Cirujano de hierro
Será en Octubre
os faltan narices. Cuando veo esas cosas siempre les obligo a los que están mal sentados a levantarse, a veces incluso alzo un poco la voz y la vergüenza les carcome.
Esto de levantar la voz puede dar lugar a escenas desternillantes con pasajeros troll como la que presencié hace años y que nunca se me olvidará.
Estación de cercanías de Nuevos Ministerios de Madrid a las 8:30 de la mañana de un lunes, el tren atestado de estudiantes que van a la universidad y de curritos que van a los parques empresariales del norte de la ciudad, se monta lo que parecía ser un ciego por el tipo de gafas que llevaba aunque no portaba bastón, en esto que el ciego se coloca justo delante de un jovenzuelo que iba sentado y le interpela en voz alta y con tono impertinente:
-"Disculpe joven, necesito sentarme"
A lo que el joven troll le respondió lo siguiente después de mirarle de arriba a abajo:
-"Disculpe señor, pero su discapacidad la tiene usted en los ojos y no en las piernas."
Descojone general entre la muchachada que había en el vagón y comentarios de reprobación entre los calvos cuarentones que empezaron a hacer amagos de levantarse para dejarle sitio al ciego cuando unos segundos antes el ciego les era invisible porque se estaban haciendo los dormidos o leyendo el periódico. Al final la que le cedió el asiento al ciego fue una mujer, y el señor invidente se pasó el resto del trayecto murmurando entre dientes la mala educación de la gente joven.