Documentos desclasificados implican al PSOE en las peores matanzas de la Guerra Civil española

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La FOSA de los MAESTROS FUSILADOS por falangistas en Cobertelada (Soria) en 1936
Maestros Cobertelada word press 2
El magisterio fue uno de los sectores más castigados por los golpistas. Los mataron porque, para el fascismo, la educación del pueblo era una amenaza. La II República llevó a cabo un ambicioso plan de educación dando trabajo a miles de maestros jóvenes, y en los pueblos empezaron a llamar al maestro para pedir consejo cuando, hasta entonces siempre era el cura el consejero rural. Eso significaba una pérdida de control por los sectores más conservadores, ya que las decisiones podían orientarse de manera distinta a la tradicional. En España el franquismo depuró a decenas de miles de maestros, un mínimo de 6.000 fueron asesinados. El resto sufrieron penas de guandoca, destierro, inhabilitación..
Hace 81 años 5 maestros y otra persona fueron detenidos, quedando a disposición de la comandancia militar. Fueron “sacados” de la guandoca de Almazán para un traslado de práctica de diligencias, y entonces los asesinaron, una de las formas habituales de exterminio de Republicanos. Los 6 fueron subidos a un camión y tiroteados por un grupo de falangistas, al anochecer el 25 de agosto de 1936, como si fuera una cacería, uno a uno, según corrían hacia arriba en el árido paraje de Los Tomillares, a la derecha de la carretera de Cobertelada (Soria) a Villasayas. Como el terreno era muy calizo, se les enterró clandestinamente a la mañana siguiente por un grupo de campesinos en terreno próximo, la “Riba la Mollero”. Los fusilamientos fueron vistos por labradores vecinos de Cobertelada, desde las eras cercanas. Fueron perseguidos como fieras hasta la muerte, con lo que esa atroz imagen tiene de brutalidad medieval contra la ciencia y el saber, y fueron enterrados como fieras quienes trabajaron durante la II República por uno de sus logros más reconocidos la educación, la enseñanza y la lucha contra la incultura y el analfabetismo
No eran políticos, guerrilleros ni sindicalistas, eran muchísimo más peligroso para la “Nueva España”: Eran maestros de escuela. A los franquistas “les interesaba un pueblo de borregos, que se pudiera manejar fácilmente. Por eso les mataron”, cuenta Víctor, sobrino de Eloy Serrano, una de las víctimas. “Hay que recordar que en Soria no hubo combates. Aquí triunfó enseguida la rebelión militar. Los maestros no llevaban ametralladoras ni pistolas, aquí no hubo guerra, solo represión, era una estrategia de exterminio que respondía a patrones sistemáticos”.
La Asociación soriana Recuerdo y Dignidad (AsRD), dirigida por la Fundación Aranzadi, ha investigado, documentado, localizado e identificado los restos mortales de los 5 profesores que fueron arrojados a la fosa clandestina de Cobertelada, así como los de Abundio Andaluz Garrido, Vicepresidente de la Diputación de Soria:
Francisco Romero Carrasco, (57 años),catedrático en la Escuela Normal, natural de Santa Marta de los Barros (Badajoz), estaba casado con María del Carmen García Arroyo, nacida en Betanzos (La Coruña) con quien tuvo 2 hijos, también profesora de la Escuela Normal. Ambos lucharon por la creación de un orfanato y una escuela para huérfanos de profesores de Escuelas Normales. Francisco era una auténtica eminencia, aun antes de la II República era ya un reconocido matemático. Junto a su amigo Antonio Machado y otros intelectuales fundó y abanderó la Universidad Popular de Segovia, un espacio de enseñanza con un claro objetivo: “Exponer elementalmente aquellas enseñanzas que puedan ser inmediatamente aprendidas y utilizadas por los obreros”. Con Machado compartió pensión y tertulia, ambos comprometidos en la difusión de la cultura y las enseñanzas útiles a los trabajadores. Estrecharon lazos con la Residencia de Estudiantes y las Misiones Pedagógicas. Dirigió las colonias de la Institución Libre de Enseñanza y estudió Metodología de las Matemáticas en Francia, Bélgica y Suiza. En 1933 publicó un libro sobre “Los procedimientos de cálculo mental y de cálculo escrito rápido”.
Eloy Serrano Forcén, (22 años) maestro de Cobertelada, natural de Rioseco de Soria, soltero, escribía en los periódicos sorianos La Voz de Soria y El Defensor Escolar, donde reflexionaba lúcidamente animando a los pueblos a abrir escuelas y a los maestros a resistir en la dura Soria rural. Era un maestro ejemplar y convencido republicano. El principal instigador del asesinato de Eloy fue el párroco del municipio, que definió al maestro como “deficientísimo y deplorable en su aspecto religioso y profesional” desde que el día del Corpus el sacerdote instó al maestro a llevar a los alumnos a misa, y Eloy le dijo: “Primero la escuela y después la iglesia”. Fue su sentencia de muerte.
Hipólito Olmo Fernández, (43 años) maestro de Ajamil. Nació en Barahona, Soria, viudo de María Logroño Loranza, con hijos (Josefina y Carmen) pertenecía a Izquierda Republicana.
Elicio Gómez Borque, (23 años) maestro de La Seca. Nació en Velilla de los Ajos, Soria. Soltero. El párroco le acusaba de no ir a misa y pertenecer a la FETE, de marxista, propagandista del Frente Popular. Sus alumnos le tenían por profesor cariñoso que, los jueves, como Eloy Serrano, los llevaba al campo, capturaban cangrejos, devolviendo al río los más pequeños. Iban a gallineros y les enseñaba a no tocar a los polluelos para que no los rechazara la madre. Preparaba las oposiciones para profesor de la Escuela Normal. Planchaba sus camisas, hecho poco frecuente entonces. La implicación de los varones en las tareas del hogar era mal vista por parte de la población.
Victoriano Tarancón Paredes, (26 años) maestro de Perdiguera. Era natural de Baraona (Soria), soltero. Fue acusado de indiferencia en materia religiosa y propagandista del laicismo, ser simpatizante del Frente Popular y “haber inculcado en los niños ideas disolventes”.
De Martín Artola Morrás apenas hay datos. Era natural de Ateca (Zaragoza), probablemente se trate del mendigo al que hace referencia el libro “La represión en Soria durante la guerra civil” de Gregorio Herrero Balsa y Antonio Hernández García.
La asociación Recuerdo y Dignidad tiene documentados 600 asesinatos similares solo en la provincia de Soria: Hay testimonios espeluznantes, en Neguillas los niños se abrazaban llorando a su profesor, Domingo Hernando, para que no se lo llevaran detenido. Fue inútil, lo asesinaron.
 

