Ja, ja....!, ¡que divertidos son estos fulastres satánicos!, nos llevan de regreso a la edad media donde un pobre con poca gracia podia ser ejecutado por robar una patata o similar.
Ahora pretenden robarte lo que muchos no consiguen ahorrar en una vida de trabajo por el peregrino delito de entrar a un restaurante.
¡Horcas, señores, muchas horcas es lo que el mundo empieza a pedir a gritos!, y no precisamente para los de abajo en la piramide social.