Otro Papaya de turno en busca de sus dólares... Una vez que los consigue ya no se acuerda de la razón por la que quería soltar información.
He de reconocer que es divertido ver cómo van moviéndose las cosas entre bambalinas, pero no nos enteramos ni de la mitad. Somos la moneda de cambio, como te portes mal se lo digo a papá; me parece fascinante y admirable cómo nos levantamos un buen número de españoles de bien a las 07AM para mantener en funcionamiento el circo.
Solo los poetas melancólicos, los que apagan TV y radio, los que se dedican aunque sea un rato a cuidar a otros viven ajenos a todo este ruido, y no son moneda de cambio de nada.
Hasta que les estalla un tren en las narices (11M), aunque estadísticamente es bastante improbable, o tienen que vivir encerrados un par de meses en casa.