fredesvindo

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La verdad duele y sabes Sr, poco agraciado los dos bandos fueron culpable de la guerra civil.

Deja de manipular como si solo un bando asesino.
 

klopec

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La verdad duele y sabes Sr, poco agraciado los dos bandos fueron culpable de la guerra civil.

Deja de manipular como si solo un bando asesino.
El mameluco éste se dedica a soltar info de los manipuladores y embusteros de Nachete, Espinosa y demás trincones. De lo que dice ni el 10% es cierto y lo que sí es, es plenamente justificado si te dan las fuentes, cosa que éste no hace.
 

klopec

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ATROCIDADES franquistas contra los presos REPUBLICANOS del Campo de CONCENTRACIÓN de Castuera (Badajoz)
1. El mito del campo de concentración de Castuera.


Algunos años antes de su último descalabro electoral, Izquierda Unida de Extremadura anunciaba el comienzo de un proceso constituyente que habría de llevar a la III República Federal, así como la celebración de una serie de actos que fueran caldeando el ambiente mediante la conmemoración de la II República. Desde entonces se viene celebrando en el mes de abril una marcha al lugar en que estuvo ubicado un campo de concentración en las inmediaciones de Castuera ( Badajoz ).

No es la primera vez que los comunistas convierten a la comarca de La Serena, lo que antaño ellos mismos denominaron la Extremadura Roja, en escenario de una serie de actividades reivindicativas en las que cuentan con el respaldo de otros partidos políticos, una red de asociaciones que se mueven en torno a la llamada recuperación de la memoria histórica, la Universidad de Extremadura y una fabulosa provisión de fondos públicos. La declaración de intenciones no puede ser más explícita: estamos ante el inicio de una campaña de objetivos puramente políticos al servicio de los cuales se utiliza del pasado al margen de cualquier consideración de naturaleza científica.

Difundida ampliamente la leyenda de las matanzas de la Plaza de Toros de Badajoz, a pesar de haber sido refutada por la historiografía más seria, estamos en vísperas del lanzamiento a gran escala de un nuevo mito : el de la existencia de un campo de exterminio en Castuera. Y empleamos el concepto de mito en el sentido de una formulación con cierto fundamento en una realidad que resulta intencionadamente deformada y que sirve para sostener un determinado sentimiento o conducta, en este caso un proyecto político radical de extrema izquierda. Si hay que hablar de genocidio para definir lo ocurrido en la zona nacional y en la posguerra, resulta necesario hacer creer que en la España de Franco existieron campos de exterminio y se ha encontrado en el caso de Castuera un formidable baluarte propagandístico.

Fue Justo Vila Izquierdo el primer en poner por escrito la leyenda de este campo en dos libritos ( verdadero vademécum de la historiografía de extrema izquierda sobre la guerra civil en Extremadura ) en los que sostenía que el campo de Castuera fue «posiblemente la mayor aberración de la posguerra, donde se ensayaron métodos de exterminio masivo, utilizados después por los nazis en sus campos de muerte durante la segunda guerra mundial» y en esto consistían dichos métodos :


«Al principio, los muertos eran enterrados en zanjas abiertas al efecto, sin embargo, dada la gran cantidad de presos condenados diariamente, deciden poco después enterrar a los mismos en bocas de minas abandonadas. Más tarde, el refinamiento, la crueldad y la barbarie de los ejecutores llegó hasta extremos difícilmente imaginables: los condenados eran atados con sogas por la cintura, unos a otros en interminables filas y empujados a culatazos a las bocas de la mina, en medio de terribles sufrimientos, los presos recibían desde lo alto, bombas de mano y ráfagas de metralla que acaban con sus vidas

Para sostener esta peregrina escenografía, Vila cita — siempre demanera fragmentaria — testimonios como los de Esteban López Ramos, Valentín Jiménez Gallardo y José Hernández Mulero. Afortunadamente, pocos años después, en una publicación de dos profesores de la Universidad de Extremadura se recogían en su integridad los datos proporcionados por éste último y se podía comprobar el fraude : Hernández Mulero llegó al campo de concentración de Castuera el 24 de octubre y lo abandonó el 6 de diciembre, fechas en las que no se registra ninguna muerte, y él mismo reconoce que la historia de la cuerda india era un simple rumor del que oyó hablar después :


«Cerca del campo había unas bocaminas y algunas noches sentíamos vibrar el terreno, como si hubiera explosiones cerca. Nosotros creíamos que era el maquis que venía. Pero luego nos dijeron que allí hacían la cuerda india, con prisioneros amarrados unos con otros, que tiraban a la mina, vivos, y unos arrastraban a otros, y dentro de la bocamina les tiraban bombas de mano para matarlos». [ 3 ]

Naturalmente, Vila Izquierdo a quien han seguido otros, no había tenido la decencia profesional de hacernos conocer esta importante precisión cronológica. Por su parte, Javier Rodrigo al hablar del campo de Castuera se limita a airear algunos tópicos y alude a una «importante investigación local» cuyos resultados suponemos deben encontrarse en los artículos de Antonio D.López [ 5 ] y José Ramón González [ 6 ] con una curiosa reiteración de documentación y argumentos a pesar de tratarse de autores distintos y que no publican en colaboración. Ahora se anuncia la presentación de un libro de Antonio López Rodríguez con un título no menos propagandístico y pretencioso : Cruz, Bandera y Caudillo : el Campo de concentración de Castuera.

