Harman
Rojo
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Reescribir el pasado, manipular el presente
Reescribir el pasado, manipular el presente
31/10/2019
Tras varios años de insistencia por parte de las Repúblicas Populares y Rusia, Ucrania aceptó hace unas semanas comprometerse a cumplir la llamada “fórmula Steinmeier” para poner en marcha los puntos políticos de los acuerdos de Minsk de 2015. Ese compromiso, más allá de ser una vaga promesa de superar el bloqueo diplomático que rodea a los acuerdos de paz desde su firma, era además una exigencia de Moscú para aceptar la celebración de la cumbre de jefes de Estado o de gobierno de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania. Se trata de la cumbre del llamado “formato Normandía” en la que Kiev pretende forzar a Moscú a aceptar un compromiso sobre Donbass, sin participación de Donbass.
Como ya intentara hacer Petro Poroshenko, Zelensky pretende imponer la interpretación ucraniana de los acuerdos de Minsk, según la cual no habrá un estatus especial para Donbass que sea equivalente a una autonomía política sino a una descentralización administrativa sin contenido político alguno. Si Ucrania impone su postura, ni siquiera esa descentralización administrativa quedaría garantizada con su inclusión en la Constitución de Ucrania, que Kiev se niega a enmendar a pesar de haberse comprometido a ello con su firma en los acuerdos de Minsk.
Ese intento de reescribir los términos de los acuerdos se está repitiendo ahora con la “fórmula Steinmeier”. Pero ese no es el único uso que Kiev está haciendo de una fórmula que ha aceptado únicamente porque era uno de los prerrequisitos para la celebración de una cumbre en la que, sin presencia de Donbass, tendrá el apoyo explícito de Francia y Alemania contra las exigencias de Rusia de cumplir íntegramente los acuerdos de Minsk. Reescribiendo tanto la historia reciente como manipulando la situación actual, Ucrania pretende utilizar la retórica de paz que llevó a Zelensky a la victoria electoral contra Rusia. Todo ello, a pesar de que los bombardeos de las zonas del frente han continuado y se han incrementado bajo el mandato de Zelensky. Como ya hiciera Poroshenko, Zelensky se presenta como un presidente de paz mientras continúa bombardeando Donbass. Las mentiras y la manipulación son también un signo de continuidad de la nueva administración con respecto a su antecesora.
Artículo Original: Antifashist
Andriy Bohdan, jefe de la Administración Presidencial de Ucrania, cree que la derrota de Rusia en Ucrania es posible, no solo por con ayuda de las sanciones internacionales, sino con el impacto en la mentalidad de los rusos. Bohdan espera que los acontecimientos se desarrollen de la misma forma que lo hicieron durante la intervención soviética en Afganistán.
Bohdan cree que quien está siguiendo la “fórmula Steinmeier” es Ucrania, mientras que Rusia supuestamente hace como si no estuviera ocurriendo y espera que la población rusa trate esa postura como inaceptable y que eso cale en la sociedad, a lo que seguirán protestas.
“Con la fórmula Steinmeier hay un movimiento para la paz: lo estamos demostrando públicamente, tanto para Ucrania como para el mundo exterior. Y, por otro lado, Rusia tiene que responder, porque la postura de no oigo nada, no veo nada se percibe incluso en Rusia”, afirmó.
“En general, es preciso comprender que nuestros actos, nuestra postura de amor a la paz, no solo están pensado para el entorno internacional. Está diseñado para los ciudadanos rusos. Hay que cambiar la mentalidad de los rusos”, añadió Bohdan en una entrevista concedida a Ukrainskaya Pravda.
“Ellos, por influencia de los medios, son muy hostiles a Ucrania, nos consideran una nación negativa, de nacionalistas. En ese sentido, cuando nos abrimos, cuando queremos avanzar, Rusia y el liderazgo ruso para y entonces empieza a surgir la pregunta: ¿por qué nos comportamos de forma inapropiada? Puede parecer una broma, pero Afganistán no acabó solo porque había problemas a nivel internacional, sino porque dentro de la Unión Soviética empezó a haber muchos movimientos sociales. Y entonces las autoridades decidieron que era mejor retirar las tropas y acabar la guerra para que no hubiera movimiento en la sociedad”, sentenció el jefe de la administración presidencial.
