La clave va a estar en su educación y desarrollo. Y en ese camino va a tener muchos y variados "maestros". Unos en la escuela, otros en la calle, otros en sus padres, otros en sus experiencias vitales personales... Evidentemente, no vas a poder (ni deberías) controlarlos todos, y algunos como sus amigos van a ser realmente poderosos. Sin embargo, en casa creo que es donde tiene la mayor influencia, si sabes cuidar de ello desde temprano. No vas a poder estar ahí para él o ella en todas las ocasiones, así que lo mejor que puedes hacer es prepararle para que pueda decidir por sí mismo cuando tú no estés. Darle un marco de comportamiento, unas normas lógicas, un criterio que pueda seguir. Proporcionarle herramientas y habilidades para que sea capaz de distinguir lo que es bueno para él y su desarrollo y lo que no. Y es importante que aprenda todo eso de forma consciente y que entienda el por qué y sus consecuencias. Si intentas educarle solo con temor a tu autoridad, en cuanto no estés y/o no te tema, probablemente tome decisiones equivocadas, o se deje llevar por las decisiones de otros.
Dicho todo esto como marco general, como te indicaba el compañero ahí arriba, tienes métodos concretos para controlar y limitar su exposición hasta que sea capaz de hacerlo por sí mismo. Lo mejor que puedes hacer es acompañarle en su acercamiento a la tecnología, que la conozca contigo y comprenda sus vicios y virtudes. Estimularle para que se sienta atraído por actividades más creativas o provechosas en su relación con la tecnología, y que la vea como lo que es, una herramienta, un complemento. Pero intentar que encuentre su camino disfrutando de otras cosas más enriquecedoras, la lectura, el cuidado personal físico y mental, el aprendizaje e investigación, las artes, sus primeros negocios, habilidades sociales, etc... Eso va a requerir mucho de tu tiempo y esfuerzo, pero sobre todo, mucho apoyo e implicación. Te aseguro que merecerá la pena, cuando puedas soltar su mano y dejarle ir sabiendo que le has preparado lo mejor que has podido, y que está listo para enfrentarse al mundo por sí mismo.
Después sólo vigila. Mantente en la sombra, siempre atento y siempre dispuesto a ayudarle. Vigilante por si detectas algún comportamiento dañino para él y tienes que intervenir. No debe notar tu presencia, pero debe saber que puede contar contigo siempre que te necesite. Te habrás tenido que currar la relación durante muchos años, manteniéndote comprensivo y dialogante, haciéndole entender que siempre va a tener tu puerta abierta. Deja que viva su vida pero respáldale, y estate dispuesto, siempre que sea necesario, a dar la cara y tu vida por él.
Ánimo y suerte. Lo harás bien.