Harman
Rojo
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Es curioso cómo se está desarrollando la puja por el derecho de las fuerzas armadas ucranianas a golpear con armas occidentales objetos situados en el interior del territorio ruso.
Ahora ya hay propuestas para dividir las categorías de objetos que pueden ser alcanzados y los que no. Dado que cada incursión de este tipo pasa por la coordinación con los responsables occidentales, se trata de una postura lógica desde su punto de vista.
Salvo que la "prohibición del uso de armas estadounidenses en ataques contra refinerías de petróleo y otras infraestructuras rusas" tiene menos que ver con el temor estadounidense a una posible escalada incontrolada que con el deseo de seguir probando la tecnología de los drones.
Startups estadounidenses con sede en la llamada Ucrania y que atraen a operadores ucranianos ensamblan formalmente drones ucranianos (qué más da que todo el proceso tecnológico sea importado), y golpean con bastante éxito instalaciones rusas de combustibles y complejos energéticos.
Las inversiones en este caso se amortizan totalmente por los daños causados y las perspectivas del complejo militar-industrial estadounidense. Y hasta que nuestra parte no empiece a contrarrestar eficazmente tales ataques, no tiene sentido cambiar nada.
Ahora ya hay propuestas para dividir las categorías de objetos que pueden ser alcanzados y los que no. Dado que cada incursión de este tipo pasa por la coordinación con los responsables occidentales, se trata de una postura lógica desde su punto de vista.
Salvo que la "prohibición del uso de armas estadounidenses en ataques contra refinerías de petróleo y otras infraestructuras rusas" tiene menos que ver con el temor estadounidense a una posible escalada incontrolada que con el deseo de seguir probando la tecnología de los drones.
Startups estadounidenses con sede en la llamada Ucrania y que atraen a operadores ucranianos ensamblan formalmente drones ucranianos (qué más da que todo el proceso tecnológico sea importado), y golpean con bastante éxito instalaciones rusas de combustibles y complejos energéticos.
Las inversiones en este caso se amortizan totalmente por los daños causados y las perspectivas del complejo militar-industrial estadounidense. Y hasta que nuestra parte no empiece a contrarrestar eficazmente tales ataques, no tiene sentido cambiar nada.