No habría retroactividad. Actualmente existe el despido por razones objetivas (productivas u organizativas) de 20 días y el improcedente de 45 (y, por supuesto, el disciplinario sin indemnización alguna)
Lo que parece pretenden es hacer más accesibles las condiciones para declarar un despido como procedente u objetivo, intentando desligar el proceso de la tutela judicial (los jueces suelen mirar muy mucho cuales son las razones productivas y organizativas que obligan a la "Very Big Corporation" -pongamos por caso- a reorganizar plantilla en tanto presenta beneficios de escándalo y crecimiento de 2 dígitos)
Si se abre la mano con este mecanismo podemos estar seguros de que el paro crecería en proporciones escandalosas.
Actualmente las grandes corporaciones están haciendo uso exhaustivo del despido de 45 días 'pactado'. El proceso es sencillo, el director de 1er nivel convoca al empleado a una reunión 'de trabajo' a la que se presenta acompañado de un representante de RRHH y en la que le hace un ofrecimiento que el trabajador no puede rechazar: o pactamos despido y te llevas los 45 días que es el máximo legal al que puedes aspirar o vamos a despido objetivo con sólo 20 días, tienes para decidirte 24 horas. Normalmente a la reunión los representantes de la Empresa acuden con un informe sobre el desempeño del trabajador acusándole de bajo rendimiento e informándole de lo innecesario de su puesto y cuyo objetivo no es otro que quebrar la jovenlandesal de este -aún más, después de la sorpresita- y que acepte los 45 días sin discutir. El trabajador en la mayor parte de los casos desconoce sus propios derechos -como el de llamar a un representante sindical a la reunión- y traga. Tampoco es que pueda hacer mucho más, pero la negociación siempre puede tener un ligero recorrido al alza ya que a la Empresa la interesa llegar a los tribunales con el acuerdo cerrado. De esta forma se están realizando enormes reestructuraciones que en realidad no son otra cosa que EREs encubiertos en empresas saneadas y con elevados beneficios.
Y, para los más ingenuos, no, no se trata de liberarse de trabajadores improductivos, se trata de liberarse de trabajadores, así sin más. El puesto de trabajo por lo general se amortiza o, en el mejor de los casos, se subcontrata.
La jugada para el Estado es ruinosa: pierde un trabajador que, por lo general, está en cotizaciones máximas y en tramos relativamente altos de IRPF y gana un parado con prestaciones máximas e intactas.
Si todo esto ocurre con un escenario bajo tutela judicial y con indemnizaciones de 45 días, cabe imaginar lo que ocurriría si se relajan las condiciones para el despido objetivo. Las únicas beneficiarias serían esas grandes corporaciones que tendrían aún más fácil acogerse a él en tanto, por supuesto, mantienen sus elevados beneficios, reparto de dividendos y crecimiento. Las empresas pequeñas que realmente afrontan problemas siempre han tenido abierta esa puerta.
Saludos.