Anónimo222
Madmaxista
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Mi poblachón mesetario no es que haya sido la repanocha en cuanto a fiesta y diversión pero incluso durante los peores años de la crisis de 2008 no dejó de haber buena atmósfera, con conciertos, terrazas y zonas de marcha llenas, actividades culturales y deportivas cada semana, grupos de turistas, la chavalería de la facultad Paco que tenemos dando ambiente y tonalidad a las calles, gente que aunque tuviese poco te sonreía al cruzártela en el portal...
Durante el confinamiento hubo una sensación general de resignación ante algo que se tomaba como temporal, luego durante el verano hubo cierto resurgimiento de ese buen ambiente, pero a partir de septiembre, con las sucesivos apretones de clavijas con más y más restricciones y con la perspectiva de que esto va a durar años, se ha producido un entorno con una sensación agobiante, pesada, de desesperación, de gente amargada en general, sin verse a chavales por la calle, con todo cerrado, lóbrego y tristón. Mucha gente que antes era afable ahora te responde con monosílabos y con caras largas. Hay una mala leche soterrada que nadie saca por el miedo total inoculado por los medios las 24 horas. Si encima le sumamos la oscuridad típica del invierno y las lluvias constantes tenemos ya una pesadilla en vida. En la última semana van tres suicidios que sepamos.
En la crisis de los años 90, con ETA matando cada semana, y un paro del 25%, con yonkis que te atracaban en cada esquina y escándalos políticos y financieros a diario, había una alegría de vivir que ahora ni está ni se espera. Nos van a dar de baja de la suscripción de la vida a depresiones.
Durante el confinamiento hubo una sensación general de resignación ante algo que se tomaba como temporal, luego durante el verano hubo cierto resurgimiento de ese buen ambiente, pero a partir de septiembre, con las sucesivos apretones de clavijas con más y más restricciones y con la perspectiva de que esto va a durar años, se ha producido un entorno con una sensación agobiante, pesada, de desesperación, de gente amargada en general, sin verse a chavales por la calle, con todo cerrado, lóbrego y tristón. Mucha gente que antes era afable ahora te responde con monosílabos y con caras largas. Hay una mala leche soterrada que nadie saca por el miedo total inoculado por los medios las 24 horas. Si encima le sumamos la oscuridad típica del invierno y las lluvias constantes tenemos ya una pesadilla en vida. En la última semana van tres suicidios que sepamos.
En la crisis de los años 90, con ETA matando cada semana, y un paro del 25%, con yonkis que te atracaban en cada esquina y escándalos políticos y financieros a diario, había una alegría de vivir que ahora ni está ni se espera. Nos van a dar de baja de la suscripción de la vida a depresiones.
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