Salirse del euro y recuperar una moneda que, obviamente, sería devaluada como mínimo un 30-40% conllevaría una serie de problemillas:
1) El más urgente, ¿cómo se negocia la quita o la conversión de la deuda con nuestros acreedores extranjeros? No estamos en una posición ventajosa ahora mismo para negociar, aunque también es cierto que a nuestros acreedores no les quedaría más remedio, dado que con una neopeseta devaluada sería imposible devolver nuestra deuda privada en euros. El problema grave son las supuestas consecuencia de una quita supuestamente ventajosa ("España no paga TODAS sus deudas, no es de fiar") y si ello implicaría que el estado español no podría colocar ni un bono o letra más en el mercado secundario... con lo cual seguiríamos intervenidos, bajo el mandato del FMI y la Troika, incluso con una neopeseta y una supuesta independencia monetaria recuperada. En otras palabras, a pesar de recuperar la maquinita de imprimir billetitos, tal vez ningún malvado especulador confiara en nuestros nuevos billetitos, y no nos quedaría más remedio que seguir los "consejos" de nuestros supervisores.
2) Suponiendo que finalmente los hipotecados y los bancos españoles obtienen una conversión ventajosa de las deudas en la nueva peseta, vale, ya tendríamos una referencia para buscar un nuevo punto de equilibrio entre nivel de deuda y poder adquisitivo de la ciudadanía y empresas españolas. Lo siguiente, parece obvio, generar inflación (bajar tipos de interés a cero e imprimir muchos papelitos) para que... supuestamente... ayude a reducir el peso anual de las cuotas hipotecaria y crediticias, pero ¿esto realmente iba a resultar tan sencillo? Yo no lo veo tan claro, porque inflación iba a ver, incluso alta inflación con una nueva moneda devaluada y nuestra alta dependencia energética,... ¿pero de verdad esa inflación se iba a trasladar también a las subidas salariales? ¿en qué porcentaje? Visto algunas voces que resonaban incluso durante la época de bonanza (¿se acuerdan de MAFO y sus reiteradas llamadas a la "moderación salarial"?) no sería extraño escuchar la misma canción y con más fuerza, ya saben para "no perder" esa nueva competitividad recuperada. Además, habría también que evaluar el impacto del nuevo "sableo" a los pequeños y medianos ahorradores,... porque ya me dirán ustedes que futuro tiene un país donde se desincentiva tanto el ahorro.
3) Balanza comercial y exportaciones. Otra supuesta ventaja que se nos vende con una vuelta a la peseta, que nuestras exportaciones se iban a disparar y al mismo tiempo las importaciones se iban a limitar bastante debido a su incremento de precios. Bueno, sobre este aspecto, creo que haría falta realizar un sesudo estudio del impacto que supondría otras variables tan o más importantes que el coste salarial para medir nuestra competitividad exportadora, comenzando, obviamente, por el precio de la energía (en especial combustibles fósiles) y materias primas. Incluso en un sector supuestamente tan autóctono como la agricultura y ganadería,... el impacto que podría suponer el esfuerzo real (no monetario) de una subida de un 30-40% del petróleo para uso de fertilizantes e industria del plástico,... no me lo quiero ni imaginar. De la agricultura orgánica o biológica (de la cual soy un gran defensor y un asiduo consumidor), en fin, suena bien pero ahora mismo hay que reconocer que no es aplicable a gran escala, porque es bien cierto esa frase que lo resume todo en un "actualmente, comemos petróleo".
La política monetaria es una buena herramienta para cualquier país, eso nos dice la teoría. Ahora bien, pensar que los problemas de España deben marcarse como prioritario recuperar una peseta y una independencia monetaria, es de una tremenda ingenuidad. No digo que no pueda resultar interesante esta opción, pero antes habría que dar prioridad a otros grandes problemas que asolan a este país. Si no cambiamos nada, si nuestra casta política sigue gobernando de igual forma (derrochando el dinero público), si la corrupción sigue campando en todos los rincones del país, si seguimos con una administración pública sobredimensionada de cuatro niveles (por no hablar de esa administración instrumental), si seguimos perdiendo la lucha contra el fraude fiscal, si nuestro modelo productivo sigue gripado (en gran parte por el peso del ladrillo), si nuestro sistema educativo no es capaz de fomentar el sacrificio y el pensamiento crítico, si nuestra justicia es incapaz de modernizarse, si el pueblo no es capaz de llevar a los tribunales a los grandes responsables de esta estafa financiera que hemos padecido (¿dónde shishi está gran parte de la pasta que ha inyectado como rescate bancario?... basta leer las últimas noticias sobre el sr. Moltó y CCM),... en fin, si todo eso sigue igual, volver a la peseta sería la puntilla definitiva para nuestro país.
PD: y sobre recuperar el "atractivo" para que vuelvan los inversores extranjeros, hay muchas formas, pero para mi no todas son igualmente deseables. Toma como ejemplo ese engendro llamado "eurovegas". Si se trata de atraer ese tipo de inversiones, antes que volver a la peseta, deberíamos cambiar algunas leyes para facilitarles la vida a estos "jrandes emprezarios", como que los menores puedan entrar en estos garitos, facilitar despidos, consumo legal de todo tipo de drojas, etc, etc...