El oro está en manos de los chinos y los rusos. En las cámaras acorazadas de la Fed y en Fort Knox no queda nada. Los americanos han comprendido que si quieren mantener su poder a largo plazo, dado que el dólar se va a ir por el retrete por culpa de los BRICS, la única alternativa que tienen es sustituir el oro por Bitcoin, que no está en manos de sus enemigos. Sobre todo ahora que todavía pueden imprimir todos los billetitos de monopoly que quieran como si no hubiera un mañana.
Nadie va a aceptar el dólar digital, y lo saben perfectamente. Están en un callejón sin salida. Los fondos de inversión, las multinacionales, los bancos y los multimillonarios comprarán todos los Bitcoins que puedan para intentar salvar su riqueza y, cuando lo hayan hecho, empezarán a promocionar Bitcoin a jierro.
No era su plan, pero ahora es su única escapatoria realista.