*Tema mítico* : Concepto de descapitalización

8cilindros

Madmaxista
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Buenas tardes.

He reabierto el hilo para tratar el tema de la descapitalización, porque el original derivó en un debate distinto al tema que tenía de título.

He traido aquí, los que a mí parecer son los posts más importantes y que más aportaron al tema de la descapitalización, para poder seguir a partir de ellos.

Gracias y sigamos aquí ;)

Buenas tardes.

Abro este hilo para debatir abiertamente el concepto de descapitalización o consumo de capital del forero Luisito2, ya que es un concepto que se ha discutido mucho en este foro, sobre todo entre foreros "relacionados" en cierto grado con la Escuela Austríaca de economía y/o con el liberalismo económico.

Todo esto para los que conozcan al forero Luisito2, claro.

Lo primero sentemos las bases, aunque tampoco me detendré mucho en explicar ciertas cosas, las cuales doy por sentado que el forero medio que entrará a este hilo, sabrá.

En economía neoclásica o mainstream, se suele decir que el consumo de capital o depreciación se refiere al lógico desgaste físico que sufren los bienes de capital debido a su uso, a la climatología, a un desastre natural o por un accidente o bien porque han quedado obsoletos tecnológicamente. Por ejemplo, tenemos 5 máquinas, de un año a otro se nos han roto 2, luego la depreciación es de 2 máquinas.

Luego tenemos el concepto de empobrecimiento generalizado de la Escuela Austriaca. Básicamente la Escuela Austríaca dice que hay empobrecimiento general de una economía cuando su estructura productiva representada por el Triángulo Hayekiano, se achata.

Este es el triángulo hayekiano:

Hayekian_triangle-.gif


Y se achata, cuando pasamos de esto:

Lenghtening-of-the-production-structure-after-additional-savings.png


A esto:

outline-of-the-productive-structure.png


Se reduce el número de etapas, con lo que la estructura es menos alargada y además hay una mayor predominancia del consumo sobre los bienes de capital. Más adelante cuando se abra el debate hablaré del importantísimo Efecto Ricardo para poder entender esto.

Y luego está el concepto de descapitalización o consumo de capital del forero Luisito2, que ciertamente a mí me desconcierta porque no lo he llegado a entender.

Sugiero a Luisito2 que entre al hilo para poder abrir el debate.

Gracias y un saludo.

Son dos cosas distintas, la escuela austriaca también habla de depreciación del capital, pero lo que no tienen las demás escuelas es el concepto de teoría de capital que tienen los austriacos.

Y es a eso que te refieres con el triángulo hayekiano, pero unido con el concepto de depreciación. No son excluyentes en absoluto.

El concepto luisitiano2 de descapitalización alude al hecho de tirar el dinero. Es decir, en vez de usar el capital para producir, usarlo para no producir.

Yo diría que básicamente se trata de la eficiencia del uso del capital, algo que es difícil de cuantificar.

Con un billón de euros puedes crear empresas de robótica que mejoren la producción global o puedes hacer como zp , calles nuevas que no generan riqueza adicional .
El segundo caso sería una descapitalización.
El billón de euros ahorrado ya no está disponible y la liquidación de las calles para recuperar el capital inicial sería negativo.

En una economía, y para el tema que estamos tratando, pueden ocurrir 4 casos:

1. Que el ahorro aumente

2. Que el ahorro disminuya

3. Que se produzca un avance científico-tecnológico

4. Que el estado intervenga con políticas fiscales/monetarias

Me quiero centrar en el segundo caso, que el ahorro disminuya.

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Se pasa de una estructura que está más pensada mirando al futuro, al largo plazo, a una estructura que mira más al presente, al corto plazo. Es decir, los consumidores han decidido aumentar su consumo, por lo que el sistema económico les "satisface" tal deseo adaptando la estructura productiva a su decisión haciendo que se produzcan más bienes de consumo en el corto plazo, pero que el día de mañana dará lugar a menos bienes y servicios de consumo incluso que en la situación inicial.

Para mí, unos de los puntos clave en una economía que decide ahorrar menos, es el Efecto Ricardo pero a la inversa.

Cuando la gente decide ahorrar más, los bienes de consumo bajan de precio, lo que a igualdad de salarios nominales, hace que los salarios reales aumenten, lo que incrementa el costo del factor trabajo. Ahora el factor trabajo es más costoso en relación al equipo capital. Esta es una señal que se les envia a los empresarios incentivándoles a que sustituyan trabajadores por equipo capital. Es decir, hacer lo mismo que hacían antes pero con menos trabajadores, lo que solo puede hacerce con un tipo de equipo capital que permita incrementar la automatización del proceso productivo.

Con el efecto ricardo, no es que los bienes de capital aumenten en número, si no que cambian cualitativamente. Es decir, no cambias un proceso productivo de 2 arados romanos y 2 trabajadores por otro de 3 arados romanos y 1 trabajador (pues caerías en rendimientos decrecientes del trabajo), sino que cambias el proceso productivo de 2 arados romanos y 2 trabajadores, por otro de 1 tractor y 1 trabajador, porque la simple y llana razón de que el tractor aumenta la automatización.

Pero si la gente decide ahorrar menos, es decir, aumentar el consumo, el precio de los bienes de consumo aumenta, lo que igualdad de salarios nominales, hace disminuir el salario real. El factor trabajo se vuelve más barato en relación al equipo capital, lo que induce a los empresarios a sustituir equipo capital por trabajadores, es decir, hacer más o menos lo mismo que hacían antes pero con más gente. Si antes un campo se araba con un tractor y un trabajador, ahora se ara con dos trabajadores y dos arados romanos. Una estructura productiva más cortoplacista.

El concepto de descapitalizacion de Luisito2 se entiende mejor si en vez de CAPITAL hablamos de TEJIDO PRODUCTIVO.

El capital que se acumula en TEJIDO PRODUCTIVO produce incrementos tanto en la capacidad de consumo (erradica la pobreza) como en la capacidad de aumentar la acumulación de TEJIDO PRODUCTIVO. Esta ultima capacidad enciende un "circulo virtuoso" gracias al cual la pobreza puede ser erradicada cada vez mas velozmente.

Cuando se ha acumulado cierta cantidad de capital, nuevas acumulaciones de capital dejan de ser eficientes a la hora de erradicar la pobreza simplemente porque ya queda poca pobreza que erradicar.

Entonces la tendencia es a dejar de acumular capital y aumentar el consumo "superfluo". Ese consumo se consolida mediante leyes que impiden dar un paso atras y volver a la situacion en la que se acumula capital.

Entonces se deja de acumular capital de forma permanente y se consume el capital acumulado primero y el tejido productivo despues.
Esto se puede hacer de muchas formas dependiendo del tipo de sociedad y estructura politica que se tenga. En occidente se hace manipulando los tipos de interes. Pero se puede hacer de otras maneras (siempre es mediante leyes que cortocircuitan el mercado).


Cuando el capital se ha consumido en su totalidad, los tipos de interes llegan a su suelo (por debajo del cual no pueden bajar) y entonces la economia enseña al mundo su estado real mediante una Gran Depresion primero y una guerra mas tarde.

