“Gracias por pararte, nadie se para”: la experiencia “desesperada” de captadores de ONG que toman las calles de Madrid

Una vez vino una latinita subida de peso de cruz roja a mi casa, si, a la puerta de casa, a pedir que me suscribiera por 8 euros al mes. La mandé a tomar por ojo ciego a la muy mujer que no me cae bien, flipé porque nunca había visto que hiciesen de comercial a puerta fría
 
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Nunca he dado un portazo tan fuerte como aquella vez que llamaron a la puerta de mi casa dos indeseables de "Save the children".
 
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