En un país donde ser hombre blanco autóctono heterosexual se corresponde con ser una persona de segunda categoría.
En un país donde es muy probable que te quedes sin casa, sin dinero, viviendo debajo de un puente, mientras la juguetona que te ha denunciado falazmente se queda con el piso, el hijo y se ama a ese maromo que acaba de entrar por la puerta mientras tu salías con lo puesto, que incluso hasta sea el verdadero padre de ese niño al que llamas hijo.
En un país donde el ser un ciudadano honrado está gratificado con ser saqueado por todos los tentáculos que papa Estado posee. Amparado en el supuesto contrato social que nadie ha firmado. Latrocinio patrocinado por los derechos y obligaciones del Estado que supuestamente tenemos todos en aras del bien común. Mientras ese dinero regalado por impuesto se vierte en in-gentes que tienen derechos(casta) por representación y adjudicación votada por la masa, e in-gentes que tienen derechos(pagapensiones), pero que no se sabe de dónde y porqué cuento de las mil y una noches proviene esa supuesta legitimidad. Sin embargo, cosas de la vida, ambos grupos sociales no tienen ninguna obligación para con los que mantienen esta atomización controlada.
Llámelo miedo si quiere, Yo lo llamo pura supervivencia tangible hasta la llegada del fin mayor, ya que para mí el tener un hijo ahora mismo sería una utopía halagüeña, veneno que dilataría mis venas hasta verlas estallar de dolor y sufrimiento por traer a este mundo sangre de mi sangre con el único futuro de que sea un mísero esclavo.
Ahora bien. No voy a malgastar mi tiempo en viajecitos estúpidos y gastos materiales irrelevantes para saciar mi egoísmo más profundo mientras todo por lo que vale luchar se pudre con aspavientos sensuales. Éste sistema desvergonzado debe ser cambiado le pese a quien le pese. La única manera de realizar este nuevo trayecto es a través de la convicción de que la gente que suelta improperios contra está aberración se siente sin voz ni voto. Por ello es de rigor, la organización conjunta entre las personas que nos sentimos hastiados de tanta desfachatez. Y elaborar la nueva política liberadora que debería de ser implantada mientras se actúa a través de la desobediencia civil, es decir, repudiar absolutamente de todo lo estipulado por este sistema corrupto a partir del R-78.
Por no extenderme más, prefiero luchar por cambiar está cosa de sociedad en la que vivimos y morir en el intento que tener hijos y ver como está sociedad de cosa se los come tal cual hizo chronos con los suyos.
PS: Por una Revolución Cívica, por una Revolución Sana.