La guerra acaba con el poco tejido productivo que quedaba pero disciplina a la poblacion, que, ahora si, aceptan sacrificios y posponen el consumo para poder acumular capital , crear tejido productivo y escapar de la pobreza.

En ocasiones incluso puede ser una destrucción neta de riqueza porque el valor de los bienes de consumo producidos es inferior al valor de los medios de producción consumidos en su fabricación.

Esto sucede, por ejemplo, cuando el Estado subvenciona la producción: el verdadero valor de mercado del producto subvencionado bien puede ser menor que el coste de producción, pero la producción sigue siendo negocio porque el gap lo cubrimos a balcón, y "no se nota".

Pero a la hora de la verdad, lo que está sucediendo es que estamos metiendo 5 para producir 4, es decir, que con cada unidad producida hay valor que se evapora.



Es que son dos cosas distintas, si bien una es consecuencia de la otra: la descapitalización es consecuencia de la destrucción (más o menos oculta) de riqueza, de suerte que ya no hay ahorro que convertir en bienes de capital (o con el que reponer los bienes de capital existentes), forzando a la economía a revertir a estadíos más simples, menos capitalizados.

Tal y como lo entiendo yo se diferencian dos etapas en los ciclos: acumulación y consumo de capital. En el boom inmobiliario se acumuló muchísimo capital en forma de pisos, maquinaria y trabajadores especializados, más de lo que el mercado puede absorber. En la caída del ciclo, los pisos se caen a pedazos, la maquinaria se pudre, y los trabajadores no pueden aprovechar su especialización en otros campos: se consume todo ese capital acumulado.

Según la teoría austríaca, si el estado no interviene la moneda no se genera el ciclo, y la acumulación de capital es continua y se adapta al mercado. A menos que haya una disrupción tecnológica, los trabajadores se especializan en un único campo, la maquinaria puede utilizarse hasta el fin de su amortización, y todo lo producido encuentra salida en el mercado.

Segun Luisito2 una de las formas "preferidas" de descapitalizacion es la fabricacion de "falsos bienes de capital". Esos falsos bienes de capital (aeropuertos sin aviones, ciudades fantasma, autovias vacias o hacia ninguna parte, AVEs etc) son simulacros de capitalizacion que solo tienen por objeto mantener redes clientelares mediante el consumo de inputs mas valiosos que los outputs.

He intentado explicar este asunto muchas veces pero no logro que se entienda.

Por un lado, tratándose de economía, el asunto es necesariamente abstracto, y por otro, creo que hay una serie de prejuicios y de ideas preconcebidas que hacen muy difícil entender mi punto de vista que es, en realidad trivial.

La descapitalización o consumo de capital de la que yo hablo es mucho más básica y elemental que las teorías, siempre muy complicadas y arbitrarias, de los austríacos.

Los austríacos no tienen una teoría del valor digna de ese nombre y se niegan, por principio a cualquier cuantificación o medición de la economía como un objeto, lo que convierte todas sus propuestas en arbitrarias (aunque muchas son muy lúcidas)

El valor económico de los bienes económicos no es una propiedad de los bienes, como la posición de un automóvil en una carretera durante un viaje tampoco es una propiedad inherente al coche. La posición del coche es una propiedad que el coche adquiere en su relación con la carretera y el valor económico de un bien designa algo similar a la posición que ese bien ocupa en cierta economía.

Un bien adquiere su valor cuando “se sumerge” en una economía dada, lo que significa que el valor económico de un bien depende de la relación de ese bien con el resto de todos los demás bienes, o lo que es lo mismo, del valor de cada uno de los otros bienes.

El valor económico es una magnitud “técnica”, no fundamental, por así decirlo y solo tiene importancia para el algoritmo económico, el algoritmo del mercado, que logra “maximizar la economía”

La “máquina económica”, el libre mercado, es un mecanismo de optimización y esta optimización equivale a resolver un sistema de ecuaciones en el que cada bien de la economía es una variable. Tendríamos un sistema con millones de ecuaciones y millones de variables en las que “todo depende de todo” lo que hace que el problema sea difuso y difícil de visualizar.

Los bienes económicos son simplemente soluciones y adquieren su valor, su valor como soluciones, cuando se ponen en contacto con un problema. El valor de una solución, un medicamento por ejemplo, depende de la gravedad del problema que soluciona, de cierta enfermedad. Así que son los problemas económicos, con la gravedad que les asigna la Humanidad, los que definen el valor de las soluciones a esos problemas, unas soluciones a los problemas económicos que, en economía, se llaman “bienes económicos”

Para mayor complicación, el sistema está fuertemente realimentado lo que termina haciendo que las líneas causa-efecto tengan forma de bucles y los fenómenos económicos sean causa de sí mismos a la vez que efectos de sí mismos.

El valor negativo o gravedad de un problema, la Tuberculosis, por ejemplo, determina el valor económico positivo de las soluciones a ese problema, la Penicilina, por ejemplo, pero la propia existencia de la Penicilina reduce el valor negativo de la Tuberculosis y el propio valor económico de la Penicilina. (Este es el origen de la Paradoja del Agua y los Diamantes)

Todo proceso económico puede verse como una transformación de la configuración de la economía. En este proceso cierto conjunto de bienes A es destruido y cierto conjunto de bienes B es creado.

Es fácil ver que el capital puede ser consumido si nos fijamos en la primera parte de esa frase: En todo proceso económico cierto conjunto de bienes A es destruido.

Si las cosas van bien, cierto conjunto de bienes B, con un valor mayor que el conjunto A será creado pero en economía no siempre las cosas van bien.

Lo que los economistas llaman un “proceso de producción” intenta ser un “proceso de producción neto” pero siempre está formado por un proceso bruto de consumo o destrucción de valor y por un proceso bruto de producción o creación de valor.

Pongamos como ejemplo la producción de pan en una panadería.

En este proceso, el trabajo de los panaderos, el gas, la harina o el uso del pabellón y las máquinas son destruidos o consumidos y abandonan el mundo para siempre. Hay una destrucción de valor en esta parte.

A cambio de esta destrucción de valor, se crea nuevo valor en forma de pan.

El este proceso, la configuración “harina + trabajo + gas + máquinas” se transforma en la configuración “pan”

El que este proceso de consumo + producción consuma valor, y sea, en definitiva, un proceso de consumo, o produzca valor, y sea, en conjunto, un proceso de producción o creación de valor, es algo que no está definido.

La panadería y los que trabajan en ella, son un productor o un consumidor en función del resto de la economía. La panadería, incluso aunque su comportamiento no cambie, será una fuente de riqueza o un sumidero de riqueza en función de cómo encaje en el resto de la economía.

Por ejemplo: en una ciudad sin panaderías, una primera panadería A, será probablemente muy productiva porque es una primera solución a un problema que no tenía soluciones. Esta primera panadería, transformará harina y trabajo con un valor 100, en pan con un valor 130, creando 30 unidades de valor.

