Habría que ver qué ponían realmente en el programa electoral, porque que a uno le adecenten el barrio en principio no genera oposición, son los detalles 'insignificantes', como cargarse todo el aparcamiento gratuito o el monto total de la obra, los que al final soliviantan al personal.
Por otro lado, lo de la votación popular habría que matizarlo, porque no todos se juegan lo mismo. Quizá a uno del centro le parezca bien que en un barrio residencial al que va de pascuas en viernes haya aparcamiento de pago, porque para una vez que irá le resultará más cómodo aparcar. En este caso los detalles del proyecto debían validarlo los vecinos afectados, y el resto de la ciudad debería decidir si está dispuesto a pagarlo.
Sería diferente si la oposición a la obra perjudicara al resto de la ciudad, como ocurre por ejemplo cuando se pone un nuevo acceso, que puede perjudicar a las zonas por las que pasa, pero beneficiar a la ciudad en su conjunto.