La salida de España del euro

Leo hoy dos opiniones sobre la inevitable disolución del Euro. Una de Michael Pettis,
prestigioso economista, profesor de Universidad de Guanghua School of Management que se
especializa en temas financieros de la economía china. La otra de Wolfgang Münchau
prestigioso periodista del Financial Times en un artículo titulado “Only a closer union can save
the eurozone”
Hay una larga historia de uniones monetarias de las que se pueden sacar dos conclusiones
razonables. La primera es que sin integración fiscal (presupuesto de ingresos y gastos) tales
como las que se produjeron en los Estados Unidos después de la Guerra Civil o la Unión
Aduanera Alemana bajo la dominación prusiana, las uniones monetarias no tienen una
permanencia más larga que otros tipos de integración monetaria, tal como el patrón oro o
plata.
Sin mecanismos robustos de corrección de los desequilibrios que se produzcan en las
diversas partes de la economía, y la eurozona tiene muchas y muy diversas economías, los
países se ven forzados a recurrir a ajustes monetarios. El Euro elimina este tipo de
mecanismo de ajuste (devaluación), y solo deja a los países dos mecanismos brutales de
ajuste, algún tipo de quiebra soberana o largos periodos de deflación y alto desempleo.
Aparte de una gran movilidad de capitales y una movilidad mucho más restringida de
personas, Europa necesita una entidad común con soberanía fiscal. Este mecanismo de
soberanía fiscal no se va a producir porque los países europeos han perdido en gran medida
la voluntad de seguir avanzando en la integración. Por difícil que parezca, la opción de salir
del Euro será mucho más fácil de tragar para muchos países que los muy largos periodos de
desempleo.
Segundo, los periodos de éxito de las uniones monetarias, se han dado siempre en periodos
de liquidez global y flujos de capital crecientes. No ha habido ningún caso de uniones
monetarias que hayan sobrevivido las contracciones monetarias que se producen al final de
un periodo de globalización. La Unión Monetaria Latina del siglo 19 y la Unión Monetaria
Escandinava, ambos considerados como ejemplos de gran éxito, se vieron obligadas a
retirarse cuando las condiciones monetarias globales se hicieron imposibles.
¿Cuando se producirá la salida del Euro de algún país?. Hemingway describía el proceso de
quiebra como “lento y después de repente”. El apoyo al Euro se irá deteriorando muy
lentamente hasta que sea obvio que es inevitable y entonces se producirá de repente.
2. Esta crisis es la grande.
No es una crisis similar a las que se han producido con frecuencia creciente en los últimos 20
años. Esta crisis es uno de esos grandes eventos que se producen cuando se reajustan los
desequilibrios masivos de procesos de globalización, como el que ha tenido lugar
comenzando al final de los 80.
No solo Grecia empeorará sino que un buen número de países en el sur de Europa, América
Latina y Asia se verán atrapados en el proceso antes de que todo se tranquilice.
3. La crisis europea vendrá acompañada de un fuerte shock de comercio internacional.
Los países deficitarios europeos, cuyos déficit combinados de comercio exterior son casi 2/3
del déficit de comercio exterior americano, no solamente van a tener dificultades de
refinanciar su deuda sino que tendrán que recibir entradas adicionales de capital exterior para
poder continuar con déficits de comercio exterior. Si esto no se produce sus déficits de
comercio tendrán que desaparecer y ser absorbidos por mucho que el resto del mundo que
no esté dispuesto a que esto pase.
4. La verdadera recuperación en los países en crisis no comenzará hasta que se reconozca
que son insolventes y se les perdone una parte sustancial de la deuda por sus acreedores.
Grecia y algún otro país europeo acabarán declarando fallido y se tendrá que producir una
reestructuración (perdón en parte) de la deuda.
