A nosotros nos ha salvado el pueblo. Pasamos allí el confinamiento, yo trabajando a turnos y mi pareja teletrabajando. Mi niño feliz, por las mañanas con el telecole y por las tardes paseando con nosotros, jugando o haciendo mil historias.
He procurado que tanto mi pareja como mi niño estén lo más ajenos posibles a toda la hez exterior. He intentado hacer un buen escudo y creo que por ahora lo he conseguido. Nada de TV, ni radio, ni cualquier medio basura. Sólo burbuja y poco más.
Gracias a dios la gente con la que nos relacionamos es poco creyente y nos seguimos viendo. Entre semana quedamos con 2 grupos de amigos, uno de ellos son vecinos y no tenemos que salir ni del edifico para vernos. Si están abiertos los bares, vamos. Y sino, en casa.
En casa por las tardes hacemos ejercicio, cocinamos, leemos mucho y vemos alguna peli (antiguas sobretodo) o serie. No da el tiempo para más.
Los fines de semana vamos al pueblo, hacemos mil historias y tenemos nuestra dosis de campo, sol, aire y libertad. Nos da la vida. Los 4 habitantes que hay en ese pueblo son absolutamente el bichito ateos y organizamos buenos vermús en petit comité. En esa casa hemos organizado buenas comidas, lechazos, cocidos... con familia y amigos que se lo creen poco o nada. En navidad nos llegamos a juntar hasta 20 personas. Milagrosamente, de todas las personas que nos hemos juntado en múltiples ocasiones, ni uno ha cogido un catarro.
Por supuesto nos pasamos todos estas normas absurdas por el forro de los narices. No respetamos confinamientos entre provincias ni toques de queda ni convivientes ni platanos en vinagre. Si viéramos que son lógicas y funcionan, las haríamos caso. Pero ya somos todos personas con los bemoles pelados y nos imaginamos de qué va toda esta historia. Es ridículo respetar normas que no tienen ninguna base científica y que se demuestran, una y otra vez, inútiles.
El único consejo que os puedo dar es que abracéis la filosofía estoica. Que os mantengáis ajenos mentalmente lo máximo posible al infierno que hay en las calles, pero sin estar desinformados. Hay que estar preparados para lo peor. Que apoyéis a vuestros seres queridos, respetando al máximo lo que crea cada uno, sin juzgar, pero pasando tiempo con los más afines a vosotros. El contacto humano es IMPRESCINDIBLE, tanto como cultivar la paz interior. Es buen momento para retomar aficiones o crear nuevas para desarrollar en casa: lectura, escritura, pintura, cine, música, ejercicio, yoga, meditación, juegos de mesa, cartas.
Lo que no debemos consentir de ninguna de las maneras es que los satánicos HDLGP que nos gobiernan puedan con nosotros. Debemos mantenernos fuertes, SIEMPRE, apoyándonos los unos a los otros. Se alimentan de nuestro sufrimiento y cuando más dolidos estemos nosotros mejor estarán ellos. Somos más y mejores. Ganaremos esta guerra.