En el país vasco no se meten voluntariamente ni las ratas. Una cosa es vivir en la playa de Getxo que imaginamos sólo vivirán millonarios otra es meterse en Elorrio allá abajo del valle, donde no da el sol ni los días contados de sol. Y cuesta arriba, cuesta abajo que a partir de cierta edad ni podrán salir de casa. Y el tema político lo dejamos para otro día.