El precedente histórico enseña que mientras un país tiene que arrastrar la losa de una deuda
impagable no puede crecer. Al final, como ha pasado en todos los casos, los acreedores así
como el país deudor reconocen la realidad, se lleva a cabo una reestructuración de la deuda
y el proceso de crecimiento puede arrancar de nuevo. Hasta entonces, hay que esperar alto
desempleo, crecimiento raquítico y mini-crisis constantes de deuda.
5. El problema de Grecia tardará muchos años en reconocerse.
Cuando las obligaciones de un país insolvente están ampliamente distribuidas entre un gran
número de acreedores las fuerzas del mercado actúan con relativa rapidez para que se
produzca la reestructuración de la deuda.
En el caso de Europa las deudas soberanas están concentradas en los bancos y los bancos
no pueden reconocer esas deudas como fallidas sin declararse insolventes ellos mismos.
Esto no puede permitirse que ocurra. Los bancos no son estúpidos, saben bien que no van a
recuperar todo su dinero pero tienen que esperar a reconstruir su posición de capital antes de
poder reconocer y absorber sin quebrar esos fallidos soberanos.
Por esta razón nos vamos a ver obligados a pasar toda la década posponiendo la resolución
de la crisis mientras los bancos reconstruyen su capital. Hasta que esto pase fingiremos
todos que Grecia no es insolvente y que otros países europeos no van a verse envueltos en
una crisis similar. Entre tanto esos países no crecerán.
Los inversores ha perdido la confianza en la economía política de la eurozona. Los políticos
europeos presumen de su visión de largo plazo, pero los inversores se preguntan con razón
cual es la visión de largo plazo que no resuelve los problemas de los bancos. O un rescate de
países soberanos sin unión fiscal.
Los países europeos parecen no ser capaces de aprender de sus errores recientes. Anuncian
que van a apoyar a Grecia en febrero y no toman acciones reales hasta meses después
cuando el mercado les fuerza a ello. Anuncian como un enorme paso hacia un gobierno
común el paquete de rescate de 750.000 millones lo que en realidad no es más que un
mecanismo de rescate. Anuncian que van a publicar los resultados de las pruebas de tensión
(stress tests) para 25 bancos sin darse cuenta que el mercado les va a forzar a publicar los
de todos los bancos.
Sin un plan para salir de este embrollo, y parece que no lo hay, los mercados tardarán poco
en darse cuenta que una parte de los sistemas financieros franceses y alemanes es
insolvente. Nadie pensaría que las élites políticas europeas son tan estúpidas como para
embarcarse en este proceso sin saber cómo va a acabar, pero este parece ser el caso.
¿Hay una salida a todo esto? Sí que la hay pero las posibilidades de una solución sin shocks
parecen cada vez más remotas. La crisis de deuda griega y española es al mismo tiempo
crisis de los sistemas bancarios alemán y francés y hay que resolver ambos problemas al
mismo tiempo. La solución hay que verla no como una transferencia de Francia y Alemania
hacia Grecia y España sino como una transferencia del sector público alemán y francés hacia
sus sistemas bancarios como nuevo capital.
Aparte de esta reestructuración bancaria, la eurozona requiere una unión fiscal completa con
las instituciones políticas adecuadas con poder sobre los presupuestos de los estados y sus
políticas estructurales. Los desbalances de los sectores públicos y privados son de tal
magnitud que no se resolverán por sí mismos. Es cuanto menos ingenuo pensar que la
presión de los socios de la eurozona va a resolver los problemas de los países en crisis.
No es el momento de disquisiciones y de peticiones de unos a otros para que se pongan en
marcha comisiones de supervisión fiscal y similares. Esta es la disyuntiva a la que se
enfrentan los países y sus dirigentes, unión fiscal o países disfuncionales e insolventes. Dada
la ola de nacionalismo creciente que impera hoy en Europa esta unión fiscal es totalmente
improbable.
 
