El PP propondrá mañana bajar a 3 años la duración mínima del alquiler

INVESTIGADEUR

Madmaxista
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Vaya vaya

Vaya, vaya, con estos del PP.
Pues todavia hay gente aqui que les defiende como si fueran sus becarios.

Es logico para mi el PP no es mas que la representacion del poder economico en el parlamento, lo de popular no lo tienen mas que en el nombre.
Todo lo que legislan es para favorecer el negocio, y a mas negocio, mas migajas que dejar caer a los obreros de abajo.
Nada mas.

¡¡Este hilo no ha sido mio!! que conste...

Y ademas he llegado mas tarde que nadie.

:cool:
 

VPOsoloALQUILER

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rentabilidades bajas

muyuu dijo:
la gente no busca la máxima rentabilidad como debiera. Buscan una alta rentabilidad con un mínimo esfuerzo.
Es que a veces raya lo surrealista. AGENCIA PÚBLICA DE ALQUILER. Si tu quieres alquilar tu piso teniendo plena seguridad de cobro y de reposición del inmueble en perfectas condiciones o incluso mejores, porque la AGENCIA PÚBLICA DE ALQUILER se encarga de las reparaciones, pásese por la PÚBLICA DE ALQUILER. Todo claro. No hay arrendadores desprotegidos ante salvaje y malvados inquilinos. Sólo hay que rebajar un 20% del precio de mercado. Renta segura y muy alta para aquellos que compraron antes o al principio del boom. Pero no. Prefiero sacarle el precio de mercado con esos riesgos o mejor no, ni siquiera sacarlo a mercado de alquiler. ¡Qué más da, "me sa revalorishao un 1000000000000000000000000000000000 % en un año"!

Esa actitud me recuerda a las palabras de un gran estadista que ante la agobiante presión del Estado interventor dijo

José María Alfredo Aznar López dijo:
A mí no me gusta que me digan 'no puede ir usted a más de tanta velocidad, no puede usted comer hamburguesas de tanto, debe usted evitar esto y además a usted le prohíbo beber vino.

Yo siempre pienso, ¿y quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí? Las copas de vino que yo tengo o no tengo que beber déjame que las beba tranquilamente; no pongo en riesgo a nadie ni hago daño a los demás.
Un gran hombre con un gran corazón.
 

INVESTIGADEUR

Madmaxista
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Por cierto

Esto que dice el PP, me parece de nuevo una PParida mas de esta "gente" por llamarlos algo.
Es una parida tan subida de peso como la de mis hilos.
:D :D :D
:cool:
 

El_Presi

El Padrino II Revolution
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Ecatepunk
las 2 últimas veces que se modificó la ley de arrendamientos urbanos, coincidió con el periódo de bajadas de precio de la vivienda libre. Produciéndose a continuación un repunte brutal en el precio.

NOS QUIEREN VOLVER A ESTAFAR, NO OS DEJÉIS ENGAÑAR

http://habitat.aq.upm.es/in/a003/ab003.html

En la década de los ochenta, respecto a la evolución de los precios de la vivienda, se pueden distinguir dos etapas. Hasta 1985 se produce un descenso, debido fundamentalmente a la crisis económica, y es a partir de 1985 cuando se produce un cambio de tendencia. Este cambio responde a la confluencia de una serie de factores, y no tuvo la misma repercusión en todas las regiones o ciudades de nuestro país. Asimismo, es importante señalar el efecto social que esta elevación de precios ha producido, intensificando las desigualdades sociales, en primer lugar, entre quienes pueden acceder a la compra de su vivienda y quienes no pueden hacerlo y, en segundo lugar, reservando áreas residenciales para segmentos de población de mayor capacidad económica, mientras que las familias de rentas medias o bajas normalmente han de alojarse en zonas periféricas.


Los precios de las viviendas, después de la fuerte elevación del período 1986-1991 descienden ligeramente, en 1992 y 1993, y experimentan una subida en 1994 y 1995, por lo que siguen permaneciendo en un nivel elevado respecto a las rentas familiares medias. Las esperanzas de acceso a la propiedad se han visto frustradas para las economías más débiles, ya que el incremento de precio de la vivienda no ha sido compensado por un aumento de la renta disponible de las familias, y aunque las medidas adoptadas para frenar la especulación, y la crisis económica han producido una bajada de precios, desapareciendo la inversión en vivienda por motivos de especulación, para las rentas bajas y medias sigue habiendo una oferta que no se adapta a sus posibilidades de acceso. El coste de la vivienda se ha convertido en la mayor carga para el conjunto de las economías domésticas y resulta inaccesible si no se cuenta con ahorro previo o con otra vivienda. Las estimaciones realizadas sitúan el esfuerzo preciso para acceder a la vivienda en el 45% del ingreso anual medio por hogar, en 1992, descendiendo al 40%, en 1993, frente al 21,85% (área 1., régimen general), 15,37% (área 4., régimen general), 12,48% (área 1., régimen especial) de esfuerzo de acceso, si la vivienda a adquirir es de protección oficial, calculándose, en este caso, el esfuerzo sobre los niveles máximos de renta para acceso a ayudas públicas directas. (3,5 veces S.M.I., régimen general; 2,5 veces S.M.I., régimen especial). Todo ello, pone de manifiesto la dificultad de acceso a la vivienda libre, para las familias con niveles de ingresos bajos y medios, y especialmente para las familias de reciente creación
Decreto BOYER: 1984
Luego otro cambio en 1994.