Una segunda panadería B, reduce la productividad del sector porque viene a resolver un problema, la escasez de pan, que ya está en parte resuelto. Así que cuando se abra la segunda panadería B, la panadería B, y también la A, pasarán a consumir 105 unidades de valor en forma de harina y trabajo para crear 120 unidades de valor en forma de pan.

Cuando un problema, la escasez de pan, pasa a estar resuelto en mayor medida, las soluciones que resuelven ese problema, ahora menos grave, pierden valor como soluciones.

Las nuevas panaderías además de producir un pan con menor valor, porque es más abundante, consumen un trabajo y una harina con mayor valor.

Esto ocurre porque si hay más panaderías que consumen más harina y trabajo, reducirán la abundancia de harina y trabajo e impedirán que esa harina (una solución) y ese trabajo (otra solución) puedan resolver otros problemas.

Así que si una nueva panadería soluciona un problema: la escasez de pan, lo hace generando un nuevo problema: la escasez de harina.

No se puede asignar ningún valor económico al pan, a la harina o a la panadería (como capital) sin conocer todo el resto de la economía en la que están insertados y el valor del todos los demás bienes de esa economía.

Por este motivo, el “valor económico austríaco”, que es decidido subjetivamente por cada consumidor, no tiene sentido económico: la economía es un fenómeno colectivo que surge con la interacción de millones de individuos. No puede haber valor económico en una economía formada por un solo individuo porque no hay economías formadas por un solo individuo.

Aunque no podemos asignar el valor como capital a una panadería hasta insertarla en una economía real, porque una panadería es una solución cuyo valor depende de los problemas que pueda capturar y resolver, sí podemos establecer unos principios generales.

Una primera panadería es más productiva que una cualquiera de un conjunto de 2 panaderías.

Esto ocurre porque la segunda panadería es una solución para un problema en parte resuelto por la primera panadería.

Si seguimos añadiendo panaderías, la productividad de cada panadería irá disminuyendo hasta hacerse cero, y luego se hará progresivamente negativa.

Cuando hay demasiadas panaderías, cada panadería no crea valor sino que lo destruye. Cada una de esas panaderías que están en exceso es un consumidor parásito de la economía y no un productor.

En una economía “crony capitalist”, producto de décadas de socialismo, una gran parte del “tejido productivo” está formado por consumidores parásitos que destruyen valor. El aumento de la actividad industrial es una mala noticia porque la actividad industrial de esas economías consiste en destruir valor.

La llamada “inversión” o “procesos de inversión” son análogos al proceso en una panadería solo que en lugar de producir bienes de consumo, producen bienes de capital o bienes de equipo.

Los bienes de capital o “capital” son bienes de segundo orden, por decirlo de alguna forma. No resuelven los problemas de la gente sino los problemas que causan quienes resuelven los problemas de la gente.

Al principio la gente no tiene pan, porque no hay panaderías y el único problema es que no hay pan. La panadería es la solución a la escasez de pan, pero en cuanto una panadería se pone a funcionar, genera nuevos problemas que no existían. Por ejemplo necesita una amasadora o un horno industrial.

Los bienes de capital, un horno industrial de panadero, por ejemplo, son soluciones a estos problemas de producción.

Por lo demás el proceso de inversión funciona igual que cualquier otro proceso de producción: es la suma de un proceso de consumo o destrucción de capital, y de un proceso de producción o creación de capital.

El que el proceso de inversión cree o destruya capital es algo que no puede determinarse “en vacío” sino viendo cómo ese proceso se sumerge en una economía concreta.

Construir una autopista es, en principio, destruir un montón de cemento, energía, trabajo y uso de maquinaria pesada. Así que no debería resultar misterioso cómo la construcción de una autopista, un proceso de inversión, puede destruir capital: al fin y al cabo construir una autopista es un proceso muy perfeccionado de destruir capital.

Si este proceso se ajusta de manera exquisitamente precisa, milagrosamente genera una autopista, un nuevo bien de capital, que tiene un valor mayor que el valor conjunto de todo el capital destruido: cemento, energía, trabajo o uso de máquinas.

Sin embargo no hay nada que garantice que la construcción de una autopista creará capital en lugar de consumirlo y cuando las decisiones de inversión no las toma el mercado sino el Estado la destrucción de capital está garantizada.

Es posible que un neurocirujano, que ha tardado años en adquirir una excepcional destreza y sabiduría con el bisturí, asuma que el uso de un bisturí dentro de la cabeza de alguien solo puede mejorar las cosas o incluso puede llegar a ser incapaz de entender cómo cortar a derecha y a izquierda con un bisturí en el interior de la cabeza de alguien podría llegar a dañarle.

Sin embargo, mirando la cirugía con cierta distancia, es fácil ver que, salvo que se haga con una habilidad y precisión extraordinarias, un bisturí cortando en el interior de la cabeza de alguien matará a ese alguien en el 99.99% de las situaciones imaginables.

La destrucción del capital puede ser tanto cualitativa como física. Si en lugar de utilizar varias toneladas de cemento y metales para construir una planta de producción de tractores, se utiliza para construir un estadio para las olimpiadas que quedará abandonado para siempre tras su uso, también se ha destruido capital.

En los términos de la Escuela Austríaca, la estructura productiva está ahora mismo alargada, no achatada.

La Escuela Austríaca suele dar pro hecho ingenuamente que la economía es honesta, y en particular, suele dar por hecho que las cifras contables reflejan las magnitudes económicas reales (Muchos economistas son, en realidad, contables)

No es que crean que la economía es una economía de libre mercado o no es que ignoren que el Estado manipula con su intervencionismo a la economía, pero piensan que esa manipulación es "honesta", que se hace a la vista de todos y que sus efectos pueden observarse y quedan reflejados en las cifras contables (En las que al parecer los economistas tienen una fe reverencial)

En una economía de libre mercado y honesta: en la que las cosas son lo que parecen, la gente, por motivos culturales por ejemplo, puede preocuparse más por vivir intensamente el presente y descuidar los riesgos del futuro, o puede estar preocupada por el futuro y sacrificar los placeres presentes para garantizarse un futuro más seguro.

Suele darse un ciclo generacional en esto. Quienes han vivido en su juventud una guerra, como los españoles y europeos que ahora tienen 80 años, y ha sufrido la incertidumbre extrema y la permanente sensación de que el futuro solo deparará peligros y sufrimiento, adquieren esa aversión al riesgo y tienden a trabajar duro, llevar una vida austera con tal de poder pensar con tranquilidad en el futuro.

Sus hijos y sus nietos, que han crecido mucho más protegidos en un mundo más previsible, tienden a infravalorar los riesgos del futuro y se hacen más partidarios de disfrutar de la vida.

En una economía libre y honesta, la tendencia de una sociedad a ahorrar, o sea, a producir y acumular capital, y a moderar su consumo, permite que una fracción mayor del tejido productivo pueda dedicarse a producir bienes de capital ya que una fracción menor del tejido productivo suministra los bienes de consumo suficientes para una sociedad que lleva una vida austera.

En esta situación, el capital tiende a abundar y, una vez que los usos más urgentes y críticos del capital ya han sido cubiertos, tiende a aparecer una cierta escasez de ideas de cómo emplear productivamente ese capital tan abundante.

