Los caminos del paquismo son inexcrutables...
Para dejar de ser un aficcionado paco hay que aprender (y comprender) todos los motivos tácticos que aparecen en nuestras aperturas favoritas. Todo tiene un porqué, si en una línea teórica ves que "no se jalan un peón", no hostigan un álfil, etc. siempre es por causa mayor (y posterior) que puede ser táctica, perder material a 3-4 jugadas, o estratégica, quedar en una posición mala a largo plazo.
Si se ha llegado hasta aquí hay que ser ambicioso e ir a más. Aprender de memoria unas secuencias teóricas de apertura puede llevar a una mejora de nivel rápida, pero no llevan a entender la esencia de esa apertura, sus motivaciones estratégicas a medio y largo plazo.
Supongo que os habrá pasado más de una vez, perder peones o una pieza por despiste (o porque el otro también juega y calcula igual o mejor que vosotros) pero luego habéis podido lanzar un contraataque con éxito. ¿Porqué? En general, si el contrincante no os ha devuelto el regalo, es porque habéis hecho una lectura correcta de la posición y jugado acorde la motivación estratégica de la apertura elegida.
Creo que esto es lo más difícil de pulir como aficcionado, pero da satisfacción porque aporta un plus de calidac al juego que desplegamos.
...Y dejar atrás el paquismo cosa poco sencilla es.
Se puede teorizar mucho, pero en esencia, hay dos pasos esenciales e ineludibles para comenzar a dejar atrás el paquismo:
1.- No dejarte comer las piezas por la cara. Esa es una mala estrategia para ganar partidas de ajedrez.
En realidad hay que ser muy torpe para que te coman tus piezas, y aquí seré generoso y no contaré peones. tus piezas solo son siete, joer, el tablero es muy pequeño, solo 64 casillas. Es muy fácil no regalar piezas, solo hay que mirar si alguna de las siete está amenazada antes de mover. Pues no, una y otra vez, otra y una vez, el paco se deja caballos, alfiles, torres y a veces damas. Si enfrente está paquito no hay problema, porque paquito tarde o temprano hará las pertinentes devoluciones de regalos. Pero cuando ya no quedan pacos en la pista pues el paco eres tú. Los que no son pacos no regalan. Ya fueron pacos, pero ya no lo son, y entonces ahi ya no hay nada que hacer.
2.-No dejarte comer piezas en maniobras paquiles del tipo táctica de jugada y media.
Una vez logrado lo anterior, que si no se pone empeño puede durar décadas en el currículum paquil, está el no comerte ese peón que está ahí y que te hace entrar en dilemas del tipo si no seré iluso dejando el peón vivo, con lo que cuesta ganar un peón. En lugar de dedicar el tiempo a ese tipo de dilemas es mucho mejor dedicarlo a preguntarse qué narices hace ahí el peón si el oponente no tiene precisamente cara de paco. Y entonces se podrá descubrir con bastante facilidad que jugada y media más adelante, aproximadamente cero coma seis segundos, te habrán dado un jaque y se habrán comido después a tu caballo glotón, o similar.
O casos similares. Como esa brillante combinación táctica que se te acaba de ocurrir pero al estar tan concentrado en tu ataque sobre el enroque del flanco de rey no has podido ver que había un alejado alfil en el flanco de dama del oponente que no había empezado ni a jugar, pero que empieza a hacerlo al saltar tú por su diagonal alegremente con tu caballo, y se lo jala. Claro, es que estaba muy lejos para verlo, y además ya lo miraste hace dos jugadas y no podía salir, pero hubo la mala suerte de que una movida de peón en la jugada anterior abrió su diagonal y ya sí podía salir.
Estos dos puntos son esenciales para dejar el paquismo, aunque no los únicos, claro, pero digamos que sin esos dos no hay camino alguno que avanzar.