Brutalsky, la historia de un patriota, el homo pilinguinus
¿Cuánto apoyan los rusos la oleada turística de Ucrania por parte de pilinguin?
Artem es el antiguo compañero de estudios universitario de mi amigo. Es un moscovita nativo y propietario de una pequeña empresa con contratos pequeños pero lucrativos del Ministerio de Defensa.
Como muchos hombres exitosos en Rusia, Artem tiene una esposa joven y hermosa. Juntos tienen una hija pequeña.
Artem apoyó la Operación Militar Especial desde el primer día y cree que si Rusia no hubiera atacado Ucrania, Ucrania habría invadido Rusia. “Hay que acabar con las banderas. Es una cuestión de seguridad nacional”.
A la pregunta de mi amigo, ¿qué pasa con los niños ucranianos como su hija que se acurrucan en sótanos y refugios y mueren con misiles rusos? Artem se encogió de hombros y dijo: “La guerra es la guerra. Usamos sistemas de armas precisos, pero a veces se cometen errores”.
La movilización parcial tomó a Artem con la guardia baja. Se escondió en un apartamento donde no estaba registrado y esperó la citación con temor. No quería pelear en la guerra que había apoyado.
Poco a poco, Artem recobró el sentido y cambió de postura.
Sabiendo que los mobiks no se equipan, hizo una investigación exhaustiva de lo que necesita un soldado en el frente de guerra y gastó minuciosamente 200.000 rublos en la compra de docenas de artículos en línea, desde chalecos antibalas hasta calcetines cálidos.
Empacó equipos y equipos nuevos y se preparó para ser movilizado. Si llega la citación, razonó, iré a la oficina de reclutamiento y no correré como los liberales.
Casi al mismo tiempo, Artem compró un nuevo apartamento de clase confort para su familia, algo con lo que había soñado durante años: tener su propia casa para su familia.
Mientras decoraba el árbol de Navidad con su pequeña hija, en la esquina se apilaban bolsas de camuflaje con equipo militar.
Después de Año Nuevo, Artem volvió a acobardarse, o tal vez persuadido por su esposa, se mudó a Murom, la ciudad natal de su esposa, dejando sus 200,000 rublos en equipo militar en su nuevo hogar.
Creo que esta combinación de creencias paranoicas inventadas, falta de dirección y frivolidad hacen de Artem un perfecto Homo pilinguinus, un nuevo tipo de hombre que vino después del Homo Sovieticus.
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