En el artículo citado, López Rodríguez sostenía que el campo de concentración de Castuera era un “ente” «donde se encerraba a los vecinos “sospechosos” de la comarca, y donde se hacía desaparecer a cualquier individuo que hubiera tenido cualquier tipo de relación directa y activa con la recién derrotada República». Si consideramos que fueron varios miles de personas los que tuvieron relación con la República en la comarca y si a cualquiera de ellos se les “hizo desaparecer”, nos encontramos en la línea argumental de Vila : el campo de Castuera como un lugar de exterminio masivo, pero los resultados que él mismo ofrece después de su propia investigación no avalan tal afirmación y reducen a unos mínimos las expectativas que aspiraban a convertir a Castuera en el Auschwitz extremeño del franquismo. Su lista provisional de desaparecidos consta de apenas algunos nombres, la mayoría documentados a través de otras fuentes que en ocasiones difieren en cuanto a la fecha y lugar de muerte. En la mayoría de los casos, todas estas víctimas pueden ser identificadas documentalmente por su participación en las detenciones, fusilamientos y demás excesos cometidos en la retaguardia, tanto en Castuera como en otros pueblos de la comarca.

Como ya se había publicado en otros lugares — aunque López no haga alusión a ellos en sus breves apuntes historiográficos — Castuera fue escenario, al igual que otros lugares de la provincia de Badajoz, de varias decenas de ejecuciones irregulares durante los meses de abril y mayo de 1.939 ( NOTA ); aunque algunas de ellas se hubieran llevado a cabo entre presos sacados directamente del campo ( cosa que hasta ahora no ha podido demostrarse documentalmente ) se trataría de hechos aislados que no vuelven a repetirse y menos aún en las fechas en que, siempre basándose en dudosos testimonios orales, se pretenden situar las muertes llevadas a cabo en el campo.

NOTA : NO SE HA ENCONTRADO NI UNA SÓLA VÍCTIMA DEL "CAMPO DE EXTERMINIO". LOS EJECUTADOS FUERON LOS RESPONSABLES DE LA MATANZA ROJA DURANTE LA GUERRA CIVIL EN CASTUERA Y, EN ESPECIAL, DE LA EJECUCIÓN DE CIVILES POR PARTE DE LOS gente de izquierdas EN "EL QUINTILLO"
 

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curas implicados en los CRÍMENES franquistas. Parte 1, Arengas y Delaciones
curas implicados ARENGAS Y DELACIONES word press
Desde el 14 de abril de 1931 la Iglesia Católica se manifestó hostil a la II República Española. Cardenal Segura: “Que la ira de Dios caiga sobre España, si la República persevera”. El obispo de León pidió la unión de los católicos contra el «laicismo judío-masónico-soviético». El arzobispo de Zaragoza legitimaba la violencia franquista: “En beneficio del orden, la patria y la religión”. Obispo Múgica: “Para España la mejor de las Repúblicas siempre será peor que la peor monarquía”. Los obispos llamaban a los asesinos a intensificar la matanza. Muchos curas participaron en la ‘caza del rojo’, dando falso testimonio en consejos de guerra, alentando desde púlpitos y radio a cometer barbaridades, elaborando informes como una ‘policía político-social’.
Muchos curas emitieron informes sobre los maestrosque se inclinaron hacia una educación laica y libre. “El párroco de Calamocha (Teruel), informó sobre un maestro de Badalona como «fusilable»”. El cura de Nierva (Segovia) escribió sobre el maestro Mariano Domínguez, asesinado en agosto de 1936: “Nunca cumplió con sus deberes cristianos, poseía ideas avanzadas en la escuela antirreligiosa y antipatriótica en grado supremo”. En Euskadi muchos religiosos delataron a sus propios compañeros que consideraban nacionalistas.
Antonio Añoveros, después obispo de Bilbao, estuvo presente en la matanza de las Bardenas, y un cura castrense, lejos de paralizar la matanza, bendijo la barbarie de Valdediós. El cura de Obanos, Santos Beguiristáin, participó activamente contra los vecinos Republicanos de los cuales elaboraba listas: Los fusilados eran “muertos por el peso de la justicia”. Tras la entrada en el pueblo de los franquistas, el cura de Rociana, Huelva, Eduardo Martínez clamaba desde el balcón del ayuntamiento: ¡Guerra contra ellos hasta que no quede ni la última raíz!, porque los 200 que ya habían asesinado le parecían pocos. Tras sus informes, 2 meses después se detuvo, juzgó y fusiló a otros 15 vecinos. Un capellán castrense entró en los barrios obreros sevillanos de La Macarena con la columna de legionarios y falangistas “a sangre y fuego”.
El cura de Pamplona Fermín Izurdiaga, fundador de “Arriba España” y de “Jerarquía, revista negra de la Falange” animaba así: “Tienes obligación de perseguir al judaísmo, a la masonería, al marxismo y al separatismo. Destruye y quema sus periódicos, sus libros, sus revistas, sus propagandas. ¡Por Dios y por la Patria!”. El sádico jesuita Vendrell, párroco de la guandoca de Alicante, que llevaba un crucifijo del nueve largo bajo la sotana, les decía a los que iban a ser fusilados “No tened miedo porque los Jovenlandeses tienen buena puntería”. El coadjutor de la parroquia de La Concepción (Huelva), Luis Calderón Tejero realizó un fichero de “gente de izquierdas” que, después de la guerra, se convirtió en «información cualificada» del Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo”.
El cura Isidro Lombas Méndez participó en la represión en Badajoz elaborando las listas de quienes había que llevar a la Plaza de Toros para ejecutar, bajo la presencia de respetables y piadosas’ damas, jovencitos de San Luis, eclesiásticos, virtuosos frailes y monjas de alba-toca. Con las listas del cura Juan Tusquets fueron detenidos más de 300 masones, la mayoría de ellos posteriormente asesinados. El obispo de Lugo Rafael Balanza y Navarro animaba a sus párrocos a delatar a sus vecinos. El párroco de Seixalbo (Orense), dio informes negativos de 19 personas. Elías Rodríguez Martín, párroco de Salvochea en la cuenca minera de Huelva, nombraba a los que debían ser detenidos y eliminados.
En Alsasua los capuchinos «estaban como fuera de sí, poseídos de la exaltación de la hora mesiánica». «Hemos hablado con los requetés», declaraba el jesuíta Huidobro, capellán de la Legión, «que lo llenan todo de religioso idealismo, patria ¡Cómo hablan de la muerte!». Un fraile cordobés le dijo al cura del cementerio de San Rafael que 76 asesinatos en una noche eran pocos: «700 deberían ser». Por muchos «culpables e impíos» que mataran, decía un cura de Rota, aún quedarían más: «A todos los descubriremos; todos llevarán su merecido; no se escapará nadie; entendedlo bien ¡NADIE!». Manuel Vaquero, párroco de Tocina (Sevilla), presidente de una junta de caciques del pueblo acordaban a quienes había que acabar, mataron mucha gente.
El predicador de la iglesia de la Merced de Burgos pedía un castigo implacable: «Que su semilla sea borrada, la semilla del mal, la semilla del diablo, los hijos de Belcebú son los enemigos de Dios». Cardenal Isidro Gomá: “La guerra es como un plebiscito armado. Paz, sí. Pero cuando no quede un adversario vivo”. Miguel de los Santos Díaz y Gómara, obispo de Cartagena: “Benditos sean los cañones si en las brechas que abren florece el Evangelio”. Enrique Pla y Deniel, obispo de Salamanca: La guerra es “necesaria” y “una gran escuela forjadora de hombres”. En 1939, exterminada la II República Gomá recibió de Franco, en la iglesia madrileña de Santa Bárbara, el espadón de caudillo victorioso y paseó al dictador bajo palio con varios obispos saludando brazo en alto, al modo fascista.
 