(En el ciclo generacional, esta fase suele comenzar con la etapa de reconstrucción tras la devastación de una guerra, y, dado que todas las infraestructuras y todo el tejido productivo han sido destruidos, durante muchos años todo excedente de capital producido tiene un uso trivial: reconstruir la devastación de la guerra. Tras esta fase, comienza la etapa de capital abundante y escasez de ideas de como emplearlo)

Según el capital real es más abundante y según los usos más obvios y urgentes han sido cubiertos, el capital tiene que emplearse para producir bienes menos valiosos, porque los bienes son soluciones a problemas y los problemas más críticos ya han sido solucionados.

El mercado reacciona apagando la luz roja de alarma y anunciando a los agentes que ya no es tan crítico reconstruir el capital perdido: los agentes pueden tomarse un descanso y empezar a disfrutar de la vida.

Quienes estén dispuestos a usar el capital existente, solo podrán hacerlo en usos más superfluos, menos productivos y menos rentables así que ofrecen un precio más bajo por ese capital.

Los tipos de interés, que eran altos para estimular el ahorro y la creación de capital, comienzan a descender porque ya no hay usos críticos del capital y tampoco es necesario estimular el ahorro.

Los tipos descienden progresivamente reflejando esa abundancia de capital real, esa escasez de usos productivos del capital y el que la urgencia por ahorrar haya pasado.

Los empresarios, inversores y emprendedores pueden ahora pensar en proyectos a largo plazo, muy alejados de las necesidades de consumo inmediato y el mercado les permite financiar a muy largo plazo esos experimentos con los tipos de interés bajos.

La estructura temporal de capital austríaca se alarga y se alarga como consecuencia de una abundancia de capital real.

Si la sociedad se duerme en los laureles, el consumo aumenta y el ahorro pasa de moda, volvería la escasez de capital y aparecerían nuevamente usos muy productivos del capital escaso. Los empresarios que quieren ese capital escaso para financiar usos productivos, a corto plazo, y muy rentables, pujan por ese capital que es escaso por la escasez de ahorradores.

Los tipos suben y la estructura austríaca "se achata"

En problema para explicar con este modelo la economía en la que vivimos es que la economía en la que vivimos es un simulacro en el que todas las cifras contables son falsas.

El tipo de interés no lo determina el mercado en función de la demanda y oferta de capital real, en función del número de ahorradores y del número de usos productivos del capital, sino que es el Estado, a través del Banco Central quien decreta un tipo de interés falso.

Este tipo de interés falso ya no refleja la realidad económica sino los intereses a corto plazo de la aristocracia estatista.

A la aristocracia le conviene siempre aumentar el nivel de vida de la gente incrementando el consumo de la gente pero no a base de que la gente tenga que producir lo que consume sino de forma que ese aumento del nivel de vida de la gente producido por su aumento de consumo sea un regalo otorgado por el Estado. (Estos "derechos" concedidos por el Estado son una vulgar compra de votos caciquil de las de toda la vida)

Como al Estado le interesa erradicar la austeridad, el esfuerzo y aumentar el consumo mediado por el Estado (el Gasto Público) el tipo de interés falso del Banco Central está siempre falseado a la baja.

Esto es: el Banco Central falsifica el tipo de interés de forma que simule que hay más capital del que realmente hay, de que se puede consumir más de lo que realmente es posible y de que la austeridad es innecesaria.

De modo que aunque el capital real está siendo destruido a gran velocidad, el tipo de falso emitido por el Banco Central fuerza a todos los agentes a comportarse "como si hubiera" una fuerte abundancia de capital.

No es que el Banco Central envíe una falsa señal que "engaña" a los agentes, como muchos economistas creen, sino que el tipo de interés falseado fuerza a los agentes a comportarse como si hubiera mucho capital y aunque esos agentes no sean engañados por esta falsa señal, son forzados a comportarse como si hubiese mucho capital.

De modo que aunque el capital es críticamente escaso, el tipo de interés falso del Banco Central fuerza un mayor consumo, un menor ahorro y permite financiar proyectos ridículos a muy largo plazo.

De modo que aunque la situación actual es de severa descapitalización, y deberíamos tener una estructura achatada, y unos tipos de interés del 8%, lo cierto es que los falsos tipos de interés del Banco Central son del 0.2% lo que mantiene artificialmente una estructura de capital estirada, una estructura de capital estirada que no es más que el humo de un simulacro.

El error de bulto más grave de la mayoría de austríacos, y no austríacos, proviene de su fe inquebrantable en las cifras contables.

El mundo actual, contiene una inmensa abundancia de ahorro financiero que coexiste con una escasez severa de capital real.

En una economía honesta, el valor financiero del ahorro financiero debe coincidir con el valor económico del capital real pero nuestra economía no es honesta sino que es un simulacro.

El ahorro financiero es el capital real que tienen derecho a recuperar los ahorradores que prestaron ese capital a la economía, típicamente porque prestaron ese capital al Estado o a los bancos.

Ese ahorro financiero no es capital ni tiene valor real, solo tiene valor financiero, esto es: es una promesa o compromiso contractual de entrega futura.

Los economistas, y su inquebrantable fe contable, tienden a deducir: puesto que el conjunto de los ahorradores tienen derecho a recuperar ese capital real, entonces, necesariamente ese capital real debe existir en el mundo o será necesariamente creado para cuando llegue la fecha de cumplir esa promesa.

Se niegan a explorar otras posibilidades porque las otras posibilidades implicarían que los compromisos de pago no se cumplirían y eso violaría las convenciones de la contabilidad, que al parecer consideran más fundamentales que la realidad.

Lo cierto es que hay ahorradores con derecho legal y financiero a recuperar ingentes cantidades de capital real que prestaron, ese capital real no existe en el mundo. Hace tiempo que fue consumido para mantener la ficción del Estado del Bienestar que consiste en crear la ilusión de que es posible producir 30 y consumir 85.

Aunque todo el asunto es una ficción en forma de castillo de naipes no hecho de naipes sino de humo contable, lo cierto es que en esa ficción los tipos de interés simulan un mundo abundante en capital real (que permitiría pagar unas deudas que jamás serán pagadas) y ese simulacro, por medio de los tipos de interés falsos, mantiene artificialmente alargada la estructura austríaca de capital.

Yo creo que el Efecto Ricardo es una generalización, y en cierto modo una simplificación de un efecto más complejo que la subida o bajada de sueldos.
No se trata de que se dejen de utilizar los bienes de capital, significa que se frena la nueva inversión. Porque baje el precio del trabajo no tiras el martillo neumático y vuelves al pico y la pala.

Hay que tener en cuenta que el bien de capital es una inversión mucho más arriesgada que la mano de obra. Es un desembolso mucho mayor, hay que amortizarlo a X años, sabiendo que la demanda puede no ser estable y pueden pasar mil cosas por el camino, mientras la mano de obra es mucho más flexible.

Y no creo que tenga tanto que ver con el propio coste del trabajo, sino con el equilibrio. Pensemos en la burbuja; uso de mano intensivo, y precios de la mano de obra subiendo. Pero nadie se planteaba inversión en bienes capital, porque seguía habiendo beneficio.

