He tirado toda la basura de mi cuarto.
Solo ha quedado una cama, una mesa de madera, un taburete y algo de material de pintura.
He pintado una miniatura toda la tarde como lo hacia cuando tenía 11 años junto a mi padre. La miniatura es lo de menos. Puedo guardadla, tirarla, regalarla o puede perderse. Pero el proceso de pintar me reconforta, siempre lo ha hecho.