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curas implicados en los CRÍMENES franquistas. Parte 2, Pistoleros
curas implicados pistoleros word press
Viene de: Parte 1, Arengas y Delaciones
La Iglesia prestó con entusiasmo todo su apoyomoral, ideológico, material y humano a los golpistas del 36, participando en muchos de los crímenes franquistas durante las operaciones de represión y exterminio de los Republicanos. Dió cobertura y justificó las atrocidades en campos de concentración, prisiones y cárceles franquistas. Los obispos movilizaron en armas a sus fieles contra la República, cientos de curas participaron directamente en saqueos y asesinatos, fusil al hombro, pistola y cartuchera sobre la negra sotana, participaban en ataques, disparaban ametralladoras desde tejados, mataban y daban tiros de gracia.
En Navarra los curas se alistaron con los reqetés, a quienes arengaban, bendecían, confesaban y comulgaban bajo el lema “Dios, Patria y Rey” para seguir cometiendo las mismas faltas, atrocidades y delitos 5 minutos después. El cura calagurritano Higinio Arpón vestía el uniforme de Falange, con pistola al cinto. La Rioja baja y La ribera Navarra, se poblaron de curas pistoleros, boina colorada y actitudes extremadamente criminales. El navarro sanguinario capellán castrense de la Legión, Vicente, apremiaba a disparar contra los republicanos: ‘¡No le dejes que se escape! ¡Dispara, hombre, dispara! ¡Le cazaste!’. El cura de Valderas (León), pistola en cartuchera, marcaba los objetivos a eliminar por las escuadras de la muerte de los sublevados, señalando los que debían ser ejecutados: En los 3 primeros días del golpe asesinaron a unas 120 personas.
El cura Antonio Oña lucía pistola y uniforme de campaña en el frente navarro. Después fue nombrado obispo de Mondoñedo. Elaboraba listas de los que debían ser ejecutados. La madre de Julio Pérez, un concejal de UGT condenado a muerte, intercedió por su hijo, y Oña le dijo: “Mira hija, si lo matan ahora irá al cielo. Si no lo matan, volverá a la andadas y se condenará. ¿Qué mejor momento para morir que ahora que está confesado?”. Por la sastrería eclesiástica de Benito Santesteban en Navarra, pasó el obispo de Zamora Manuel Arce Ochotorena, quien al despedirse de Santesteban le dijo: “Bueno, si en lugar de sotanas me envías fusiles ¡mejor que mejor!”.
Rodríguez se llamaba el cura verdugo del penal de Ocaña, encargado de dar los tiros de gracia con su pistola star a los fusilados, otras veces los golpeaba con un martillo en la cabeza. También participaba activamente en las palizas que les propinaban a los reclusos. Victorino F. (Villacañas, Toledo) contaba que: “A mi padre lo mataron por ser de las juventudes comunistas. A mí tío lo mató un cura en el patio de la guandoca del penal de Ocaña”. En la guandoca franquista de la isla de San Simón, Galicia, un cura con su pistola al cinto se encargaba de administrar justicia y no era divina precisamente.
El cura de Zafra, Juan Galán Bermejo era espeluznante, se le atribuyen 750 asesinatos. Entró en Badajoz con los legionarios participando directamente en la masacre que se realizó sobre los refugiados en el sótano de la catedral, se jactaba de que “con esta pistolita llevo quitados de en medio a más de 100 marxistas”. En Zafra señaló a toda “la canalla marxista que debía ser fusilada, todos los procedimientos de exterminio de esas ratas son buenos, y Dios, en inmenso poder y sabiduría, los aplaudirá”.
El repruebo de estos curas asesinos hacia las mujeres era patológico. Hermenegildo de Fustiñana, capuchino y capellán carlista, el 6 de agosto de 1936, junto a otros carlistas, sacó de la guandoca de Jaca a Desideria Giménez de 16 años, y a Pilar Vizcarra, embarazada, que una semana antes había visto como era asesinado su esposo. Las mataron vilmente en campo abierto. El médico de Sábada (Zaragoza) pidió que se demorara la ejecución de la joven de 19 años Basilia Casaus, embarazada de gemelos, se esperaba que diera a luz en apenas 2 semanas. Guardia civil y falangistas estuvieron de acuerdo en el aplazamiento, pero el cura del pueblo, primo de la víctima, se negó en rotundo diciendo: “Hay que fusilarla, muerto el animal, muerta la rabia”. Los deseos de este orate fueron atendidos y fue fusilada frente al castillo de Sádaba.
El coadjutor de la parroquia de Murchante (Navarra) Luis Fernández Magaña, era requeté y daba los tiros de gracia a los fusilados que habían sido sacados de la guandoca de Tafalla por un grupo de requetés el 21 de octubre de 1936, antes de arrastrarlos a la fosa común. También en “En Quintanar (Toledo) el tiro de gracia a los que fusilaban lo daba un cura llamado “El curilla”. Vicente Rojo cuenta en los libros ”¡Alerta los pueblos!” y “España heroica” que si los condenados a muerte se negaban a confesar, les esperaba una sutil venganza por parte del cura y del oficial del pelotón de ejecución: Ordenaban a los fusileros no matarle de primera: “dejármelo a mí para el tiro de gracia”. Cuando el oficial se acercaba al reo herido no mortalmente le decía estas últimas palabras: “Ahora te voy a dar el tiro de gracia, pero viviendo, para que así te des cuenta de que te vas al otro mundo”.
 

