follador de ucranianas
Himbersor
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En La Rebelión de Atlas la escritora mitad rusa mitad judía Ayn Rand describía un mundo en el que la masa social, socialista-marxista progre destruía el sistema capitalista con restricciones económicas en pro del igualitarismo.
En la novela, un genio inventor llamado John Galt junto a un par de amigos de similar estatura intelectual, forman una comunidad aislada en el interior de EEUU para retirarse hasta que colapse el sistema. Invitan a esta pequeña comunidad a gente que no quiera aprovecharse de los demás. Gente con una jovenlandesal intachable. Muchos de ellos son genios, otros son sólo trabajadores muy responsables. Pero gente "decente".
En la novela EEUU va colapsando y degradándose lentamente en un proceso similar al que vive Venezuela. John Galt predice que en cuanto dejen de llegar los trenes cargados de alimentos a Nueva York (centro de lo que queda del poder político y comercial), el país colapsará.
La novela acaba con el colapso de los trenes de alimentos camino de Nueva York.
Ayn Rand predijo el colapso de los EEUU por la inmoralidad de la gente, que acabaría colapsando el sistema económico. Los parásitos, que son mayoría, queriendo aprovecharse del esfuerzo de los demás.
En esa sociedad que va degenerando no hay nada que fuera a escandalizar a un español medio de hoy en día.
La degeneración es muy sutil:
Uno de los protagonistas, Hank Rearden, empresario de éxito del ferrocarril que inventa una nueva aleación tras mucho trabajo, está casado con una niña pija que sólo quiere gastarse su dinero en ropita y insensateces. La mujer se burla de las preocupaciones del marido. Los asuntos serios son "aburridos".
El hermano o cuñado (no recuerdo) es un parásito que vive de lo que le da el empresario. Trabaja en un sindicato.
Lo peor en la vida de este hombre, recto como una vara, es que trabaja como un cabrón para crear algo de utilidad, una aleación que mejoraría mucho la vida de la gente (trenes de alta velocidad y muy baratos) y nadie se lo reconoce. Los del sindicato lo intentan exprimir, su mujer le saca los cuartos... ni dios lo valora y el gobierno lo quiere expropiar.
Viendo en directo cómo va degenerando Europa por la gente de jovenlandia (el hilo sobre Italia es cojonudo) me acuerdo de mi infancia y primeros años de adolescencia.
Yo era un estudiante cojonudo y un deportista también cojonudo. Recto como una vara pero simpático al mismo tiempo. Habiendo vivido aislado del mundo, en un pueblo pequeño-mediano de interior, salía del pueblo cuando familiares me llevaban a exposiciones de museos de Madrid o Barcelona. Hablamos de una época sin internet.
Me esperaba mucho más del mundo una vez saliera de mi pueblo. Me esperaba niños informáticos, gente seria, gente formal y bien vestida. Gente de película antigua de Spielberg.
Al ver la cosa que me rodea, y que ni siquiera te dejan luchar por ella ya que son los propios europeos y los mass cosa, los puñeteros progres y los simples de remate incapaces de mantener una conversación sobre un tema serio... me alegro.
Lo que viene será peor durante algún tiempo, pero habrá una purga tremenda.
Si la gente fuese formal y seria, nada de esto habría pasado. En cambio se suceden cosas extrañas, como en la novela de La Rebelión de Atlas en la que los trenes fallan, la electricidad se corta, etc.
Son fallos policiales, del sistema... todos relacionados con la oleada turística de la gente de jovenlandia.
Son un reflejo de la amoralidad de la gente.
Tiene que haber una purga enorme. ENORME.
Esta sociedad no se merece que la gente de bien luche por ella.
La gente de bien son los Hank Rearden de la novela de la que hablo. Los putean. Los vilipendian. La gente los trata con desprecio. Las pilinguillas visilleras vilipendiando a la gente que vale mientras sacan fotos con su iMierda de tonalidad rosa de 700€.
Eso no puede ser. Se acabó esta cosa.
VIOGEN.
inmi gración MASIVA.
Cuotas feministas para perjudicar a las empresas.
Control de los medios de comunicación.
Todo es sarama.
Sufrirán inocentes, pero la gente de bien sufre con honor y dignidad. La gente de bien sabe morir con dignidad.
La gente no sabe ni debe vivir.