El Decreto Boyer de 1984 elimina los contratos de alquiler indefinidos y su subrogación familiar (transmisión del mismo contrato de padres a hijos o parientes cercanos), y fomenta una primera desregulación de los precios. El argumento, típicamente liberal, es que la rigidez de la ley y los precios mantiene millones de pisos vacíos. La desregulación ofrecería a los propietarios vías y perspectivas de negocio, y permitiría sacar a la superficie las viviendas vacías para generar un mercado de alquiler. A la larga la realidad es que el parque de alquiler que en 1960 era del 40%, en 2001 se había reducido al 15%, y se calculan 3.100.000 pisos vacíos en todo el estado español.
"De 1985 hasta 1991 los contratos de alquiler tenían una duración de un año después del cual el propietario podía rescindir el contrato según su antojo; la LAU del 1994 aumentó la duración de los contrato a cinco años e incorporó la posibilidad de tanteo a favor del inquilino, pero como contrapartida permitió aumentos ilimitados de alquiler y agilizó los procesos de desahucio por impago" (Dossier sobre la violencia urbanística e inmobiliaria, "Algunos apuntes sobre la especulación y violencia inmobiliarias", Coordinadora contra la Especulación del Raval -Barcelona-).
 

skeptik

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neցrofuturo dijo:
...La solución para no tener que subirlo está en fijar el alquiler en onzas de plata...
Nope nope.

La solución sería una política que no permitiera la especulación. Esto existe, insisto, y está en Europa.

Es lícito y aceptable comprar pisos como inversión (que no como especulación). Para ello hay que destinar los pisos a cumplir su función social de viviendas.

El propietario de un piso como inversión que destina a vivienda para otro mediante alquiler, es porque le sobra algo de dinero (por eso lo invierte).

Como su hipoteca es constante (salvo tipos de interés), puede pactar una renta fija con el arrendatario. Al cabo de 20 años, habrá recuperado buena parte de la inversión del piso gracias al alquiler y todavía tiene el piso. Es innegable que ha ganado, no ha esporculado, y alguien se ha beneficiado socialmente de esa inversión.

Esto ha de ir acompañado de una legislación que proteja los intereses de ambos. Y lo malo es que la cultura ibérica no está preparada para tales dosis de cordura, compromiso y educación. Todo lo que sea cortar las alas a la esporculación será tildado de "intervencionista", mientras que pocos inquilinos se mostrarían dispuestos, por ejemplo, a tener que pintar el piso cuando se van.

Esto es factible (reinsisto), busquen en los mercados inmobiliarios más estables de Europa, comparen, y si encuentran algo mejor... ya saben.
 

INVESTIGADEUR

Madmaxista
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Que "libre" todo oye

Gabriel dijo:
Hola, Ominae,

Es un placer. Creo que tenemos una tarea pedagógica inmensa por delante.

Los mercados libres producen una terrible sensación de desamparo en mucha gente. Es común buscar la protección del Estado, como si fuese un segundo padre que nos permite vivir eternamente en la adolescencia. Al igual que todos los padres —yo también lo soy— el estado con su paternalismo limita la libertad de los ciudadanos y menoscaba las iniciativas emprendedoras.

La regulación del mercado de alquiler conduce inevitablemente a aumento de precios y perjudica especialmente a los sectores con menos recursos.

En un mercado libre donde cada cual negociase las condiciones de alquiler estaría óptimamente protegido tanto el arrendador como el arrendatario. El motivo es sencillo: ambas partes negociarían el acuerdo que más conveniente le resultase dando lugar a una optimización del beneficio para ambos.

Eso no conduciría necesariamente a que se negociasen alquileres con menos años de garantía. Podría pasar justamente lo contrario: sin regulación es posible que los contratos especificasen más años; por el mismo motivo que cada vez nos venden computadores con más memoria y coches con más airbags. El legislador no lo exige, pero sí lo exige el mercado, que es el que manda. ¿Desde cuando el mercado no protege al consumidor?

