pepeleches
Será en Octubre
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Muchas cosas.Por partes.
Para que no piense usted que la visceralidad del asunto me bloquea el entendimiento,que no es el caso,podríamos tomar en consideración cualquier otro ejemplo, menos "aberrante y poco agradable". Rebajamos en aberrancia y asquerosidad,¿vale?,cuestión de grado.El asunto en sí no importa cual sea,digamos que ahora tratamos un tema menos controvertido.¿y? Lo que está mal está mal.
Me gusta patear niños,es un impulso incontrolable en mi.¿Lo hago? no, porque sé que está mal.No lo podría hacer abiertamente porque obtendría una contundente respuesta por parte de la Suciedad.Por algún motivo misterioso creo que a la suciedad no le gustaría.A los niños creo que tampoco.Bueno,pues lo hago a escondidas.¿Por qué lo hago a escondidas? Porque sé que está mal.
[...]
Hay una conferencia muy buena de Peterson donde explica que uno de los mayores errores que se está cometiendo en la educación actual es el buenismo menso que provoca la corrección política.
Los críos se educan pensando que es posible la bondad eterna, terminan siendo talibanes con cada gesto ajeno (apuntándose a todas las causas ideológicas que les ponen en bandeja....), pero la realidad es que les han quitado toda posibilidad de enfrentarse a sus propios monstruos o de saber lidiar con su frustración. Y por eso se vuelven violentos a las primeras de cambio, se dejan llevar por la ira más extrema.
Porque (es su conclusión, con la que estoy muy de acuerdo...) el 'bien' y el 'mal' existen dentro de cada individuo. Y uno tiene que conocer sus mejores deseos, sus peores arrebatos y saber gestionarlos, convivir con ellos, racionalizarlos, y decidir cómo quiere ser.
Si se le muestra solo una parte del mundo, el día que aparece la otra (porque está...) puede arrasar con todo, pues en la práctica se le ha negado su existencia.
Esta gente ha tenido la mala suerte de que su parte negativa es una aberración clínica. Pero no por ello deben ser juzgados, sino deberán ser juzgados (exactamente igual que el resto...) por sus actos. Porque si cometeremos el mismo error, a la inversa, de cuando se juzga a un violento o incluso a un asesino porque en teoría la causa que defiende es justa.
Y esta gente, en los (seguramente pocos...) casos en los que saben controlar sus impulsos, han hecho justo al revés. Sus demonios son físicos (al menos es lo que suelen decir las teorías....) y son enormes, pero han sabido pelear con ellos y frenarlos porque asumen que está mal.
La otra opción sería directamente ejecutar o encerrar de por vida a alguien que, con la ley en la mano, no ha cometido delito. Y nos podemos subir por las paredes, nos podemos rasgar las vestiduras, pero dudo mucho que cuando alguien nace orate o pedófilo su voluntad tenga absolutamente nada que ver.
Y aquí nadie justifica por buenismo un acto de pedofilia o un acto de psicopatía. Simplemente, son cosas que existen, y éticamente se me hace imposible condenar a alguien solo por lo que pase por su cabeza.