Si hubiera pruebas o indicios sólidos, tras haber presentado la UCO el informe del relato final y tras la declaración del día 18 de diciembre, Óscar habría sido enviado a prisión. Durante la declaración se vio que la jueza y la fiscal no tenían nada con lo que acorralar a Óscar. La gran baza (el ADN de Esther encontrado en abril) se desinfló en cuanto Óscar recordó que en enero el maletero ya había sido inspeccionado y que ese ADN no había sido encontrado. Tras la declaración, unas medidas cautelares mínimas y para casa. Y en este momento la jueza estará contenta de haberlo enviado para casa porque tras el último informe que ha recibido, el de los forenses, lo que le dicen es que el relato de la UCO es mentira.
Dos años investigando y utilizando todos los recursos del Estado a su alcance, incluso pidiendo ayudar a empresas externas, para terminar presentando un relato que para sustentarse necesita recrear el atropello haciendo trampas. Ni la T.I.A.