Un saludo

Gabriel
Perdoname, pero a mi no me hace falta que me enseñes.
Yo solito ya se que un mercado "libre" no es compatible con un una legislacion laboral "libre" tambien de compromisos con el trabajador.
Esta claro, los "emprendedores" lo tienen a huevo en un mercado laboral "libre" porque pueden pagar 4 duros al mas necesitado del lugar y quedarse ellos con el resto del beneficio..
El problema es que hara ese que gana 4 duros gracias a lo "libre" del mercado cuando llegue a pagar a su casero o las letras de ese mercado "libre".
Entonces viene el problema, que el que es "libre" es el que tiene bienes o empresas, y los demas solo son "libres" de ir al trabajo.
:D

:cool:
 

VPOsoloALQUILER

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La Mancha Manchega
De idealista

Recogido de idealista.com

http://www.idealista.com/pagina/boletin.comentarios?id_noticia=20071001&pagina=27

miércoles 14 marzo 00:57, curioso dijo

¿no les parece curioso que en el pais del liberalismo económico, donde hemos llegado a las más altas cotas de bienestar gracias a las políticas neoliberales de nuestra clase dominante, no exista ni una sola traducción al castellano de la obra de Murray N. Rothbard, uno de los mejores divulgadores de las teorias de la escuela austriaca de economía, en la que, supuestamente, se basa la nueva doctrina neoliberal actual?

esto me lleva a pensar que el españolito de a pie, cuando oye la palabra neoliberalismo, no tiene ni idea de lo que le están hablando, pero pone cara de ser neoliberal de toda la vida no vaya a ser que se vea fuera de la manada, igual que los que no tienen piso.
¿esos libros no se traducen por falta de interes de la audiencia, que solo quiere oir que el piso nunca baja, o porque nuestra ignorancia es la fortuna de otros?
 

muyuu

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Rothbard es interesante, pero para mi los mejores son Bastiat y Friedman, en este orden. Los que se lo curran y leen sobre economía también hablan idiomas, normalmente :D

De todas formas siempre hay algo en castellano: http://bastiat.org/

EDITO: "lo que se ve y lo que no se ve" es imprescindible.
 
Última edición:

Jose

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VPOsoloALQUILER dijo:

Espero sinceramente que la propuesta no salga adelante; Cuanto cabrón.

Por si a alguien le interesa Murray Newton Rothbard



Europa, el mundo entero, la misma civilización parecía hundirse bajo la barbarie del socialismo y el nacionalismo. Ludwig von Mises se había librado de milagro de las garras del nazismo y se dirigía, tras una breve travesía por España, hacia los Estados Unidos. Había sido uno de los economistas más influyentes en lengua alemana, y toda la corriente de pensamiento con que se identificaba parecía sumirse en el olvido, enterrada en estatismo y marxismo. Tuvo una acogida en Estados Unidos más fría de lo que merecía, aunque pudo desarrollar sin descanso su labor en defensa de la libertad y la civilización. Pero no quería cargar sobre sí esa ingente labor, para la que –él lo sabía más que nadie- ningún individuo puede bastarse solo. Quería dar con un nuevo Hayek; un discípulo de la altura intelectual de quien colaboró con él en la formación de las teorías austriacas del capital y del ciclo, así como en la de la imposibilidad del socialismo. Por fortuna, lo encontró. Era Murray Newton Rothbard.

Este judío del Bronx nació el 2 de marzo de 1926. Dotado de una inteligencia descollante, tuvo su primer choque con el Estado, de quien sería su mayor enemigo en el siglo XX, en la escuela pública, que, según propia confesión, marcó “el período más infeliz” de su vida. Su espíritu independiente, multiplicado por su clara inteligencia, le hicieron sentirse prisionero en un ambiente mediocre, en el cual se anulaba la personalidad del individuo. El paso a un colegio privado fue para él una auténtica liberación: le permitió canalizar sus intereses y su capacidad a un temprano interés por las cuestiones sociales. Su padre, David, era un judío poco común, ya que era francamente de derechas, una orientación política que inculcó a su hijo, junto con un interés polifacético por el saber. Las ciencias, la filosofía, la historia... Todo atraía al curioso Murray, que también adquirió de su padre un rechazo del totalitarismo, del fanatismo religioso y de cualquier dogmatismo.

Se licenció (en la universidad de Columbia) en estadística, paradójicamente. Paradójicamente, porque dedicaría parte de su extensa obra a exponer los límites del análisis matemático y estadístico en la economía y por el propio nombre de su disciplina, que deriva de la institución a la que combatió toda su vida: el Estado. Mientras se interesaba por ampliar sus conocimientos de economía, leyó un artículo escrito por dos futuros premios Nobel de la materia: George Stigler y Milton Friedman, que explicaba los perniciosos efectos del control de alquileres en la ciudad de Nueva York, un vestigio de la II Guerra Mundial que, como muchas otras intervenciones ideadas durante el conflicto, se resistiría a desaparecer. La desnuda e implacable lógica del análisis de los dos autores llamó la atención del joven Rothbard, que se puso en contacto con el editor del panfleto. Resultó ser la Fundation for Economic Education, un think tank que resistiría la avalancha keynesiana y estatista con no poco esfuerzo. En su sede, en un agradable pueblo a la orilla del río Hudson, conoció al hombre que marcó su carrera: Ludwig von Mises. Lo único que sabía de su futuro mentor es que había escrito Socialismo. Ni siquiera sabía si seguía vivo. Era la primavera de 1949, y se enteró de que Mises iba a publicar una obra que se llamaría La acción humana. Le preguntó a un compañero de qué trataba el libro. “Trata sobre todo”, fue la respuesta. “Ciertamente, así era”, diría él más tarde.

