-El estado es un organismo muy complejo y no se puede tratar como algo simple. Y en especial si se trata de un estado liberal cuya premisa es la existencia de contrapoderes. En tal sentido, del mismo modo que estamos de acuerdo en que los legisladores (políticos) no están para impartir justicia o hacer cumplir la ley, para ello hay, al menos teóricamente, cuerpos independientes encargados de dichas tareas, debería de entenderse que el estado no está para hacer negocios, sino para crear marcos comunes sobre los que, los privados, hagan negocios. Y todo negocio debe ser privado.
-¿Qué sucede si el estado se dedica hacer negocios? Si el estado actúa como un agente económico más dentro del mercado, tarde o temprano termina volviéndose en parte, legislador, polícia y juez a la vez. Con lo cual tarde o temprano el estado suele dejar de hacer de actuar objetivamente (con la legislación de las leyes, su observación y aplicación) para dedicarse a defender sus intereses como parte. Hecho que termina socavando el principio de que haya contrapoderes dentro del estado que eviten despotismos.
Por tanto, uno de las vías para desarrollar totalitarismos es dejar que el estado haga negocios. Si se priva de ello, entonces es mucho más complicado que suceda.
Muy bien expresado.
Es más, añadiría que, incluso en la principal función del legislador, existe el incentivo perverso no de querer la mejor legislación posible, sino de pensar en réditos electorales y en beneficiar a la masa de acólitos. Por mucho que no sea un negocio (que luego sí!) es constante el premio/castigo de distintos grupos según esos intereses.
B:
Tiene bastante razón Milei cuando dice que los colectivistas, que no son más que totalitaristas encubiertos, se creen superiores a los demás porque se imaginan que sólo ellos saben qué valen las cosas (qué cosas son importantes y qué no), cómo deberían de comportarse las personas o bien, cuál es la mejor forma de que se interrelacione la gente. Además, no admiten errores o perjuicios; cuando no admitir perjuicios y errores es el mayor error que se puede cometer -todo lo que aspira a la grandeza admite sin problemas muchos errores y perjuicios, que los trata como alimento para crecer.
Pero esta mentalidad totalitarista sucede tanto en los estados como en muchas empresas (o equipos de futbol), donde el jefe trata a los trabajadores como puros autómatas. Allí debe hacerse todo tal y como indica el jefe, o el protocolo -el sistema. Y los incentivos para desarrollar nuevos procedimientos o arreglos de forma autónoma según las circunstancias son nulos. De hecho, ante un problema la gente sometida a este tipo de dinámica ya tiene interiorizado que deben de esperar un nuevo protocolo del sistema que les indique cómo actuar.
Toda esta forma de pensar, organizar y vivir ha dominado durante décadas la mente de muchas personas. Especialmente la mente de personas sumamente mediocres y serviles -con muy poca autoconfianza o talento. La esencia del liberalismo organizativo, que también se empieza a implantar en algunas empresas, no se basa en protocolos ni larguísimas cadenas burocráticas de toma de decisiones, las cuales se terminan tomando por criterios muy espurios (hay mucha corrupción interna en las empresas que funcionan así).
Este tipo de organizaciones liberales se basan, no en protocolos y largas cadenas de transmisiones de decisiones, sino en establecer y valorar objetivos y resultados. Las decisiones se toman dentro de cada ámbito de acción, que comunica sus resultados (no las decisiones tomadas), y entonces se comparan con los objetivos establecidos. La dificultad organizativa, pues, estriba en saber generar buenos grupos de trabajo, establecer marcos de interrelación entre diferentes grupos de trabajo y saber establecer buenos objetivos para que cada grupo trabaja a su aire, pero siempre en consonancia con los demás grupos.
El liberalismo tiende a esta forma de autoorganización.
Como escuché hace tiempo, el matiz que los colectivistas/estatistas no entienden de los liberales es que no quieren decidir cómo vivan los demás.
Y sí, por supuesto que pasa en todos los ámbitos, en empresas y hasta en familias y grupos de amigos. Siempre te encuentras a personas que intentan decir a los demás constantemente cómo deben comportarse.
Pero en la penitencia está el castigo; coge una pyme de esas en las que el jefe no es capaz de delegar, y asumir que otras funciones pueden hacerlas otras personas bastante mejor que él, y te encontrarás la mayor barrera posible al crecimiento. Una pyme solo puede crecer en base a departamentizar y dar responsabilidades a especialistas que son mejores en lo suyo que el dueño.
Muchos quienes defienden el capitalismo suelen considerar que la riqueza es el máximo valor vital, es decir, ganar dinero es lo más importante de una empresa. Pero para mucha gente esto no es así. Para mucha gente, la pobreza es un grave problema, pero la riqueza no un objetivo vital. Si se entiende esto entonces se comprenden muchas dinámicas sociales y personales. Y de ello se han aprovechado siempre los socialistas.
Creo que si muchos capitalistas entienden que si bien un objetivo es sacar un país o una empresa de a ruina, llega un punto que el objetivo ya no es ganar dinero sin más. De hecho, es lo que refleja la famosa pirámide de Marlow.
Al final, el problema rellenito de un estado socialista, dejando de lado que termina imponiendo un sistema protocolario y largas cadenas de toma de decisiones absurdas y corruptas, es que no respeta los 4 pilares básicos de la economía:
Autoformarse, trabajar-comerciar, ahorrar e invertir.
EL socialismo termina pervirtiendo y corrompiendo estos 4 pilares: se dedica a regalar titulaciones que no reflejan ni acreditan competencias, pero le permite vender a la embrutecida e ignorante población "educación de calidad" (genera inflación de títulos); desincentiva el trabajo-comercio porque nunca procura mejorar el mercado sino actuar a lo bruto y loco de tal forma que a todo el mundo le quede claro que el estado es el más fuerte y está actuando en el problema (actúan estúpidamente porque necesitan demostrar que son necesarios); torpedea el ahorro via inflación, impuestos, bajando tipos hasta niveles ridículos, etc; y emplea el endeudamiento no como forma de inversión productiva, sino para pagar gasto corriente o para pagar caprichos políticos y populistas (carreteras en zonas pauperizadas, pero que tienen importancia en votos en un momento dado, etc).
El problema es que el socialista no se da cuenta de que, cuando una empresa gana mucho dinero (sin que medie apoyo del estado...), está haciendo un beneficio enorme a la sociedad. Porque significa que está ofreciendo productos que la gente demanda a un precio que la gente puede pagar. Gracias a eso se queda riqueza.
Casi todos los socialistas (estatistas o colectivistas me gusta más...) no entienden que el problema de la humanidad hace 500, 1000, 2000 años (recordemos la postguerra nuestra....), o incluso ahora mismo en Cuba o Venezuela, no es que la gente no pueda pagar los productos, sino que....no haya productos.
Cuando las empresas consiguen vender muchísimo y llenar las estanterías, significa que están permitiendo que ese producto llegue a los ciudadanos. Esa es la principal magia. Y que haya competencia, y que por un sueldo se puedan adquirir proporcionalmente muchísimas más cosas que las que se podían adquirir hace 100 años.
Como decía Hayek, los socialistas lo son porque no saben de economía. Si supieran....no serían socialistas.