La desafección rampante en abstención tiene mucho que ver con el hastío provocado por el empobrecimiento. Gracias, democracia urnera, pero la vida real de las personas (bien jodida por cierto) demota un 53% de fulastres-pijos a los que aún no les llegó la hora de decrecer a la fuerza. Otros lo llevan haciendo años y vomitan con desprecio sobre el pijerío de urna.
Podéis iros a la cosa. Y por supuesto, no votando, se expresan cosas que dan derecho (y más que darán) a que esa masa desafecta tome partido, no partidos. Toda revolución es violenta y no necesariamente política, sino social. Ojo, lacis y españoleros. Ojo.