El texto de Mises destaca por su sólida construcción lógica, algo que Rothbard buscaba y cuidó con implacable esmero en su propia obra. “Cuando leí La acción humana, todo encajaba porque todo adquiría sentido”, llegaría a decir. A partir de la lectura de las casi mil páginas de la obra magna de Mises, Rothbard se convirtió en el más escrupuloso constructor y defensor del pensamiento del austriaco.

Eso no quiere decir que su espíritu independiente se adormeciera ante la figura intelectual de su mentor. No le siguió en todas sus ideas, ya que jamás aceptaba una opinión sin haberla sometido a severa crítica. Políticamente incluía a Mises en la izquierda política, mientras que él era un representante de la vieja derecha. Era ésta una tradición intelectual libertaria que hundía sus raíces en Thomas Jefferson y en el discurso de despedida de George Washington. Desconfiaba del Gobierno central, y era aislacionista y pacifista porque consideraba que, en feliz expresión de Randolph Bourne, “la guerra es la salud del Estado”.

Así que se nutrió de esa tradición, a la que pertenecían John T. Flynn, Albert Jay Nock o Frank Chodorov, e hizo una aportación misiana con el objetivo de adaptarla a la lucha contra el comunismo. Por un lado, advertía de que recurrir al Estado para librar tal batalla suponía caer en casa en aquello contra lo que se deseaba luchar fuera. En nombre de la lucha contra el comunismo se justificaba la adopción de inmensos poderes por parte del Estado, que acababan siendo utilizados contra las libertades del propio pueblo, además de en su defensa frente a la barbarie comunista. ¿Debemos entonces quedarnos de brazos cruzados mientras el totalitarismo extiende su poder por el mundo? ¿No estamos permitiendo que el estatismo se extienda fuera mientras lo combatimos en casa? Rothbard siempre creyó que la principal fuerza de los totalitarismos era también su mayor debilidad. Ese poder sin límites de los Estados era sólo aparente, porque, como había demostrado Mises con su teoría de la imposibilidad del cálculo económico socialista, la planificación a gran escala de una sociedad era imposible, lo cual acabaría arrastrando el imperio soviético al desastre. Ello desacreditaría y arruinaría al enemigo “sin que hayan tenido que pasar muchos años”.

De este modo, Rothbard y otros pensadores y activistas de la renacida Old right se “darían cuenta” de que el enemigo exterior no era importante. El verdadero enemigo era el interior, es decir, Washington. Es más, el exterior era producto del interior, lo que convertía a éste en el verdadero enemigo. De hecho, Rothbard afirmó en una ocasión que la Unión Soviética era más pacífica que el Gobierno de los Estados Unidos. Este pensamiento, aseguraba, era “liberador”.

No es de extrañar. Negar esa amenaza para la libertad mundial le liberaba del reto de dar solución a la autodefensa de una sociedad libre valiéndose de sus propias fuerzas, sin caer en la entrega de derechos al Estado para que éste se encargue de librar la batalla. Es más fácil negar la realidad. Ese fue el mayor pecado de Rothbard, y el de todos sus seguidores, los que han mantenido viva la llama del aislacionismo liberal de la vieja derecha. El problema de cómo se podría defender una sociedad libre de un enemigo que está dispuesto a utilizar todos los ingentes medios que puede concentrar un Estado, o varios, sigue abierto.

Esta posición tenía la virtud de la coherencia interna, si bien adolecía de cierta coherencia con la realidad de los enemigos de la civilización y del capitalismo. Y le enfrentaba a la otra rama del conservadurismo anticomunista, que podemos identificar con William Buckley, creador de la National Review, que logró articular el disperso y minoritario pensamiento conservador de comienzos de la Guerra Fría. Con todos sus logros, este conservadurismo realista estaba construido sobre un ideal negativo, el anticomunismo, más que sobre la articulación de los fundamentos de una sociedad libre, sobre los cuales pivotaba todo el movimiento libertario, del que Rothbard pronto se convertiría en principal representante. Esta falla del conservadurismo buckleyano le llevó a defender medidas netamente antiliberales con tal de dotar al Estado de los medios precisos para luchar contra el comunismo. Volcado sobre un fin más que sobre la probidad de los medios, el conservadurismo realista se iba separando cada vez más de los ideales de libertad y propiedad privada, que deberían haber sido el núcleo y el punto de partida de su pensamiento. Rothbard vio este desarrollo con total claridad y destinó gran parte de sus esfuerzos a criticarlo, aun a costa de aliarse puntualmente con la izquierda más radical.