Leo hoy dos opiniones sobre la inevitable disolución del Euro. Una de Michael Pettis,
prestigioso economista, profesor de Universidad de Guanghua School of Management que se
especializa en temas financieros de la economía china. La otra de Wolfgang Münchau
prestigioso periodista del Financial Times en un artículo titulado “Only a closer union can save
the eurozone”
Hay una larga historia de uniones monetarias de las que se pueden sacar dos conclusiones
razonables. La primera es que sin integración fiscal (presupuesto de ingresos y gastos) tales
como las que se produjeron en los Estados Unidos después de la Guerra Civil o la Unión
Aduanera Alemana bajo la dominación prusiana, las uniones monetarias no tienen una
permanencia más larga que otros tipos de integración monetaria, tal como el patrón oro o
plata.
Sin mecanismos robustos de corrección de los desequilibrios que se produzcan en las
diversas partes de la economía, y la eurozona tiene muchas y muy diversas economías, los
países se ven forzados a recurrir a ajustes monetarios. El Euro elimina este tipo de
mecanismo de ajuste (devaluación), y solo deja a los países dos mecanismos brutales de
ajuste, algún tipo de quiebra soberana o largos periodos de deflación y alto desempleo.
Aparte de una gran movilidad de capitales y una movilidad mucho más restringida de
personas, Europa necesita una entidad común con soberanía fiscal. Este mecanismo de
soberanía fiscal no se va a producir porque los países europeos han perdido en gran medida
la voluntad de seguir avanzando en la integración. Por difícil que parezca, la opción de salir
del Euro será mucho más fácil de tragar para muchos países que los muy largos periodos de
desempleo.
Segundo, los periodos de éxito de las uniones monetarias, se han dado siempre en periodos
de liquidez global y flujos de capital crecientes. No ha habido ningún caso de uniones
monetarias que hayan sobrevivido las contracciones monetarias que se producen al final de
un periodo de globalización. La Unión Monetaria Latina del siglo 19 y la Unión Monetaria
Escandinava, ambos considerados como ejemplos de gran éxito, se vieron obligadas a
retirarse cuando las condiciones monetarias globales se hicieron imposibles.
¿Cuando se producirá la salida del Euro de algún país?. Hemingway describía el proceso de
quiebra como “lento y después de repente”. El apoyo al Euro se irá deteriorando muy
lentamente hasta que sea obvio que es inevitable y entonces se producirá de repente.
2. Esta crisis es la grande.
No es una crisis similar a las que se han producido con frecuencia creciente en los últimos 20
años. Esta crisis es uno de esos grandes eventos que se producen cuando se reajustan los
desequilibrios masivos de procesos de globalización, como el que ha tenido lugar
comenzando al final de los 80.
No solo Grecia empeorará sino que un buen número de países en el sur de Europa, América
Latina y Asia se verán atrapados en el proceso antes de que todo se tranquilice.
3. La crisis europea vendrá acompañada de un fuerte shock de comercio internacional.
Los países deficitarios europeos, cuyos déficit combinados de comercio exterior son casi 2/3
del déficit de comercio exterior americano, no solamente van a tener dificultades de
refinanciar su deuda sino que tendrán que recibir entradas adicionales de capital exterior para
poder continuar con déficits de comercio exterior. Si esto no se produce sus déficits de
comercio tendrán que desaparecer y ser absorbidos por mucho que el resto del mundo que
no esté dispuesto a que esto pase.
4. La verdadera recuperación en los países en crisis no comenzará hasta que se reconozca
que son insolventes y se les perdone una parte sustancial de la deuda por sus acreedores.
Grecia y algún otro país europeo acabarán declarando fallido y se tendrá que producir una
reestructuración (perdón en parte) de la deuda.
El precedente histórico enseña que mientras un país tiene que arrastrar la losa de una deuda
impagable no puede crecer. Al final, como ha pasado en todos los casos, los acreedores así
como el país deudor reconocen la realidad, se lleva a cabo una reestructuración de la deuda
y el proceso de crecimiento puede arrancar de nuevo. Hasta entonces, hay que esperar alto
desempleo, crecimiento raquítico y mini-crisis constantes de deuda.
5. El problema de Grecia tardará muchos años en reconocerse.
Cuando las obligaciones de un país insolvente están ampliamente distribuidas entre un gran
número de acreedores las fuerzas del mercado actúan con relativa rapidez para que se
produzca la reestructuración de la deuda.
En el caso de Europa las deudas soberanas están concentradas en los bancos y los bancos
no pueden reconocer esas deudas como fallidas sin declararse insolventes ellos mismos.
Esto no puede permitirse que ocurra. Los bancos no son estúpidos, saben bien que no van a
recuperar todo su dinero pero tienen que esperar a reconstruir su posición de capital antes de
poder reconocer y absorber sin quebrar esos fallidos soberanos.
Por esta razón nos vamos a ver obligados a pasar toda la década posponiendo la resolución
de la crisis mientras los bancos reconstruyen su capital. Hasta que esto pase fingiremos
todos que Grecia no es insolvente y que otros países europeos no van a verse envueltos en
una crisis similar. Entre tanto esos países no crecerán.
Los inversores ha perdido la confianza en la economía política de la eurozona. Los políticos
europeos presumen de su visión de largo plazo, pero los inversores se preguntan con razón
cual es la visión de largo plazo que no resuelve los problemas de los bancos. O un rescate de
países soberanos sin unión fiscal.
Los países europeos parecen no ser capaces de aprender de sus errores recientes. Anuncian
que van a apoyar a Grecia en febrero y no toman acciones reales hasta meses después
cuando el mercado les fuerza a ello. Anuncian como un enorme paso hacia un gobierno
común el paquete de rescate de 750.000 millones lo que en realidad no es más que un
mecanismo de rescate. Anuncian que van a publicar los resultados de las pruebas de tensión
(stress tests) para 25 bancos sin darse cuenta que el mercado les va a forzar a publicar los
de todos los bancos.
Sin un plan para salir de este embrollo, y parece que no lo hay, los mercados tardarán poco
en darse cuenta que una parte de los sistemas financieros franceses y alemanes es
insolvente. Nadie pensaría que las élites políticas europeas son tan estúpidas como para
embarcarse en este proceso sin saber cómo va a acabar, pero este parece ser el caso.
¿Hay una salida a todo esto? Sí que la hay pero las posibilidades de una solución sin shocks
parecen cada vez más remotas. La crisis de deuda griega y española es al mismo tiempo
crisis de los sistemas bancarios alemán y francés y hay que resolver ambos problemas al
mismo tiempo. La solución hay que verla no como una transferencia de Francia y Alemania
hacia Grecia y España sino como una transferencia del sector público alemán y francés hacia
sus sistemas bancarios como nuevo capital.
Aparte de esta reestructuración bancaria, la eurozona requiere una unión fiscal completa con
las instituciones políticas adecuadas con poder sobre los presupuestos de los estados y sus
políticas estructurales. Los desbalances de los sectores públicos y privados son de tal
magnitud que no se resolverán por sí mismos. Es cuanto menos ingenuo pensar que la
presión de los socios de la eurozona va a resolver los problemas de los países en crisis.
No es el momento de disquisiciones y de peticiones de unos a otros para que se pongan en
marcha comisiones de supervisión fiscal y similares. Esta es la disyuntiva a la que se
enfrentan los países y sus dirigentes, unión fiscal o países disfuncionales e insolventes. Dada
la ola de nacionalismo creciente que impera hoy en Europa esta unión fiscal es totalmente
improbable.

