No son conscientes de la semilla que están plantando en esos cerebros extremadamente receptivos. Yo no tengo larvas, pero si las tuviese no dejaría pasar esta excelente oportunidad para enseñarle que jamás confíe en el gobierno ni en los medios, que aprenda a escuchar solo a la gente válida, que vive rodeado de individuos ignorantes y cobardones cuya opinión vale lo mismo que nada y sobre todo que una vida con miedo no merece ser vivida. Es decir los valores exactamente opuestos a los que le quieren inculcar. Evidentemente la batalla sería diaria, titánica y fuente inagotable de conflictos por contracultural, el motivo principal por el que no entra en mis planes tener larvas.