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RAFAEL GARCÍA-DUARTE SALCEDO, pediatra y puericultor, SOCIALISTA, FUSILADO por los franquistas en Granada en 1936
Rafael García-Duarte word press
Rafael García-Duarte Salcedo Nació en Granada el 10 de Agosto de 1894. Hijo y nieto de médicos, ingresó en la universidad de Granada en 1911, siendo ya entonces miembro de las Juventudes Socialistas, donde estudió medicina, especializándose en pediatría y puericultura, rama que por aquel entonces empezaba a desarrollarse y a la que dio un gran impulso. En 1918 se licenció ejerciendo de médico militar, primero del cuerpo de sanidad y después de la armada. Se doctoró en 1920, viajando después a París pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios, donde se especializó en enfermedades de la infancia y puericultura formándose en los últimos avances en pediatría con grandes médicos como Marfan y Nobecourt.
En 1922 regresó a Granada trabajando en la junta provincial de protección de la Infancia donde ya había estado como estudiante junto a su padre y siendo director, hasta su muerte, del consultorio de lactantes y gota de leche de Granada. Entre 1921 y 1925 trabajó como ayudante de clases prácticas de enfermedades de la Infancia y tras obtener en 1925 la plaza de profesor auxiliar de dicha asignatura. En 1925 ganó la cátedra de pediatría, de enfermedades de la infancia de la facultad de medicina de la universidad de Granada. Desde finales de 1927 fue también inspector municipal de sanidad. En 1930 ingresó en la real academia de medicina de Granada. Creó una escuela en Granada con discípulos que continuaron su obra. Desde marzo de 1933 fue jefe del servicio de higiene infantil, dentro de la inspección provincial de sanidad de Granada.
En 1933 fundó y dirigió la revista “Pediatría y Puericultura”, y la sociedad de pediatría de Granada. Organizó el servicio de higiene infantil y cursos de medicina infantil dirigidos a médicos, enfermeras y estudiantes. Entre el gran número de sus publicaciones merecen destacarse, entre otras, Los síndromes clínicos en Pediatría (Granada, 1936) del que solo pudo publicar el primer volumen, “Al margen del hogar: nociones de Puericultura (Granada, 1917)” y “Plan mínimo de Puericultura necesario en la capital de Granada” en el V congreso nacional de pediatría (Granada,1933).
Junto a esta gran actividad profesional hay que destacar también su compromiso político. Fue miembro de una logía masónica “Alhambra” empleando el nombre simbólico de “Esculapio”. En 1930 ingresó en el Partido Socialista Obrero Español y en la UGT. En abril de 1931 fue elegido concejal, haciéndose cargo de la beneficencia y sanidad del Ayuntamiento de Granada y en octubre de ese mismo año fue diputado por la provincia de Granada. Sin embargo, en marzo de 1934 causó baja en el partido socialista por desavenencias con algunos miembros del mismo.
Iniciada la guerra de España y tomada Granada por las tropas franquistas, el 10 de septiembre de 1936 fue detenido en su domicilio y en la madrugada del día 11 fue fusilado, junto con otros 24 detenidos. Su cadáver fue separado de los destinados a una fosa común por uno de los sepultureros en agradecimiento al tratamiento que García-Duarte había había dado a su hijo salvando su vida años antes. Encontraron una nota dirigida a su esposa e hijos. “Miles de besos, muchos besos. Suerte. Arriba el espíritu. No decaer nunca, Luchar”. Tenía 42 años.
 

