Chorradas, chorradas everywhere.
1.- Las armas no matan, mata la gente. El que quiere dar de baja de la suscripción de la vida, mata con lo que pilla.
2.- En los países con acceso a las armas la gente no se suicida más. Se suicidan más usando las armas porque es más práctico, pero menos con otros medios más estúpidos y/o cruentos. Pero no te suicida el arma, te suicidas tú, otra vez.
3.- Los delincuentes delinquen, es lo suyo. Pensar que facilitar el acceso legal a las armas va a cambiar en algo el arsenal de los delincuentes es de memos
4.- Las armas, en general, son para que el otro sepa (o crea) que las tienes, no para usarlas. El miedo guarda la viña.
5.- Por cada grupo de albanokosovares ex-militares que asaltará tu casa y disparará sin preguntar hay mil (o más) grupos de rumanos que la asaltarían armados con palos porque no se juegan (casi) nada, y que ya se cuidarán de hacerlo si piensan que se pueden llevar dos tiros de premio.
6.- Lo ÚNICO que puede detener a un terrorista/chalado armado es un ciudadano armado. ¿No han notado como todas las matanzas se dan siempre en lugares donde las armas están prohibidas. Es porque un hombre armado en una zona libre de armas es como un lobo entre corderos.
7.- No se trata de regalar las pipas con las tapas del yogur. Lo lógico será que la tenencia de armas requiera de una demostración fehaciente de conocimiento (siquiera básico) de su uso, antecedentes y perfil psicológico aparte.
8.- ¿Por qué creen que nos miccionan y dicen que llueve? Porque el Estado no nos tiene ningún respeto, porque sabe que somos borregos, no ciudadanos.
9.- La democracia es una abstracción de la guerra (un voto=una espada, contamos los votos y la guerra la habría ganado el que más espadas tuviera). Se sigue que un sistema político en el que el ciudadano está desarmado en realidad no es una democracia, sólo lo parece. Si un actor armado ve el órdago, resulta que la democracia iba de farol.
Y todo eso, mirusté, sin soltar ni un "muy de derechas", ni un "progre", ni un "mugremita", ni ná.
Espabilen, que la ley no es más que un acuerdo común sobre lo que no queremos que puedan hacer los demás.
Pregúntense que rumia su prójimo (no digo ná de los poderes políticos), que quiere que usted no pueda defenderse ni en su propia casa...