuos), o por la razón que sea, su dinero puede pasar a valer poco o nada, en un lapso de tiempo que puede llegar a ser muy corto.
Esto último es lo que denominamos hiperinflación. En el interín, y una vez que la inflación aparece, es insidiosa y no hay (casi) nada que pueda hacerse para volver a la situación original.
Por último, ¿cual es el valor final de todas las monedas fiat a lo largo de la historia?
CERO.
Ningún gobierno, ni siquiera el de Suiza, puede resistirse a la tentación de falsificar (es decir, estafar a los tenedores de su papel). Lo único que cambia es la tasa a la que cada gobernante destruye su moneda.