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La lengua de las mariposas. CRÍMENES franquistas contra el MAGISTERIO REPUBLICANO en La Coruña
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No fue una película. Fue una horrorosa realidad. Mercenarios franquistas, falangistas, guardia civil, militares fascistas, sometieron a los maestros Republicanos a una terrible persecución, secuestro, represión, y en muchos casos muerte. La osadía de estos maestros era intolerable. La oligarquía y la iglesia católica venían ejerciendo durante siglos un control sobre las clases populares, población, trabajadores, utilizando, además de la fuerza, el poder, la coacción, la humillación, la explotación, el hambre, un sistema ideológico supersticioso que obligaba a la sumisión y la esclavitud.
Los maestros querían utilizar los avances culturales que venían desarrollándose en Europa, desde la época de la ilustración, la Academia, para dotar a los niños y jóvenes de conocimientos, capacidad de reflexión, cultura, herramientas psicológicas e intelectuales que les permitieran avanzar en el camino de la libertad. Los maestros Republicanos eran un peligro, era necesario exterminarlos definitivamente. Y eso es lo que los franquistas hicieron, con enorme crueldad. Miles de maestros fueron detenidos, depurados, encarcelados, apaleados, torturados, multados, confiscadas sus propiedades, y ejecutados. En La Coruña fueron asesinados, al menos, los siguientes maestros:
Pedro Almazán Ramos, 27 años, natural de Ferrol, maestro en Quinta-Val-Narón, paseado y ejecutado el 21 de agosto de 1936 en Ferrol a manos de la “fuerza pública”.
Rodrigo Álvarez Gantes nació en Ponteceso. Maestro destinado a Escarabote. Concejal del Frente Popular en Boiro, militante de Izquierda Republicana. Fusilado el 23 de febrero de 1937 con 30 años.
Eugenio Meizoso Núñez, 28 años, maestro y vecino de Sedes, Narón. Afiliado al PSOE. Asesinado el 22 de agosto de 1936 en el cementerio de San Xiao, Narón.
Juan García Niebla, nació en Graña (Ferrol) en 1875. En 1902 fundó la Escuela pública de Caranza, fue maestro en Serantes, Ferrol, Vello, Canido y Graña. Promotor de excursiones escolares en bicicleta. Representante por Serantes del Comité de Ferrol de la Sociedad de Instrucción, Recreo y Beneficencia de Ferrol y su Comarca. Miembro de la sección de Trabajadores de la Enseñanza de UGT. El 17 de agosto de 1936 fue asesinado en Ferrol por “fuerza pública”, y arrojado a una fosa común del camposanto de Canido.
José Novás Soto, 29 años, natural y vecino de Mañón (A Coruña), maestro en San Clodio. Paseado y asesinado el 27 de agosto de 1936 en Ferrol por “fuerza pública”.
José Gómez Gayoso, natural de Maceda, maestro, político comunista, combatiente durante la guerra, exiliado en Cuba volvió a España en 1944 para organizar el maquis antifranquista en Galicia durante la posquerra. Delatado por un desertor, fue detenido en 1948, junto a otros guerrilleros. Fusilado en el Campo de la Rata el 6 de noviembre de 1948 tras juicio sumarísimo con 39 años.
Mercedes Romero Abella, natural de Cee, maestra en Monelos. Presidenta del Sindicato Provincial de Maestros de FETE-UGT de La Coruña, y apoderada del Frente Popular en las elecciones de 1936. Su marido Francisco Mazariegos fue asesinado el 31 de agosto de 1936, con 32 años, por resistirse al golpe de estado. A Mercedes la violaron, cortaron los pechos, y asesinaron a balazos el 19 de noviembre de 1936, con 29 años.
Vicencio Prieto Ramos, 24 años, leonés, maestro en de Ferrolterra. Ejecutado el 17 de junio de 1937 en el castillo de san Felipe,
Ángel Jesús Caamaño Villaverde, 27 años, natural, vecino y maestro de Ordes. Acusado de traición, fusilado en el cementerio compostelano de Boisaca el 8 de febrero de1937
José Ambrós Gordillo, 36 años, natural de Badajoz, vecino y maestro en Porto do Cabo, Vilarrube. Afiliado a FETE-UGT. Paseado y asesinado por “fuerza pública” el 25 de agosto de 1936.
Luis Barrio Rey, maestro y vecino de La Coruña, paseado y asesinado el 13 de agosto de 1936.
María Vázquez Suárez, nació en Santiago en 1895. Maestra en la escuela de niñas de Pobra do Caramiñal durante 12 años, después en Miño; era sensible y comprometida con sus alumnos y alumnas; reformadora pedagógica muy activa de la nueva escuela. Eficiente sindicalista en la agrupación socialista de Miño. Participó en campañas y mítines, defensora de políticas educativas en defensa de los derechos de las mujeres. Feminista, estaba en contacto con la Liga internacional de mujeres ibéricas e Hispano americanas y la agrupación femenina republicana. Vicetesorera de FETE y fundadora del PSOE de Miño. Acusada de defender la escuela laica y el amor libre, en una saca de la guandoca de Pontedeume el 19 de agosto de 1936 fue fusilada en una playa de Miño. Su casa fue saqueada y sus libros quemados.
Luis Rastrollo Gonzalez, natural de Fuente del Arco, Badajoz. Responsable del POUM en Extremadura, organizó equipos de trabajo en Santiago, La Coruña y otras ciudades gallegas. Maestro en Santiago. Era estudiante de Medicina. Fue juzgado en Santiago por traición y fusilado en Boisaca con 28 años el 3 de Diciembre de 1936.
Narciso Vidal Fraga, natural de Santiago, abogado y político galego. Miembro de FUE, seguidor de la Institución Libre de Enseñanza. Profesor de Lógica y Psicología. Miembro del Centro Republicano de Santiago. Organizador de la Vanguardia de Izquierdas Republicanas. Delegado gubernativo en Santiago de Compostela en febrero de 1936. Paseado y asesinado por falangistas en Espiño-Calo-Teo el 10 de agosto de 1936. Tenía 35 años.
Xoan Antonio Suárez Picallo, 29 años, labrador del Sindicato de oficios varios de Sada (CNT), directivo del grupo galleguista, secretario general del frente popular, maestro en las Mariñas. Asesinado el 12 de agosto de 1936 en Veigue-Abeleira-Sada.
José Ramón Fernández Barral, 37 años, natural de Pontedeume, miembro del consejo municipal de Ensino del PSOE, maestro en Pontedeume. Asesinado el 19 de agosto de 1936 en Camouco-Ares.
Francisco Iturralde Cabeza de Vaca, 40 años, natural de Valladolid, Funcionario de Telégrafos, sindicalista de la CNT, fundador del periódico ¡¡Revolución!!, fundador del Ateneo Obrero de Divulgación Social y colaborador del grupo anarquista Natura. Colaborador de la Escuela Racionalista de Ferrol junto a su mejer Marina Ochotorena. Profesor de la Universidad Popular. Paseado y asesinado el 10 de septiembre de 1936 por “fuerza pública”.
Francisco Gómez Blanco, 23 años, maestro natural y vecino de La Coruña, paseado y asesinado el 16 de agosto de 1936 en la carretera de La Coruña a Culleredo.
Rufino Redondo Senra, 24 años, natural de Oleiros, maestro en Cedeira, miembro de Izquierda Republicana. Tras consejo de guerra fue fusilado en el castillo de San Felipe el 18 de diciembre de 1936.
Julián Hermida Montoya, 29 años, natural de Logroño, maestro en La Coruña, asesinado el 29 de septiembre de 1936 en Veira-Carral.
Fernando Barcia Beiras, 52 años, natural de Santiago, profesor en Toro, Ponteareas, Corme, Baio, Ardagán y Ameneiro. Miembro de PSOE, director de la Federación de Organizaciones Socialistas. Fundador de FETE de Galicia. Juzgado por traición, fue fusilado el 29 de enero de 1938 en el cementerio de Santiago.
Eugenio Carré Naya, 20 años, natural de La Coruña, miembro del POUM y de las Juventudes Socialistas de La Coruña, secretario de FETE-UGT, participó en la constitución de la Unión de Estudiantes Antifascistas de La Coruña. Asesinado el 28 de agosto de 1936 en Elviña.
Leonardo Martínez Novo, 25 años, natural, maestro y vecino de Pontedeume. Fundador y director del colegio-academia “Curros Enríquez”. Paseado y asesinado en Pontedeume.
Enrique Alonso Teijeiro, 23 años, natural de Ferrol, vecino y maestro en Cedeira. Juzgado por rebelión militar, ejecutado en Ferrol el 18 de diciembre de 1936.