El problema es cuando la estructura tiene problemas para obtener beneficio, sean o no los sueldos altos. Puedes tener una empresa (por ejemplo) de limpieza de espacios, y tener barrenderos que cobran poco y cuyo sueldo va a la baja, que si aparece nueva competencia o un nuevo paradigma que haga bajar los márgenes, te verás obligado a pensar en carritos de estos de limpieza motorizados...porque es la única opción de que las cuentas salgan.

Para mi en España tenemos un problema de riesgo. Se invierte poco en bienes de capital por la incertidumbre, las empresas nuevas tienen una tasa horrible de supervivencia, y las consolidadas tienen unos beneficios mucho menores que en otros países del primer mundo.

Y es la pescadilla que se muerde la cola, como no hay beneficios hay incertidumbre, y se termina por no invertir, con lo cual no sube la productividad y con lo cual no suben los salarios y no hay demanda.

Políticamente las soluciones serían las tradicionales: rebajar burocracia e impuestos, que hicieran más factible la 'inversión positiva'. A día de hoy se invierte cuando no queda más remedio, por no hundirse, pero lamentablemente se invierte poco para crecer o mejorar la producción.

Como añadido a lo expuesto por el forero pepeleches, se me ocurre:

No es que los bienes de capital se dejen de utilizar, es que se dejan de reponer.

En efecto, porque de pronto esté tirado contratar operarios no vas a tirar la máquina que todavía funciona.

Pero igual el nuevo escenario te lleva a no reponerla/repararla cuando se rompa, o a no comprar una segunda máquina para aumentar la producción, si ves que sale más a cuenta contratar más personal.

Vale, gracias. Ya decía yo que no me cuadraba del todo que lo que ocurriera fuese que se dejasen de utilizar los bienes de capital solo porque bajara el precio de la mano de obra.

Lo que ocurre es que, como bien ha dicho usted, se dejan de reponer.

A partir de este punto en particular podemos seguir haciendo debate y compartiendo ideas.

Lo único, querría saber la visión de Luisito2, sobre si lo que ocurre es que se dejan de reponer o si se dejan de utilizar ;)

Que es una explicación falaz.

El aumento del ahorro, suele producir, un aumento ulterior de los salarios reales pero no hay un teorema numérico contable que garantice este resultado y, desde luego, la absurda explicación contenida en el “Efecto Ricardo” es una explicación lógica y numéricamente inconsistente.

La incapacidad matemática de los economistas y su falta de rigor es sobrecogedora hasta el punto de que un consumado chapucero perfectamente torpe para la matemática como yo puede verlo en el primer vistazo.

Veamos, como ejemplo, esta explicación de Huerta de Soto:

Efecto Ricardo - Jesús Huerta de Soto



Esto es falso, y proviene de una visión localista, incapaz de integrar la economía como un todo.

La idea, sumamente ingenua, es que si la gente decide gastar menos dinero en consumir, los productores de bienes de consumo serán obligados a reducir los precios de los bienes de consumo al desplazarse la “curva de la demanda”

Nuevamente, esto es una visión antropocéntrica, y socialista de la economía, análoga a las falaces teorías que sostienen que la “lucha obrera” logrará un aumento ilimitado de salarios (y que todo aumento de salarios ha sido una consecuencia de la lucha obrera)

La tesis parece ser que si los consumidores reducen su demanda de bienes de consumo en una huelga de consumidores, la misma oferta de bienes de consumo obligada a casar con una demanda menor, obligará a los productores a reducir sus precios. El esquema es, en el fondo, la misma explicación falaz de por qué una sucesión de huelgas de trabajadores logrará elevar los salarios en esa economía.

Esto es falso, y deducir de ello que crecerán los salarios reales es absurdo.

La introducción progresiva del ferrocarril y del automóvil redujo drásticamente la demanda de caballos. ¿Ha reducido eso drásticamente el precio de los caballos? No, porque el mercado compensó una progresiva reducción de la demanda de caballos con una progresiva reducción de la producción y oferta de caballos.

Si la reducción de precios (monetarios) de los bienes de consumo es el efecto de una huelga de consumidores en forma de decisión de ahorro monetario de esos consumidores, esa reducción de precios se mantendrá solo mientras se mantenga esa reducción de la demanda.

Ahora bien, esa reducción de la demanda es una reducción de salarios, no un aumento de salarios.

Podemos ver un análogo cíclico a esta huelga de consumidores en el sector turístico. Cuando acaba el verano, la demanda de apartamentos en Ibiza se reduce drásticamente, reproduciendo lo que ocurriría si los consumidores iniciaran una huelga de consumo decidiendo gastar menos dinero. El efecto, un efecto local, es la reducción de precios de los apartamentos en Ibiza. Mirando superficialmente, se diría que el efecto es el que predicen Ricardo y Huerta de Soto, pero no. Los bajos precios de los apartamentos en Ibiza son una ilusión, no son los precios a los que se disfrutan esos apartamentos sino los precios a los que no se disfrutan.

No son precios bajos al consumo sino precios bajos porque no hay consumo.

Los turistas alemanes que no pudieron permitirse esos apartamentos en Julio podrían tener la idea de disfrutar de esos apartamentos en Noviembre, ahora que los precios son bajos pero en cuanto los turistas alemanes comenzasen a demandar esos apartamentos en Noviembre, los precios en Noviembre se igualarían a los de Julio.

Imaginemos que el único bien de consumo que existe es la comida.

La gente de cierto país gasta cierta cantidad de monedas en comprar 2000 calorías de comida cada día.

Tratando de desencadenar el Efecto Ricardo, deciden ahorrar monedas. En lugar de gastar 100 monedas en comprar comida gastan solo 80 y en lugar de comprar y consumir 2000 calorías, aceptan pasar hambre y comprar y consumir 1600 calorías.

La disminución de un 20% de la demanda de comida reducirá los precios de la comida, obviamente, pero esa reducción es una ilusión.

La gente que antes consumía 2000 calorías ahora pasa hambre y consume solo 1600 calorías lo que nos indica que los salarios reales no han aumentado sino que se han reducido un 20% (La gente pasa hambre cuando sus salarios se reducen no cuando sus salarios aumentan)

La demanda un 20% menor, si el volumen de la oferta se mantiene, reducirá los precios pero esta reducción es ilusoria, en el sentido de que está causada por esa reducción de un 20% de la demanda. Si los consumidores deciden terminar su etapa de ayuno y volver a demandar lo que demandaban antes, los precios volverán a donde estaban antes.

La idea de que los consumidores pueden reducir su demanda del 100 al 80, causar una reducción de precios, y una vez causada esa reducción de precios, volver a consumir 100 pero a los precios reducidos, es falsa. La relación-causa efecto en los cambios de la demanda (causa) y los precios (efecto) funciona en los dos sentidos: si la reducción de la demanda de 100 a 80 produce como efecto una reducción de precios, el aumento de la demanda de 80 a 100 llevará los precios a donde estaban.

