Bueno, a ver, la globalización trae un sincretismo.
De hecho un nativo británico escucha a los políticos europeos hablar su lengua y le resulta a veces extraño ese Brussels English donde muchas palabras que se usan, siendo inglesas, se emplea la forma más latina (*) y tampoco la forma de ordenar las frases tiene la frescura o espontaneidad que tendría tu prima pelirroja de Manchester.
Por otra parte, seamos conscientes: el español es básicamente latinito. La demografía y la producción literaria y audiovisual mandan, y no hay que ponerse moños. Existe una gran arrogancia en España, pero lo que pueda pasar en España por español canónico dentro de poco será considerado un acento.
(*) Tienen mucha dualidad, palabras similares que tienen una raíz latina o sajona: motherhood/maternity por ejemplo.