 

Malditos Bastardos

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Miles de VICTIMAS REPUBLICANAS desaparecidas en las FOSAS franquistas de Burgos
Burgos 2 word press
En las exhumaciones realizadas en Monte Estépar, cerca de Burgos capital, se han localizado 96 cadáveres, fusilados entre agosto y octubre de 1936 por el ejército sublevado franquista. Las partidas de falangistas iban por los pueblos y prisiones masacrando Republicanos a golpe de repruebo. Fidel Dávila Arrondo, encabezó un aparato represivo que se cobró la vida de miles de personas en la provincia de Burgos. Era un militar africanista, en reserva durante la Segunda República, que se unió a los rebeldes en julio de 1936. Entre las víctimas hay personajes como el director del Orfeón de Burgos Antonio José Martínez Palacios o el director de Burgos Gráfico Antonio Pardo Casas.
La represión se materializó de muchas formas. Algunas víctimas eran sacadas de sus casas por los falangistas, llevadas al lugar del crimen, ejecutadas extrajudicialmente, y arrojados a fosas cavadas previamente, a veces por vecinos de los pueblos, o por el propio reo. Desaparecían sin dejar ningún rastro. Para otros el final era igualmente cruel: Se hacían listas en las cárceles, se dictaba orden de libertad y en el traslado eran asesinados para desaparecer definitivamente en muchos otros lugares de fusilamiento. Otros eran sacados y ejecutados tras consejos de guerra sumarísimos donde se dictaminaba pena de muerte bajo leyes aberrantes y que contravenían cualquier tipo de derecho.
En un principio los parajes de ejecución eran muy visibles, pero paulatinamente los rebeldes perfeccionaron su técnica para tapar responsabilidades. La situación era tan escandalosa que los fascistas disimulaban los crímenes realizando las ejecuciones en lugares más alejados (Estépar, la Brújula, la Pedraja, etc.), enterrando los cadáveres en zanjas longitudinales. El Monte Estépar era un lugar ideal para las ejecuciones, olvidado tras la muerte de Franco. Junto a los esqueletos de los ejecutados en la fosas, aparecen los casquillos criminales de las balas franquistas. En el libro ‘La Guerra Civil en Burgos: fusilados, detenidos y represaliados en 1936’, de Fernando Cardero Azofra y Fernando Cardero Elso, se comenta que cuando José Iñigo, comandante de Caballería, descerrajaba el tiro de gracia, exclamaba en tono sarcástico “¿veis lo que me obligáis a hacer, comunistas de hez?”
Hay otros lugares además de Estépar que se destruyeron con la construcción de la carretera que une Valladolid y Burgos. Pero en Burgos las asociaciones civiles y de la memoria, junto a los familiares, están realizando un trabajo titánico. En Aranda de Duero, en lugares como Monte Castoján o La Lobera han sido exhumados ya 130 cuerpos, se estima que hay muchos más. En Gumiel de Izán se localizaron 59 en un lugar llamado La Legua. En Milagros, en La Casilla de los Camineros, se exhumaron 46. En Quintanilla de la Mata, en Monte Andaya, fueron 85. En el cementerio de Valdenoceda, 114. En Villamayor de los Montes, en Alto de la Venta, 46 cadáveres.
Mención especial merece la fosa de Villafranca de los Montes de Oca, en el Monte de La Pedraja. Allí ha sido Antoni Benaiges , maestro freinetista de Bañuelos de Bureba, que utilizaba la imprenta en el aula como técnica educativa. Benaiges prometió a sus alumnos que irían a ver el mar, pero en el verano de 1936 fue ejecutado por los falangistas en La Pedraja. Junto a él hay 134 cuerpos más por dignificar, quizá muchos más. Cuando se desencadenó la represión, los ejecutados de distintas poblaciones se transportaban en camionetas hasta allí. Otras veces eran conducidos, a modo de ‘paseíllo’, para ser fusiladas en este paraje. En este lugar, desde casi el inicio de la democracia, se homenajea a las víctimas de la represión franquista por familiares y amigos. Hay un monolito colocado en memoria de los españoles defensores de la libertad y la democracia, con una placa que dice “No fue inútil su muerte, fue inútil su fusilamiento”.
En Burgos se han localizado también fosas más pequeñas, que tienen entre uno y 12, cuerpos, y otras con algunos más. Otros lugares están localizados pero no exhumanos. Por ejemplo, la Torca Palomera en Mozuelos de Sedano. En ese paraje, las partidas falangistas fusilaban y lanzaban los cuerpos a una sima de más de 60 metros de profundidad. Uno de los dirigentes falangistas ejecutores que vivía en Masa dijo que en esa sima cabían todos los militantes de izquierdas del Valle de Sedano. Jesús Gutiérrez Flores, en su libro ‘Guerra Civil en Cantabria y pueblos de Castilla’, calcula unos 40 ejecutados en ese paraje. No se ha podido bajar a la sima, hoy esos cuerpos descansan bajo una pila de basura y animales muertos.
Burgos, la que fuera la capital de la España franquista, es una gran tumba bajo cuya tierra todavía reclaman justicia cientos y cientos de fusilados. Puede que miles. La relación que se publica en errepublika es espantosa. No se conoce el censo, a medida que se exhuma crece. No se puede edificar una democracia cuando aquellos que la fueron a defender en sus diversas formas tras el golpe de julio de 1936 están enterrados bajo el asfalto de carreteras, en parajes perdidos o bajo toneladas de carroña y basura. No es necesario que lo diga alguien de izquierda. No hace falta que lo diga un historiador. Es una cuestión de sentido común. Pero para los herederos de aquel régimen, para los que defienden a rajatabla la Ley de Amnistía de 1977, el peligro es el sentido común.
 