Está claro que que ya no hay más que dos soluciones: o salida del euro y vuelta a una moneda devaluada (robo masivo a los ahorros de la ciudadanía), o crear inflación para devaluar el euro y diluir la carga de las deudas (robo masivo a los ahorros de la ciudadanía).
 
Lástima que esté en parte en catalán, de todos modos entre el minuto 4,30 y 29,30 se habla en español. Parece que la salida de España del euro no es tan improbable...y claro, sería en fin de semama.

Edward Hugh i Jonathan Tepper: el que no es vol sentir. - Televisió de Catalunya


Por qué lástima?. Es un programa de TV3, la TV nacional de Catalunya.

Hasta los economistas americanos hablan o entienden catalán, que tomen buena nota los charnegos ;) o los duros de mollera.
 
Por qué lástima?. Es un programa de TV3, la TV nacional de Catalunya.

Hasta los economistas americanos hablan o entienden catalán, que tomen buena nota los charnegos ;) o los duros de mollera.

Bueno lástima por todos aquellos foreros que no lo entiendan, que no es mi caso, pues es mi idioma habitual.
 
Las últimas apuestas son a una Europa dividida en dos bloques, los paises ricos (Alemania, Francia, Finlandia...) y los paises pobres, corruptos, quebrados...donde se incluiría a Hispanistán, probablemente con una moneda devaluada.
 
La solución de una salida anunciada del euro es tan dramática que es a todas luces impracticable. Nos pasará como al gato de Schrödinger, tendremos neopeseta y euro a la vez.
 
volviendo a la pobreza de la postguerra, que desastre.
 
La solución de una salida anunciada del euro es tan dramática que es a todas luces impracticable. Nos pasará como al gato de Schrödinger, tendremos neopeseta y euro a la vez.

¿Neopeseta devaluada para uso interno y euros para uso internacional?
 
A ver si nos enteramos de una vez:

1.- España, Portugal, Grecia, etc...sólo se podrán salir del euro, sólo si éste se DISUELVE, cosa que, al año 2012, NO VÁ A OCURRIR, aparte de saldar sus respectivas deudas.

2.- En consecuencia, España deberá TRAGAR, reducir precios y salarios, vivir el sistema capitalista.

3.- En España, el que con su trabajo no PRODUZCA el salario BRUTO + Cotizaciones sociales + beneficios que GANA, SE QUEDARÁ SIN COMER.

4.- La devaluación será, sobre todo, en vivienda, tanto compra como alquiler; salarios, sobre todo a los menos NECESARIOS, es decir, los que más abundan; y en productos de NO IMPORTACIÓN.

Ya sabéis, AJO Y AGUA. España será NEW CHINA en Europa.

Creo que confundes deseos con realidad. Eso estari'a muy bien pero no hay garanti'as de que pase.
 
A ver si nos enteramos de una vez:

España, Portugal, Grecia, etc...sólo se podrán salir del euro, sólo si éste se DISUELVE, cosa que, al año 2012, NO VÁ A OCURRIR, aparte de saldar sus respectivas deudas.

¿Estás seguro de que algún país como Grecia o España no puedan salirse del euro sin que éste se disuelva?
 
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