A nivel ético no veo la diferencia entre que no haya Dios o que haya un Dios que no tenga el menor interés en que se le rinda culto.
Esta es otra inconsistencia de las varias ya que he detectadoen sus mensajes, pero esta es demasiado grave para ignorarla.
Su confusión, igual de muchos de los que comentan por aquí, deriva de mezclar las elaboraciones ideológicas que proponen las religiones tales como profetas, papas, libros sagrados, rituales, santos y muchos etcéteras más, con el sentimiento más profundo, más elemental, más íntimo e ingenuo que puede tener un ser humano que es su creencia en Algo Superior.
Porque no es lo mismo creer en Yavé o Alá o Zeus u otros dioses, a creer en Dios, y quien no perciba el matiz, perseverará en vanas polémicas.
O sea, a ver si se entiende, hay dos cosas en juego acá:
Algo discutible y opinable, construido por los hombres que es la RELIGIÓN
Y algo sagrado e innato, exclusivo del Hombre, que es la RELIGIOSIDAD.
La religión muestra dónde está el bien y el mal de acuerdo a los intérpretes de ese dios en particular.
Por el contrario, la religiosidad brota de la intuición humana que es la que le indica de qué camino debe apartarse, porque está mal, y cual es el conveniente para hacer el bien. Nadie se lo ha enseñado, LO SABE
El ateo, niega que esa intuición exista y entonces, desnudo y sin sostén, fabrica su propia interpretación, porque no reconoce a ningún dios que lo oriente, pero lo más grave, niega su propia humanidad al no escuchar la voz silenciosa que le indica, desde la profundidad de su mente, qué puede hacer y que no puede hacer.