De aquí saldrá un mundo mejor. O los que sobrevivan se irán a algún lugar mejor en el que no dejarán entrar a la gente.
En la novela, un genio inventor llamado John Galt junto a un par de amigos de similar estatura intelectual, forman una comunidad aislada en el interior de EEUU para retirarse hasta que colapse el sistema. Invitan a esta pequeña comunidad a gente que no quiera aprovecharse de los demás. Gente con una jovenlandesal intachable. Muchos de ellos son genios, otros son sólo trabajadores muy responsables. Pero gente "decente".
En la novela EEUU va colapsando y degradándose lentamente en un proceso similar al que vive Venezuela. John Galt predice que en cuanto dejen de llegar los trenes cargados de alimentos a Nueva York (centro de lo que queda del poder político y comercial), el país colapsará.
La novela acaba con el colapso de los trenes de alimentos camino de Nueva York.
Ayn Rand predijo el colapso de los EEUU por la inmoralidad de la gente, que acabaría colapsando el sistema económico. Los parásitos, que son mayoría, queriendo aprovecharse del esfuerzo de los demás.
En esa sociedad que va degenerando no hay nada que fuera a escandalizar a un español medio de hoy en día.
La degeneración es muy sutil:
Uno de los protagonistas, Hank Rearden, empresario de éxito del ferrocarril que inventa una nueva aleación tras mucho trabajo, está casado con una niña pija que sólo quiere gastarse su dinero en ropita y insensateces. La mujer se burla de las preocupaciones del marido. Los asuntos serios son "aburridos".
El hermano o cuñado (no recuerdo) es un parásito que vive de lo que le da el empresario. Trabaja en un sindicato.
Lo peor en la vida de este hombre, recto como una vara, es que trabaja como un cabrón para crear algo de utilidad, una aleación que mejoraría mucho la vida de la gente (trenes de alta velocidad y muy baratos) y nadie se lo reconoce. Los del sindicato lo intentan exprimir, su mujer le saca los cuartos... ni dios lo valora y el gobierno lo quiere expropiar.
Viendo en directo cómo va degenerando Europa por la gente de jovenlandia (el hilo sobre Italia es cojonudo) me acuerdo de mi infancia y primeros años de adolescencia.
Yo era un estudiante cojonudo y un deportista también cojonudo. Recto como una vara pero simpático al mismo tiempo. Habiendo vivido aislado del mundo, en un pueblo pequeño-mediano de interior, salía del pueblo cuando familiares me llevaban a exposiciones de museos de Madrid o Barcelona. Hablamos de una época sin internet.
Me esperaba mucho más del mundo una vez saliera de mi pueblo. Me esperaba niños informáticos, gente seria, gente formal y bien vestida. Gente de película antigua de Spielberg.
Al ver la cosa que me rodea, y que ni siquiera te dejan luchar por ella ya que son los propios europeos y los mass cosa, los puñeteros progres y los simples de remate incapaces de mantener una conversación sobre un tema serio... me alegro.
Lo que viene será peor durante algún tiempo, pero habrá una purga tremenda.
Si la gente fuese formal y seria, nada de esto habría pasado. En cambio se suceden cosas extrañas, como en la novela de La Rebelión de Atlas en la que los trenes fallan, la electricidad se corta, etc.
Son fallos policiales, del sistema... todos relacionados con la oleada turística de la gente de jovenlandia.
Son un reflejo de la amoralidad de la gente.
Tiene que haber una purga enorme. ENORME.
Esta sociedad no se merece que la gente de bien luche por ella.
La gente de bien son los Hank Rearden de la novela de la que hablo. Los putean. Los vilipendian. La gente los trata con desprecio. Las pilinguillas visilleras vilipendiando a la gente que vale mientras sacan fotos con su iMierda de tonalidad rosa de 700€.
Eso no puede ser. Se acabó esta cosa.
VIOGEN.
inmi gración MASIVA.
Cuotas feministas para perjudicar a las empresas.
Control de los medios de comunicación.
Todo es sarama.
Sufrirán inocentes, pero la gente de bien sufre con honor y dignidad. La gente de bien sabe morir con dignidad.
La gente no sabe ni debe vivir.
De aquí saldrá un mundo mejor. O los que sobrevivan se irán a algún lugar mejor en el que no dejarán entrar a la gente.