Hablemos ahora de otra rama del pensamiento liberal estadounidense, a la que Rothbard estuvo muy unido. Se trata de la liderada por Ayn Rand. Esta poderosa filósofa y novelista se había convertido ya en todo un personaje cuando Rothbard la conoció. Había escrito El manantial (1943), que seis años después sería llevada al cine por King Vidor. El primer contacto fue algo frío, pero a partir de 1954 se fue haciendo más cercano, y Rothbard acudió a varias reuniones objetivistas de la mano de sus amigos Ralph Raico y George Reisman. Si por un lado se sentía espoleado por el pensamiento de Rand, por el otro sentía un profundo rechazo por su creciente intolerancia, su endiosamiento y el carácter sectario y de culto que estaba imprimiendo a su movimiento.

Pero, antes de que ese choque llegara a pequeña tragedia, Rothbard tendría mucho que ganar de la rusa nacionalizada estadounidense. Él reconocía la pobreza de la posición utilitarista, por muy necesaria y acertada que, en su ámbito, pudiera ser. Rand tenía un pensamiento antiutilitarista que centraba su filosofía, objetivista, en una demostración de los derechos del individuo, a partir de los cuales se fundamenta el capitalismo. Era un iusnaturalismo de base aristotélico-tomista, realista en lo epistemológico, que centraba la defensa de los derechos del individuo y del sistema económico que se derivaba de los mismos en la ética y no en las consecuencias utilitaristas.

Luego Rothbard basaría gran parte de su obra y de su fama en la articulación de una defensa basada en el derecho natural de la propiedad privada y del capitalismo, que sería el eje de su anarquismo capitalista. Pese a las diferencias personales, incluso dogmáticas, debe a Rand el descubrimiento de la importancia del derecho natural. Nuestro hombre tuvo la virtud de aprovecharse del pensamiento de Rand... y de darse cuenta de lo vacío que podía llegar a estar. Paradójicamente, el individualismo radical de Rand acababa siendo todo lo contrario. Él lo explicó así:

Téngase en cuenta que ella intenta deducir la naturaleza del hombre, que es en gran parte una cuestión empírica, y como tal reconocida por Aristóteles, puramente de una especulación de salón. La especulación de salón es el método adecuado para la praxeología, pero obviamente no para una ciencia en gran parte empírica.
Es más, en “la visión casi fanáticamente puritana de Ayn de que el único desarrollo de los poderes del hombre que tiene algún valor es el trabajo en el desarrollo de los poderes mentales”, valores como “el amor, la amistad, el gozo, etcétera, ¿no contaban para nada?”, se preguntaba Rothbard. Y agregaba que Rand, al negar cualquier componente instintivo, genético o meramente particular que no surgiera del puro intelecto, “¡de hecho niega todo individualismo por completo!”.

Posteriormente pasaría por el mal trago de que Rand enviase a su íntimo amigo George Reisman como mensajero de un mensaje que sólo es posible en una secta cerrada y fanatizada: no “se aprobaba” su matrimonio con su amada JoAnn porque ésta era una persona religiosa, en consecuencia irracional e inepta para el selecto círculo randiano. Previamente Murray había sido acusado de plagiar las ideas de Rand. Finalmente Rothbard rompió con el círculo y con Reisman.

Desembarazado del culto randiano, Rothbard se centraría en su activismo político y en sus libros. El primero de ellos fue un encargo del presidente de la Fundación Volker, Herbert C. Cornuelle: un libro de texto que contuviera las principales ideas de La acción humana. El proyecto se fraguó en el invierno de 1949, recién publicado el tratado de economía de Mises. A medida que trabajaba en su obra, Rothbard iba revisando su propio pensamiento, es decir, el de Mises; y lo que estaba concebido para ser un manual de extensión media cobró proporciones considerables. Al cabo (1962) vio la luz Man, economy and State, su poderoso tratado de economía. La Volker se negó a incluir una última parte, que estudiaba la intervención en el mercado, tanto por las enormes dimensiones del manuscrito (unas 1.400 páginas) como por las implicaciones políticas de la crítica al intervencionismo en plena Guerra Fría. Más tarde aparecería como texto independiente y con el título de Power and market (1970).

Como dar cuenta de la economía de Rothbard excede el espacio de este retrato, baste decir que es seguramente el intento más exitoso de construir un conjunto de leyes económicas en un tratado sistemático que parta de un conjunto de axiomas y leyes fundamentales sobre la acción humana. El servicio a la lógica de la acción, o praxeología, le llevó a discrepar de su mentor en algún punto importante, como en la teoría del monopolio y la competencia; en este caso, el propio Mises acabaría dándole la razón. También profundizó, aclaró y mejoró algún otro piso de la construcción teórica de Human action.

Asimismo, nuestro autor haría importantes contribuciones al pensamiento económico en varios artículos; por ejemplo, en ‘Toward a reconstruction of utility and welfare economics’, donde fundamentaría la economía del bienestar sobre la base de un principio implícito en la tradición austriaca, el de la preferencia demostrada, según la cual la voluntad coincide con la acción y ésta es indicio de aquélla. Así, si dos personas realizan un intercambio voluntario, la célula del libre mercado, es porque ambas consideran, ex ante, que resultará en una mejora de su situación. No ocurre así con los tres tipos de intervención estatal en el mercado:

1) Si el Gobierno prohíbe un intercambio entre A y B podemos decir que aquél gana, ya que cumple su objetivo, pero frustra las intenciones de los interfectos, encaminadas a mejorar su propia satisfacción.

