La propiedad es un derecho natural, en cuanto surgen derechos y obligaciones del señorío de las cosas.
Por ejemplo, si tú llevas un abrigo de un león que has cazado, o que has heredado de tu difunto padre, surgen de esa relación con el bien relaciones jurídicas; tú tienes derecho a conservar y usar del bien, y yo tengo la obligación de respetarte en el ejercicio de ese derecho.
En el caso de que quebrantara esta relación jurídica, incurriría en un acto inmoral, que me presentaría ante la comunidad como un ser peligroso que no respeta la ley natural, y sería castigado de una manera u otra, aunque a la comunidad no le afectara el robo.
El derecho natural está en la conciencia humana, que distingue lo recto de lo inmoral, y que tiene repercusiones muy serias en la propia supervivencia.