Los hombres blancos heterosexuales con cultura de raíz cristiana se están dando cuenta de varias cosas:
- Los jovenlandeses reciben paguitas y están socialmente mejor considerados que ellos
- Las mujeres tienen un estatus legal superior, beneficios exclusivos como becas y ayudas, y también son socialmente superiores a ellos
- Los gaies tienen socialmente un estatus muy superior a ellos
- Los gobiernos despilfarran a lo bestia y la deuda pública que se genera acaban pagándola ellos
- Uno se puede dar de baja de la suscripción de la vida a trabajar, incluso en trabajos de un nivel bastante alto, y aún así no va a conseguir su casita unifamiliar con jardín en buena zona, su par de coches, su mujer femenina y tradicional y su par de hijos
- amar es una empresa de alto riesgo. Aún suponiendo que eres capaz de encontrar a una mujer occidental que no de ardor de estomago ni sea una fruta feminista de cosa, la probabilidad de que te mande al calabozo porque se le cruzan los cables no es poco apreciable
En esta situación lo raro es que haya gente que siga trabajando. La sociedad desprecia al hombre blanco heterosexual y el hombre blanco heterosexual está hasta los narices y dice que deja de remar y que se vaya todo a tomar por ojo ciego. Cuando esté todo el mundo rebuscando entre las ruinas para echarse algo a la boca igual empiezan a lamentarse esos colectivos privilegiados.