2) Si el Gobierno fuerza a un intercambio entre A y B en los términos elegidos por el Estado, uno de ellos pierde, a costa del otro y del Gobierno. Por lo que hace a éste, de nuevo puede considerársele ganador, ya que cumple sus objetivos.

3) Finalmente, si el Estado roba a A, éste pierde, en beneficio del Gobierno.


En los tres casos posibles hay una parte que gana, el Gobierno; quizá también una parte de la sociedad, a la que favorece. Pero siempre hay una que pierde: todos aquellos que no han podido llevar a cabo sus planes por la intervención pública. Puesto que no se puede hacer una medición con valor científico de las utilidades respectivas de los individuos, no podemos decir que las ganancias de una parte sean mayores que las pérdidas de otra, y en consecuencia no se puede asegurar que una intervención gubernamental puede incrementar la utilidad en una sociedad.

Otra destacada área de la economía rothbardiana es la relacionada con el dinero. Nuestro economista defendió un sistema de libertad bancaria, con una reserva sobre los depósitos del 100%, sobre la base del oro. Profundizó en la teoría austriaca del ciclo económico, que habían expuesto antes que él Mises y Friedrich A. von Hayek. Esta teoría ve en los medios fiduciarios, a la vez, una violación de los derechos de propiedad y el origen del ciclo. El dinero de nueva creación, sin respaldo real, que permite la reserva fraccionaria, causa un engaño masivo a los actores, dado que provocan una rebaja del tipo de interés que indica falsamente un aumento del ahorro, y por tanto de los medios disponibles para la inversión. Se inician más planes de los que se pueden completar, y se produce una descoordinación que acaba en la liquidación de muchos de ellos. Rothbard llevó esta teoría a la crisis del 29 en America’s Great Depresión, de 1963.

No cabe duda de que 1969 fue un año convulso en Estados Unidos. Fue entonces cuando Rothbard creó la revista Libertarian Forum, con la que pretendía extender el ideario anarcocapitalista, del que él se había convertido en el defensor más conspicuo. Además de servir como vehículo de las ideas libertarias y punto de encuentro de quienes las compartían, Libertarian Forum quiso convertirse en el órgano de un nuevo movimiento político. Pero para ello necesitaba también de un programa, de un manifiesto; lo escribió él mismo, en 1973, y llevaba por título For a New Liberty. Allí hacía una defensa de la sociedad libre basada en la economía de raíz misiana, en el derecho natural –con referencia expresa a la defensa de la propiedad privada elaborada por John Locke– y en el análisis del Estado como un órgano de explotación basado en el uso de la fuerza.

Con su característico estilo conciso, brillante y agudo, Rothbard explica cómo el Estado ha ido extendiendo su poder sobre distintas áreas de la sociedad sin ningún título para ello, y con consecuencias muy negativas. Rothbard combina el conocimiento histórico con un uso extenso y preciso del análisis económico; el resultado, una crítica demoledora de la implicación del Estado en áreas como la educación, el dinero, la generación de rentas o la creación de bienes y servicios. Por otro lado, ofrece explicaciones convincentes de cómo una sociedad libre basada en el Estado de Derecho podría proveerse de servicios históricamente sustraídos por el Estado a la iniciativa privada, como las infraestructuras del transporte o la seguridad; y lo haría además de forma más productiva y eficiente. Incluso da el paso definitivo que separa a los anarquistas de los minarquistas y explica cómo el Estado de Derecho no tiene porqué ser provisto por un órgano basado en la coacción, sino que los propios agentes de la sociedad tienen a la vez el interés y la posibilidad de desarrollarlo, como ya lo hicieron en el pasado.

En 1982 publicaría un nuevo libro dedicado a la fundamentación de una sociedad completamente libre: The ethics of liberty. El vértice de su teoría es el concepto de autopropiedad, que él define así: “El axioma básico de la teoría política libertaria mantiene que todo hombre es dueño de sí mismo y tiene una jurisdicción absoluta sobre su propio cuerpo. En consecuencia, esto significa que nadie más puede invadir legítimamente o agredir a otra persona”. Se suma a la teoría de John Locke de que la propiedad se adquiere de forma originaria “mezclando la tierra con el trabajo”, en bella expresión del filósofo inglés. Rothbard generaliza dicho principio y mantiene que la proyección de la acción propia sobre los recursos que no pertenecen a nadie supone una adquisición originaria legítima. A partir de ahí se puede adquirir más propiedad por medio del intercambio o de la cesión voluntarios. Cualquier intento de violación del derecho de propiedad, ya sea sobre una persona o sobre sus bienes, es ilegítimo. The ethics... incluye una parte final en la que se hace una crítica sin concesiones a teorías alternativas de la libertad: deja el utilitarismo como criterio ético en la nada y revisa los postulados de Isaiah Berlin, Hayek y Robert Nozick.