El dinero no juega ningún papel fundamental en la economía, las economías modernas son economías de trueque (siendo las economías antiguas economías de regalo)

Ninguna explicación económica de un fenómeno fundamental requiere usar el concepto del dinero, que es un concepto místico y lingüístico sin definición económica. No hay ningún objeto económico que corresponda al concepto de dinero, “dinero” es solo una palabra sin significado definido.

Cuando una sociedad decide ahorrar, está decidiendo aceptar un esfuerzo adicional, está decidiendo llevar una vida más austera, está decidiendo producir más y consumir menos.

Este aceptar “consumir menos” es aceptar salarios reales menores. Los salarios ni están hechos de dinero ni tienen relación alguna con el dinero. El salario de un ciudadano o familia es esa “cesta de la compra”, un conjunto de bienes de consumo, que cada mes ese ciudadano o familia lleva a su casa y consume. El “tamaño” o “magnitud” de ese salario lo determina el valor económico de ese conjunto de bienes consumidos que forman la “cesta de la compra”

Cuando una sociedad decide ahorrar más, está decidiendo producir más y consumir menos.

Este “consumir menos” consiste en que el conjunto de las “cestas de la compra” que consume esa sociedad se reduce en valor, luego la decisión de ahorrar es la decisión de aceptar voluntariamente una reducción de salarios reales (una reducción del nivel de consumo o nivel de vida)

Si se produce más valor económico y se consume menos valor económico, se genera un excedente de valor económico que al ser creado y no consumido, se acumula en la economía.

Este excedente de valor producido, no consumido y acumulado en la economía es lo que llamamos “ahorro real”. Sin embargo, este excedente acumulado no se acumula como un exceso de oferta de productos de consumo que al no ser demandados ni poder ser vendidos hagan hundirse los precios al consumo.

Si una sociedad consume y demanda 50.000 toneladas de patatas al año, producir 80.000 toneladas de patatas, vender y consumir 50.000 y tirar a la sarama 30.000 toneladas de patatas, NO es una solución económica eficiente y NO es la vía para lograr salarios más altos en el futuro.

Los economistas deberían recordar que el precio de un bien solo refleja el valor económico de un bien en condiciones de equilibrio. Esto significa que, aunque alterar el valor de un bien cambia su precio en equilibrio, alterar un precio no cambia el valor de un bien. Las estrategias que persiguen modificar el valor, y en concreto crear valor, a base de alterar un precio con la introducción de un desequilibrio, son ilusorias: las Leyes de control de precios, por ejemplo.

Si cierta economía produce 80.000 toneladas de patatas, consume solo 50.000 y tira a la sarama 30.000 toneladas de patatas cada año, logrará un precio muy bajo de las patatas pero este bajo precio es ilusorio porque se ha causado introduciendo un desequilibrio brutal. No puede deducirse, como hace Huerta de Soto, que estableciendo una sobreoferta masiva se logra una reducción del coste de esas patatas.

Aunque el precio de mercado de las patatas pueda ser (transitoriamente) muy bajo si se producen 80.000, se consumen 50.000 y se tiran a la sarama 30.000, el coste de las patatas para esa economía es enorme.

Ese bajo precio, que es ilusorio y transitorio, es consecuencia de un severo desequilibrio. Ese bajo precio es un mecanismo que desencadena el mercado para erradicar ese desequilibrio que es ingentemente costoso. El mercado, una vez detectado el desequilibrio, el que se produzcan 80.000 cuando solo 50.000 son necesarias, establece ese bajo precio para incentivar que los consumidores encuentren usos útiles a las patatas y para incentivar a los agricultores a que produzcan otras cosechas diferentes a las patatas. El mercado intenta por todos los medios evitar que 30.000 toneladas de patatas y su valor sean destruidas cuando se tiran a la sarama.

Crear ese severo desequilibrio es un sabotaje al mercado (y a la economía) y el precio muy bajo que aparece es un mecanismo transitorio del mercado para erradicar ese desequilibrio. No se puede erradicar la pobreza ni crear prosperidad utilizando los cambios de precio ilusorios logrados inyectando desequilibrios en la economía: los bajos precios producto de una sobreoferta o los altos precios productos de una escasez, son ilusorios, no representan el valor económico de los bienes y son anomalías que el mercado está intentando corregir.

Ni las leyes de control de precios, ni los monopolios que restringen la oferta ni las huelgas de un tipo u otro, pueden crear valor económico ni erradicar la pobreza.

Cuando una sociedad decide progresivamente ahorrar más, consumir menos y producir más, se produce una sobre producción y sobreoferta marginal de bienes de consumo que reduce (marginalmente) sus precios y desencadena una reducción de la oferta de bienes de consumo. (Si esa sociedad consumía 80.000 toneladas de patatas y 20 años más tarde solo consume 50.000, el mercado habrá ido haciendo que las cosechas de patatas se reduzcan de 80.000 a 50.000 manteniendo el equilibrio, y los precios)

La reducción del consumo y de la demanda de bienes de consumo hará que se reduzca la producción de bienes de consumo en esa economía pero, ¿Cómo puede esa sociedad mantener o aumentar su producción si reduce la producción de bienes de consumo?

Pues aumentando la producción de bienes de capital.

El dinero no juega ningún papel en esto: Si tenemos una economía con un PIB de 100 y un sector de bienes de consumo con un PIB de 80. Y la gente decide producir más haciendo que el PIB pase de 100 a 110 y la gente decide consumir menos haciendo que el sector de bienes de consumo pase de 80 a 70, entonces el sector de bienes de capital habrá crecido desde 20 hasta 40.
El excedente de producción acumulado por la decisión de ahorrar, el ahorro real o capital, no se acumula como un montón de bienes de consumo que hay que tirar a la sarama lo que generaría una reducción de precios (ilusoria) y un aumento (ilusorio) de salarios reales resultado de una sobreoferta (transitoria por corresponder a un desequilibrio introducido como un sabotaje)

Ese ahorro real, producto de un excedente de producción, se acumula en forma de bienes de capital que ni pueden consumirse ni forman los salarios, cosas como instalaciones industriales, máquinas, cosechadoras, líneas de ferrocarril, hospitales y demás bienes de capital que forman el “tejido productivo” de una economía.

Una economía que construye progresivamente un tejido productivo mediante el esfuerzo del ahorro debería conducir, y si se le deja a su aire conduce, a un futuro con salarios reales mayores. Esto es: reducir la fracción del PIB que representan los salarios desde el 80% hasta el 60% es perfectamente compatible con un aumento de salarios progresivo y normalmente, los salarios son mucho más altos en economía en las que los salarios son el 30% del PIB que en economías en las que los salarios son el 95% de PIB.

Sin embargo no hay ningún argumento lógico elemental que permita demostrar que la decisión de ahorrar hoy conducirá necesariamente a salarios mayores mañana, como pretenden Ricardo o Huerta de Soto.

Se sabe que a base de ensamblar juntas un montón trozos de madera es posible obtener un violín, pero esto no significa que arrojando juntos unos trozos de madera obtendremos un violín ni es posible dar con una demostración matemática que garantice que un conjunto de trozos de madera “causarán” un violín necesariamente.