Reescribir el pasado, manipular el presente
31/10/2019
Tras varios años de insistencia por parte de las Repúblicas Populares y Rusia, Ucrania aceptó hace unas semanas comprometerse a cumplir la llamada “fórmula Steinmeier” para poner en marcha los puntos políticos de los acuerdos de Minsk de 2015. Ese compromiso, más allá de ser una vaga promesa de superar el bloqueo diplomático que rodea a los acuerdos de paz desde su firma, era además una exigencia de Moscú para aceptar la celebración de la cumbre de jefes de Estado o de gobierno de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania. Se trata de la cumbre del llamado “formato Normandía” en la que Kiev pretende forzar a Moscú a aceptar un compromiso sobre Donbass, sin participación de Donbass.
Como ya intentara hacer Petro Poroshenko, Zelensky pretende imponer la interpretación ucraniana de los acuerdos de Minsk, según la cual no habrá un estatus especial para Donbass que sea equivalente a una autonomía política sino a una descentralización administrativa sin contenido político alguno. Si Ucrania impone su postura, ni siquiera esa descentralización administrativa quedaría garantizada con su inclusión en la Constitución de Ucrania, que Kiev se niega a enmendar a pesar de haberse comprometido a ello con su firma en los acuerdos de Minsk.
Ese intento de reescribir los términos de los acuerdos se está repitiendo ahora con la “fórmula Steinmeier”. Pero ese no es el único uso que Kiev está haciendo de una fórmula que ha aceptado únicamente porque era uno de los prerrequisitos para la celebración de una cumbre en la que, sin presencia de Donbass, tendrá el apoyo explícito de Francia y Alemania contra las exigencias de Rusia de cumplir íntegramente los acuerdos de Minsk. Reescribiendo tanto la historia reciente como manipulando la situación actual, Ucrania pretende utilizar la retórica de paz que llevó a Zelensky a la victoria electoral contra Rusia. Todo ello, a pesar de que los bombardeos de las zonas del frente han continuado y se han incrementado bajo el mandato de Zelensky. Como ya hiciera Poroshenko, Zelensky se presenta como un presidente de paz mientras continúa bombardeando Donbass. Las mentiras y la manipulación son también un signo de continuidad de la nueva administración con respecto a su antecesora.
Artículo Original: Antifashist
Andriy Bohdan, jefe de la Administración Presidencial de Ucrania, cree que la derrota de Rusia en Ucrania es posible, no solo por con ayuda de las sanciones internacionales, sino con el impacto en la mentalidad de los rusos. Bohdan espera que los acontecimientos se desarrollen de la misma forma que lo hicieron durante la intervención soviética en Afganistán.
Bohdan cree que quien está siguiendo la “fórmula Steinmeier” es Ucrania, mientras que Rusia supuestamente hace como si no estuviera ocurriendo y espera que la población rusa trate esa postura como inaceptable y que eso cale en la sociedad, a lo que seguirán protestas.
“Con la fórmula Steinmeier hay un movimiento para la paz: lo estamos demostrando públicamente, tanto para Ucrania como para el mundo exterior. Y, por otro lado, Rusia tiene que responder, porque la postura de no oigo nada, no veo nada se percibe incluso en Rusia”, afirmó.
“En general, es preciso comprender que nuestros actos, nuestra postura de amor a la paz, no solo están pensado para el entorno internacional. Está diseñado para los ciudadanos rusos. Hay que cambiar la mentalidad de los rusos”, añadió Bohdan en una entrevista concedida a Ukrainskaya Pravda.
“Ellos, por influencia de los medios, son muy hostiles a Ucrania, nos consideran una nación negativa, de nacionalistas. En ese sentido, cuando nos abrimos, cuando queremos avanzar, Rusia y el liderazgo ruso para y entonces empieza a surgir la pregunta: ¿por qué nos comportamos de forma inapropiada? Puede parecer una broma, pero Afganistán no acabó solo porque había problemas a nivel internacional, sino porque dentro de la Unión Soviética empezó a haber muchos movimientos sociales. Y entonces las autoridades decidieron que era mejor retirar las tropas y acabar la guerra para que no hubiera movimiento en la sociedad”, sentenció el jefe de la administración presidencial.