Rothbard tenía un corazón débil, que terminó por fallarle el 7 de enero de 1995. Su temprana fin ha hurtado a los espíritus más libres nuevas aportaciones de primer orden. Las había hecho en economía y teoría política, y seguía en ello. De hecho, dejó inconclusa su última gran obra.

Le habían pedido un manual que sirviera de contrapunto al popular The worldly philosophers, del autor socialista Robert L. Heilbroner. El resultado de su empeño es una obra excelsa, un monumento a la historia de la libertad llamado An Austrian perspective on the History of Economic Thought, del que sólo pudo completar dos de los tres volúmenes previstos.

Allí se ponen de manifiesto las características del Rothbard historiador. Tiene una independencia de criterio que no le permite aceptar sin más las ideas establecidas, lo que le convierte en un permanente “revisionista”. Y combina una erudición sorprendente, pero siempre al servicio del conocimiento, con un estilo ágil y vibrante que atrapa al lector.


An Austrian... comienza con la filosofía griega y concluye con Marx y Bastiat. Parte de una visión kuhniana de la historia de las ideas, por la que no se alcanza un conocimiento acumulado que lleva a una progresión constante. Anclado, al fin, en la rica naturaleza humana, el pensamiento económico se desarrolla por paradigmas que se van sustituyendo como corrientes dominantes, sin que necesariamente sean superiores a los anteriores y sin que desaparezcan cuando son sustituidos por otros. Por otro lado, Rothbard huye de la selectiva atención a las grandes figuras y desmenuza el pensamiento de autores luego olvidados por la historiografía al uso. De este modo se pega al verdadero curso de las ideas. No es éste el lugar para desmenuzar las contribuciones de una obra así. Baste destacar dos ideas.

El primero es Adam Smith. Para Rothbard no es un héroe, ya que despreció o no entendió la tradición que, lenta y penosamente, había elaborado una teoría subjetiva del valor. Desde Aristóteles, pasando por Santo Tomás de Aquino y en especial el escolasticismo tardío español, se había ido desarrollando la idea de que el valor depende del punto de vista del consumidor, y no es algo externo y objetivo. Smith restituyó la teoría del valor trabajo, que es la semilla del pensamiento de Marx, al que pasaría por medio de David Ricardo. Otro aspecto que podemos señalar es la merecida importancia que da a una escuela española, la de Salamanca. En ella está la semilla del pensamiento subjetivista, lógico-deductivo y liberal que caracterizaría a la Escuela Austriaca de Carl Menger, Mises, Hayek y el propio Rothbard. A él se debe en parte que esta escuela española, con representantes como Juan de Mariana, Domingo de Soto o el padre Azpilicueta, esté recibiendo merecida atención. An Austrian... también destaca por haber rescatado a autores y corrientes como Turgot, Cantillon o Bastiat, o por haber reconocido la importancia de la religión en la visión del hombre y de la sociedad, y por tanto de la economía.
 

bestia

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Que botarates!...y que ardor de estomago de políticos tenemos en este país, una verdadera verguenza.
Por favor que se presente un partido de un pais civilizado, que nos urge muchísimo!!.
 

Andorrano

Madmaxista
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Que botarates!...y que ardor de estomago de políticos tenemos en este país, una verdadera verguenza.
Por favor que se presente un partido de un pais civilizado, que nos urge muchísimo!!.

La verdad que algunos exageráis de lo lindo. Te has pasado macho. Vamos, que no es para tanto. En otros países los contratos son de menos tiempo que tres años, y constantemente se proponen como destino donde emigrar.

La verdad, no creo que acortar a 3 años el compromiso mínimo de un alquiler, sea algo tan grave.
 

nam

Madmaxista
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Lone star
Yo desde luego que no me metia en un piso de alquiler a 5 anos ni loca y a tres anos tampoco....deduzco que en Espana si el inquilino quiere salirse del piso antes de esos cinco anos, simplemente da aviso y finaliza el contrato.
En EEUU el contrato es privado (arrendatario y arrendador ponen las condiciones que quieran), lo unico que esta dado por ley es que el inquilino tiene que pagar todos los meses y no destrozar la vivienda y el propietario tiene que mantener la propiedad, el resto de condiciones estan estipuladas en el contrato y se firma de mutuo acuerdo. Curiosamente aqui los caseros siempre quieren que estes en el piso cuanto mas tiempo mejor, sobre todo porque ponemos deposito y referencias (y tenemos muy buen historial de pago de deudas)...Yo tengo alquiler por un ano, si quiero irme antes tengo que compensar al propietario y si este quiere que yo me vaya antes de ese tiempo me tiene que compensar a mi.

Yo siempre he alquilado con contratos de un ano, el que mas de 18 meses...me da mucha flexibilidad, reconozco que en algunos mercados (sobre todo europeos donde he vivido) es una pesadilla eso del alquiler, pero en EEUU con la cantidad de casas y pisos que hay para alquilar...los que vivimos de alquiler tenemos para elegir :D , el mercado aqui esta bastante liberalizado y hay hasta corporaciones que se dedican a tener complejos de edificios de alquiler..
 

trazas

Madmaxista
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18 Sep 2006
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Demostenes dijo:
Es mas, para recuperar mi dinero, necesito por narices que el dueño vaya con mi aval y le devuelva el papel al banco.

