Manifiesto por una democracia verdadera
El presente manifiesto quiere hacer partícipes y protagonistas a todos los que formamos parte de la sociedad civil: mayores, jóvenes, trabajadores, desempleados y personas de todas las clases e ideologías. Este movimiento no está a favor de ninguno de los actuales partidos políticos ni sindicatos: ¡¡ NO NOS REPRESENTAN !!
El sistema de listas cerradas, la férrea disciplina de partido en las votaciones parlamentarias,y la sumisión del poder judicial al poder ejecutivo hacen que no exista separación de poderes y ha derivado en una profesionalización de los partidos y de la política, creando una casta aparte con enormes privilegios.
A falta de contrapesos reales, los cargos electos ignoran a sus votantes -aparte del cortejo ritual durante las campañas electorales-, y gobiernan como correa de transmisión de los intereses de la banca y grandes empresas que los financian, cuando no en beneficio propio personal o de su partido.
En la última década, de mano de la banca y de las empresas inmobiliarias, se permitió o incluso se llego a fomentar una burbuja sobre un bien de primera necesidad, como es la vivienda. Todo ello a pesar de que el artículo 47 de la constitución, promueve a los poderes públicos impedir la especulación sobre la vivienda.
A consecuencia de esto hemos llegado a la mayor crisis económica del país en décadas, que nos aboca a una bajada del nivel de vida y amenaza con provocar el fin gradual del estado de bienestar. Esta amenaza se está sustanciando en forma de recortes en servicios básicos y aumento de impuestos a las clases medias y bajas, al tiempo que se preservan los privilegios de la casta política y se ha procedido al salvamento unilateral por parte del ejecutivo de bancos y cajas de ahorro, todo ello sin consulta alguna a la ciudadanía.
Por ello, queremos denunciar:
- Que los partidos políticos, a través de las cajas de ahorro, y en connivencia con la banca, han aprovechado para dar crédito a raudales sin realizar una adecuada gestión del riesgo, abusando del poder que se les otorga a estas instituciones financieras de crear dinero.
- Que ese crédito se destinaba a la especulación inmobiliaria en gran medida, en lugar de destinarlo a crear riqueza real, inversión, producción, ahorro, arreglar problemas estructurales y en general progresar.
- Que los políticos y reguladores faltos de independencia lo han permitido, no ejerciendo su labor y obligación hacia el público, y mintiendo reiteradamente sobre las consecuencias que estas prácticas tendrían a medio plazo sobre el conjunto de la población.
- Que los medios de comunicación de masas actuaron durante todo este proceso como correa de transmisión de los citados poderes, para amplificar la magnitud y los efectos de dicha burbuja inmobiliaria.
- Que de este modo, en vez de disfrutar de una mayor productividad que repercutiera en nuestra calidad de vida (más riqueza, más tiempo libre, y mejores servicios sociales) hemos abusado de endeudamiento, empobreciéndonos y creando unas condiciones económicas insostenibles que nos han llevado al punto actual de la crisis en el que estamos.
Los responsables máximos de todo este proceso de burbuja inmobiliaria (una auténtica estafa económica perpetrado sobre el grueso de la población) que son los políticos, los banqueros y reguladores, deben ser investigados y procesados por sus actos. No es admisible que los mismos que nos han traído hasta aquí pretendan gestionar ahora la dificilísima situación en que nos encontramos, ni es admisible que una vez se ha determinado su responsabilidad sobre la gestión delictiva de entidades públicas, no se produzca su procesamiento penal.
Por otra parte debemos responsabilizarnos como sociedad civil, y recordar que la democracia exige una ciudadanía activa y responsable si no se quiere que derive en demagogia u oligarquía; donde priman los intereses a corto plazo sobre el bienestar de la sociedad a largo plazo. Debemos responsabilizarnos individual y colectivamente, para asegurarnos de que esto no vuelva a ocurrir jamás.
Sabemos dónde nos encontramos. No queremos más promesas ni propuestas populistas.
Hoy, la sociedad, a través de un sistema de separación de poderes reales y de participación activa, desea y decide ser responsable de su destino y asumir sus consecuencias. Por eso, mediante un proyecto integrador deseamos unir a todos las posiciones ideológicas diversas que conforman la sociedad española para lograr un único objetivo común: "ser libres y dueños de nuestro destino".
Por todo ello, hoy, reivindicamos un cambio urgente, y exigimos:
1. Una reforma de la ley electoral que fomente la participación del pueblo como base, eliminando el control de las direcciones de los partidos sobre el poder legislativo y ejecutivo.
2. La separación efectiva de poderes.
3. Transparencia informativa de todos los niveles del estado.
4. Endurecimiento de la lucha contra la corrupción.
5. El fin de la intervención artificial del mercado inmobiliario que actualmente llevan a cabo bancos y cajas de ahorro, manipulando el mercado de la vivienda, impidiendo la independencia de los jóvenes, y lastrando la capacidad de recuperación y reactivación económica del país. El ejecutivo no tiene potestad para, de forma unilateral, salvar bancos y cajas, o cualquier otra empresa, sin consultar antes a la población mediante referéndum.
6. Independencia del poder político respecto al poder económico. Que los partidos políticos y sindicatos no se puedan financiar por medios privados (dependerán de las cuotas de sus afiliados), y que ningún cargo electo pueda después de acabar su legislatura entrar de cabeza de consejero de alguna empresa. Además total transparencia (reiteramos éste punto) y control sobre las cuentas públicas y de los políticos.
7. Todo acuerdo (urgente o habitual salvo los Presupuestos que estará exento) en el Parlamento (nacional, autonómico y local) tiene un plazo para que puede ser revocado por los electores mediante firmas. La posibilidad de realizar referéndums vinculantes tras la recogida de un número estipulado de firmas.
Todas las exigencias tienen la misma importancia y no son negociables (exceptuando detalles concretos como cifras).