Si el sistema se ajusta bien, esto es, si se deja que el mercado salvaje lo ajuste, ese excedente de producción materializado como ahorro real o tejido productivo, tendrá un efecto multiplicador que permitirá crear más bienes de consumo con menos esfuerzo, un resultado que llamamos aumento de los salarios reales.

Sin embargo este efecto multiplicador es críticamente dependiente de la configuración que adopte a ese ahorro real, como la configuración de trozos de madera es crítica cuando se construye un violín y no existe ninguna garantía matemática de que ahorrar, por sí mismo, elevará los salarios reales futuros.

Como nos muestra el ejemplo histórico de la URSS, es posible materializar un tejido productivo ingente, producto de un esfuerzo ingente de ahorro y austeridad en el consumo, y ver como ese tejido productivo ingente no aumenta sino que disminuye los salarios reales. Cuando colapsó la URSS, el 30% del PIB se destinaba a producir y dotar de bienes al ejército, o lo que es lo mismo, el 30% del PIB se tiraba a la sarama.
El ahorro real, como materia prima, debe ser configurado en el proceso de “inversión” que debe ser óptimo: si producir un 1% más de cosechadoras o un 1% más de locomotoras. Solo un libre mercado, y su algoritmo de asignación de capital o configuración del tejido productivo puede lograr esta configuración óptima pero esto no es algo que pueda demostrarse con dos líneas de ecuaciones.

La única vía para erradicar la pobreza es el ahorro pero ninguna demostración elemental puede demostrar que el ahorro siempre erradicará la pobreza y, de hecho, si el ahorro no se utiliza correctamente no erradica la pobreza, del mismo modo que, aunque hacen falta unos trozos de madera para construir un violín, no está garantizado que todo proceso que comience reuniendo unos trozos de madera terminará en un violín.

Me refería simplemente a la diferencia entre capital y salarios o bienes de equipo y bienes de consumo. Esta clasificación sirve a grandes rasgos aunque es algo arbitraria en sus fronteras.

Los bienes económicos son soluciones pero la economía no trata sobre la construcción de esas soluciones.

Un juguete, un medicamento, una camisa, una bici, el pan o un armario son soluciones a problemas humanos, a una clase restringida de problemas humanos: “problemas humanos económicos” (Los problemas humanos económicos tienen la propiedad de poder caracterizarse completamente mediante un solo número, como el 456)

Corresponde a la farmacología crear y perfeccionar las soluciones (bienes económicos) que son los medicamentos, a la agricultura crear las soluciones que son la comida o a la ebanistería descubrir los problemas de mobiliario de la gente y darles solución en forma de muebles.

La economía reside en un nivel más abstracto en el que sin conocer cuáles son los problemas humanos o por qué son problemas o cuáles son las soluciones concretas a esos problemas, se encarga de optimizar el conjunto de soluciones. La economía coordina, en términos abstractos, el desarrollo de todas esas soluciones para optimizar el sistema, para lograr la solución, en la mayor medida posible, de todos los problemas humanos económicos.

La economía hace esta optimización sin conocer los problemas concretos que se solucionan ni las soluciones que se aplican. Es un proceso abstracto de optimización que sirve para cualquier conjunto problemas de soluciones. Todo esto hace que la economía sea bastante difusa, alto anti-intuitiva y difícil de entender.

En estos términos abstractos, cada vez que una solución económica se acerca a un problema económico, solución y problema son destruidos recíprocamente: como si se aniquilasen y desaparecieran.

El medicamento es la solución al problema de la enfermedad. Cuando arrojamos el medicamento al enfermo desaparece el problema, la enfermedad ya no está y el enfermo se ha curado, pero en ese proceso de aniquilación también desaparece el medicamento. Solución y problema se aniquilan recíprocamente y desaparecen.

En economía se dice que la solución, el medicamento, “ha sido consumido”. El consumo del medicamento, del bien económico, destruye ese bien económico pero esta destrucción no es un despilfarro: es necesario que el medicamento sea destruido para que en su destrucción destruya y haga desaparecer la enfermedad.

Como la vida se ocupa por sí misma de reponer rápidamente los problemas que se hacen desaparecer y como hacer desaparecer esos problemas implica consumir, destruir, las soluciones que llamamos bienes económicos, la actividad económica consiste en una carrera contra los problemas, en una batalla contra la pobreza consistente en crear rápidamente las soluciones que van desapareciendo.

La continua creación de soluciones que repongan las soluciones aniquiladas en su encuentro con los problemas es lo que se llama “producción económica”

Para simplificar la explicación de la economía, conviene unificar todo el sistema en términos de aniquilaciones de problemas-soluciones y ver todos los bienes económicos como soluciones de un solo uso que son destruidas, consumidas, cada vez que se aplican.

Muchos bienes, una bici o una vivienda, no son destruidos cada vez que alguien vive en la vivienda o monta en la bici. En estos casos, lo que simplifica más el análisis es considerar que la bici o la vivienda no son soluciones económicas sino algo análogo a fuentes de las que brota un “flujo de soluciones económicas”.

Es este “flujo” el que es consumido y en su consumo aniquila los problemas. Si la leche es una solución económica, que es consumida cuando resuelve un problema, la vaca es una fuente de leche. La vaca sería un meta-bien económico, la fuente de un flujo de soluciones económicas que puede ser consumido.

La vaca, como la tierra que produce comida sin consumirse o como el hospital que cura a los enfermos sin desaparecer, es “capital”.


Es el “uso del capital” o flujo de soluciones que genera el capital, la leche de la vaca, lo que es consumido en la aniquilación de problemas.

El capital obtiene su valor económico, su capacidad para aniquilar problemas económicos, de forma indirecta, según el flujo de soluciones que genera aniquilen problemas. Es este carácter de “flujo” o “fuente” de flujo del capital lo que da un carácter fundamental al Tipo de Interés en economía.

La leche o la Penicilina son bienes económicos, soluciones a problemas humanos, la vaca o un laboratorio farmacéutico no. El componente crucial que necesitan una vaca o un laboratorio para convertirse en soluciones, para crear un flujo con valor económico real es la materia prima más fundamental en economía: el Tiempo

En una economía pobre, primitiva, todo el esfuerzo es dedicado a producir bienes económicos que puedan consumirse directamente: comida, por ejemplo. Este conjunto de bienes económicos con valor económico directo, que pueden consumirse y en su consumo aniquilan un problema: la comida que aniquila el hambre, por ejemplo, es lo que en economía se llaman “salarios”

Los salarios están hechos de cosas como leche, pero no de vacas, de cosas como ropa, pero no de telares, de cosas como medicinas, pero no de laboratorios.

Esa economía primitiva y pobre dedica todo su esfuerzo productivo a producir comida, medicinas o ropa, a producir salarios. Diríamos que el 100% del PIB de esa economía es la producción de salarios.

Los salarios, un juguete, un pastel o un medicamento, para que puedan ser “ingresados” deben ser antes producidos y cuando una economía produce pasteles, juguetes o medicinas está produciendo salarios. Una fábrica de pasteles, incluso aunque este habitada solo por robots, lo único que produce son salarios, porque los pasteles son salarios.