Si no hace eso, aunque hace 15 años que no viva allí, no me lo devuelve el banco.

Hay que leer y aprender...

http://www.cienladrillos.com/2006/08/23-el-aval-bancario

Hola, he leído el link que pones y según yo interpreto el perjudicado en caso de que el arrendador no entregue el aval es el propio banco, no el inquilino. Lo que no se es como queda la relación inquilino-banco. Y esto en caso de aval indefinido, si es de duración determinada supongo que el aval finaliza a fecha de fin del contrato de aval.

"Una consecuencia de la obligación que contrae la entidad, es que el Banco de España, obliga al banco emisor a inmovilizar un dinero como reserva de los pagos que se deriven del riesgo. Si el aval fuera indefinido en el tiempo y el casero por desidia, mala fe, o accidente no devolviera nunca el original del contrato de aval al banco, el banco tendría que mantener ese inmovilizado por tiempo indefinido, al no poder demostrar el final de su compromiso"


Según lo explican entiendo que el Banco de España obliga al banco a dejar una parte de sus recursos inmovilizados (supongo que un % del aval) y no podría prestar la totalidad del dinero que se le deja en depósito. ¿Sería como los coeficientes de caja y de riesgos a los que están sujetos los bancos?



Y sobre lo que dices que un arrendador puede ejecutar un aval en cualquier momento sin justificar causa, a mi en cambio me han comentado que los servicios jurídicos de los bancos redactan los contratos de aval para que esto no ocurra. Aunque nunca he leído un contrato de aval para arrendamiento. Me extraña que se pueda ejecutar un aval sin causa justificada. ¿Alguien puede confirmar si es así?



Un saludo
 

Andorrano

Madmaxista
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5 May 2007
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Yo desde luego que no me metia en un piso de alquiler a 5 anos ni loca y a tres anos tampoco....deduzco que en Espana si el inquilino quiere salirse del piso antes de esos cinco anos, simplemente da aviso y finaliza el contrato.
Es que el compromiso es solo por parte del propietario, es decir, se hace el contrato por un año, pero el inquilino puede renovarlo hasta por cinco años, sin que el propietario pueda rescindir el contrato antes de ese tiempo. Es una relacion desigual, el compromiso que se le pide al propietario es muy superior al compromiso que se le exige al inquilino.

De hecho, como dices, es muy raro que un inquilino quiera comprometerse por tanto tiempo, porque el inquilino siempre quiere tener la posibilidad de irse si le conviene. Alguien que está de alquiler, muchas veces no tiene unas perspectivas a largo plazo.
 

INVESTIGADEUR

Madmaxista
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21 Nov 2006
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Mi Reino Por Un Ano

nam dijo:
Yo desde luego que no me metia en un piso de alquiler a 5 anos ni loca y a tres anos tampoco....deduzco que en Espana si el inquilino quiere salirse del piso antes de esos cinco anos, simplemente da aviso y finaliza el contrato.
En EEUU el contrato es privado (arrendatario y arrendador ponen las condiciones que quieran), lo unico que esta dado por ley es que el inquilino tiene que pagar todos los meses y no destrozar la vivienda y el propietario tiene que mantener la propiedad, el resto de condiciones estan estipuladas en el contrato y se firma de mutuo acuerdo. Curiosamente aqui los caseros siempre quieren que estes en el piso cuanto mas tiempo mejor, sobre todo porque ponemos deposito y referencias (y tenemos muy buen historial de pago de deudas)...Yo tengo alquiler por un ano, si quiero irme antes tengo que compensar al propietario y si este quiere que yo me vaya antes de ese tiempo me tiene que compensar a mi.

Yo siempre he alquilado con contratos de un ano, el que mas de 18 meses...me da mucha flexibilidad, reconozco que en algunos mercados (sobre todo europeos donde he vivido) es una pesadilla eso del alquiler, pero en EEUU con la cantidad de casas y pisos que hay para alquilar...los que vivimos de alquiler tenemos para elegir :D , el mercado aqui esta bastante liberalizado y hay hasta corporaciones que se dedican a tener complejos de edificios de alquiler..
Joer tia, EEUU es diferente, no se cuantos caseros en España estarian de acuerdo en alquilar un piso por un ano. Ni siquiera que fuera el ano de tu mujer.
Cinco anos, buf, eso es vicio y poligamia.

Aunque ahi se ve la doble jovenlandesal de la sociedad.

Los alquileres estan mal vistos por 5 anos.

Pero si te compras una casa y pagas 40 anos es de lo mas normal. Incluido el ano del pepito y de la pepita los fines de semana.

Es que esto de poner los anos en el asador, en España esta muy de moda en tema de comprar un zulo.

:D :D :D