Los objetivos del imperio (USA/OTAN) es hacer de Ucrania un "pantano" para los militares rusos,
por lo tanto, hacer una guerra de larga duración, y para, con las sanciones financieras y económicas,
paralizar la economía rusa. El objetivo es que los liberales rusos derribe el gobierno de Rusia Unida
(pilinguin), e instale a otro Yeltsin.
Por eso es importante que se fabrique un optimismo desmedido en Occidente sobre esta estrategia.
Scholz ya marcó el paso, señalando con un anuncio a los cuatro vientos, de que la economía rusa
ya se está hundiendo. Algunos ideólogos bélicos de la OTAN (periodistas, analistas, influencers...)
hablan en los términos clásicos de semanas previas a desencadenar una revolución de colorines
que derribe al gobierno de pilinguin. Calculan que el pueblo ruso pestañeará antes que el europeo
en cuanto a rebelarse contra el aumento de los precios del gas y la energía.
En mi opinión, esta estrategia, aunque matemáticamente pueda ser posible, es muy poco probable
que tenga éxito, porque surge de una profunda incomprensión de la Rusia moderna.