En economías más prosperas, una fracción creciente del esfuerzo productivo, según progresa la prosperidad, deja de ser empleado a producir “salarios”, cosas como comida, y dedicado a producir capital, cosas como cosechadoras.

La cosechadora, como meta-solución, genera un flujo de comida, si se le concede tiempo, un tiempo que la cosechadora consume, pero no es comida propiamente dicha ni pueden formarse salarios con cosechadoras, ya que las cosechadoras no son soluciones directas a problemas humanos.

Una fábrica de pasteles es una fábrica de salarios (bienes de consumo) mientras que una fábrica de cosechadoras es una fábrica de capital.

(No sé si he aclarado algo o lo he dejado aún más confuso)

La terminología consumo de capital es de origen austríaco, aparece recurrentemente en mucha de la literatura austríaca, desde hace casi 100 años, como una búsqueda por internet permite descubrir.

El uso que hace Luisito2 de estos términos es muy cercano, sino el mismo, que el de la escuela austríaca. Durante el periodo de auge que explica la TACE se induce el consumo de bienes de capital mediante la aparición de malas inversiones (aeropuertos sin aviones, AVEs sin pasajeros, y demás...), lo que supone una disminución posterior de los bienes de consumo, ya que parte del ahorro de la sociedad se ha canalizado en proyectos que en algún momento se descubrirán como no rentables.

LA no rentabilidad económica, que Luisito explica como la disminución de valor de los ínsumos y de los productos, es la forma austríaca típica en que se muestra el consumo de capital.

No solo son explicaciones coincidentes, sino que son la misma.



La única discrepancia es con respecto a la teoría del valor.

Ahora Luisito2 afirma que es innecesaria una teoría subjetiva del valor, ya que según él no es útil para explicar precios objetivos, que son observables al igual que lo son las magnitudes físicas de un experimento mecánico, por ejemplo.

Sin embargo, para destronar a la teoría del valor austríaca hacen faltan más armamentos.

Esta es capaz de explicar la paradoja del valor del agua y los diamantes, lo que no hace ninguna otra teoría del valor, ya sea la TVT de Ricardo, la teoría Marxista del VT, teorías de costes, o la teoría de Luisito2.

Que el valor es subjetivo no es algo que haga falta demostrar. Todos valoramos a diario bienes y servicios, y no hay nada en ello objeto de discusión. Cada persona se lo demuestra a si mismo cada día.

Al revés, son las teorías objetivas del valor las que ahora mismo están desprestigiadas. Ningún valor objetivo ha sido jamás observado por economista (o no economista) alguno. Los contraejemplos son abundantes. En algún hilo sobre el valor se propusieron y era escándaloso la cantidad de bienes y servicios que la TVT marxista dejaba fuera del análisis.

Y de igual forma que el valor subjetivo produce precios objetivos en la interacción social, el amor u otros sentimientos producen eventos reales, como matrimonios, crímenes pasionales, etc.

La sencillez de estos argumentos es irrefutable. No hacen falta centenares de líneas para ello. Propongo respuestas específicas a cada tema planteado, o nos eternizaremos.

---------- Post added 15-jun-2017 at 00:13 ----------

Por cierto, este hilo está plagado de liberales (un saludo a todos), exiliados del foro general y teniendo en cuenta el nivel paupérrimo que ha alcanzado, todo son temas generados por nazis, CMs progubernamentales y poco más.

Con lo que este foro fue.

Hola Kikepm. Encantado de que aparezca por el hilo y gracias por su comentario.

Yo estoy intentando captar la idea de descapitalización de Luisito2, lo que ocurre es que cuando parece que lo pillo, se me vuelve a escapar su concepto.

Yo creo que el concepto de consumo de capital, es aquel en el que concuerda tanto la Escuela Austriaca como cualquier manual de economía neoclásica y es simple, y llanamente, el desgaste físico de los bienes de capital.

¿Qué me dice usted?

Luisito2, yo entiendo su explicación, lo que ocurre es que no le encuentro sentido para explicar el concepto de descapitalización. Me explico.

Usted dice que lo que se consume no es el capital (la bici) sino el flujo de soluciones que otorga el capital (el servicio que ofrece la bici --> montar en bici).

Según su explicación tenemos 3 conceptos;

-El problema a solucionar --> necesidad de ocio

-Solución al problema --> el servicio que ofrece la bici --> montar en bici

-Capital "o fuente de la que brota un flujo de soluciones al problema" --> la bici

Supongamos, como usted dice, que el capital no se consume, sino que lo que se consume es ese flujo de soluciones que ofrece el capital. Si una vez, en el momento T tenemos necesidad de 2 horas de ocio, necesitamos un servicio de 2 horas de montar en bici. Después de estar 2 horas montando en bici ya no sentimos más necesidad de montar en bici porque nuestra necesidad ha sido satisfecha. El problema ha sido erradicado. Y la solución, el servicio de 2 horas de montar en bici, también.

¿Pero qué ocurre si otro día cualquiera, en el momento T+2, volvemos a sentir la necesidad de 2 horas de ocio?

Pues que volvemos a coger la bici otras 2 horas.

¿Ha habido empobrecimiento (problemas que no se pueden solucionar) entre el momento T y el momento T+2?

No.

Es decir, si suponemos como usted hace, que lo que se consume es el flujo de soluciones y no el capital, no hay descapitalización.
 
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Cuando una sociedad produce 100 y a pesar de eso se permite el lujo de consumir 110, esa diferencia de 10 unidades no producidas que se consumen debe provenir de una producción hecha en el pasado y legada al futuro en forma de ahorro. Este proceso es el de “descapitalización por consumo del capital”. Si mira fotos de la vieja Habana o del viejo Detroit puede hacerse una idea de que aspecto tiene.

Esta “descapitalización por consumo del capital” que tanto le intriga o desconcierta a usted no es la parte fundamental, sino solo una herramienta o argumento auxiliar usado en el intento de explicar algo más fundamental.

Esto es lo que quería que me explicara. Lo demás que usted ha dicho pertenece a la teoría del ciclo económico que explica el porqué de las depresiones. En cambio yo todavía no quiero debatir acerca del significado ni el porqué de las depresiones.

Simplemente quiero que primero explique esa herramienta argumento que sirve para explicar el porqué de las depresiones, es decir, esa "descapitalización por consumo de capital".

Imaginemos que no hay sector público ni sector exterior. Hay un capital ahorrado en forma de bienes de capital que hacen más productivo al ser humano.

¿Como puede una economía producir 100 y consumir 110 si como hemos supuesto no hay sector exterior?

Levando trabajadores y recursos a las etapas de consumo y dejando de fabricar bienes de capital, es decir, disminuyendo el número de etapas de la estructura productiva, achatándola.

Esto hará que aumente la producción de salarios, como usted dice.

¿Pero que pasará cuando los bienes de capital que utilizan las indistrias de bienes de consumo (de producción de salarios) se rompan o dejen de funcionar.

No podrán arreglarse ni sustituirse por nuevos bienes de capital porque ya no hay una etapas superiores produciéndolos.

¿Entonces es una destrucción física no?
 
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