klopec

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curas implicados en los CRÍMENES franquistas. Parte 1, Arengas y Delaciones
Estáis tan borrachos de repruebo que ni pensáis ni comprobáis lo que corta-pegáis.

Desde la proclamación de la República los gente de izquierdas declaran hostilidades contra todo lo que huela a Iglesia Católica, incluyendo quema de conventos e iglesias y destrucción de arte religioso, todo ello con el apoyo velado de los partidos de izquierdas. Ya en la Revolución de Asturias el asunto empieza a cobrarse vidas por el mero hecho de ser religioso.

Al iniciarse la guerra civil las hordas marxistas se lanzan a la total aniquilación tanto del clero como de todo el patrimonio que tuviera relación con la Iglesia y, más lejos, sólo con las creencias religiosas. En la provincia de Huelva no quedó ni una ermita sin profanar en territorio rojo.

La Iglesia no tomó partido por los de Franco; no le dejaron elegir. Por tanto es muy normal que los sermones, arengas y demás actos de comunicación con sus feligreses apoyaran a los nacionales. Ya pondremos las declaraciones de los cargos y jefes militares del Ejército Rojo en el que los términos son parecidos. Por tanto, no veo que las declaraciones o exabruptos están fuera de lugar, a no ser que se manipulen fuera de contexto como es el caso habitual de la piara "memorialista".

Y para ver la fiabilidad de las tonterías que cuenta el tarado de tu fuente, veamos algunas :

"Tras la entrada en el pueblo de los franquistas, el cura de Rociana, Huelva, Eduardo Martínez clamaba desde el balcón del ayuntamiento: ¡Guerra contra ellos hasta que no quede ni la última raíz!, porque los 200 que ya habían asesinado le parecían pocos. Tras sus informes, 2 meses después se detuvo, juzgó y fusiló a otros 15 vecinos."

No sabéis ni lo que escribís. Obviamente, el cura de Rociana no estaba en el pueblo antes de la entrada de los nacionales. Si los gente de izquierdas fusilaron a 200 "derechiostas" seguro que no tuvo nada que ver. Y en cuanto a los informes de los curas, generalmente eran los mas suaves. Los que importaban eran los de la Guardia Civil, con testimonios de vecinos, y los de Falange.

"Alsasua los capuchinos «estaban como fuera de sí, poseídos de la exaltación de la hora mesiánica». «Hemos hablado con los requetés», declaraba el jesuíta Huidobro, capellán de la Legión, «que lo llenan todo de religioso idealismo, patria ¡Cómo hablan de la muerte!»."

Para la información de los tarados que hacen de fuente, el Capellán Castrense es una figura reconocida en las unidades militares desde mucho antes de la guerra civil hasta ahora, en muchísimos ejércitos del mundo. Que haya un cura integrado en una unidad militar no quiere decir nada.

"El cura Isidro Lombas Méndez participó en la represión en Badajoz elaborando las listas de quienes había que llevar a la Plaza de Toros para ejecutar, bajo la presencia de respetables y piadosas’ damas, jovencitos de San Luis, eclesiásticos, virtuosos frailes y monjas de alba-toca."

Está ya aceptado que en la Plaza de Toros de Badajoz no hubo nunguna masacre. Se ha localizado el origen de la leyenda en un discurso de Indalecio Prieto pronunciado en Madrid donde se inventaba lo de las señoritas viendo los fusilamientos. MENTIRA

"Manuel Vaquero, párroco de Tocina (Sevilla), presidente de una junta de caciques del pueblo acordaban a quienes había que acabar, mataron mucha gente."

En Tocina es famosa la resistencia del Cuartel de la Guardia Civil ante el asalto del Comité Revolucionario, lo que tuvo como reconocimiento la imposición de la Laureada a sus defensores. Los que figuran como "represaliados" fueron en su inmensa mayoría los asaltantes del Cuartel. El cura poco tuvo que decir.

En cuanto a Valdediós, el ajuste de cuentas fue por los hechos que ocurrieron en la revolución de Asturias. Y no eran "civiles" desarmados.

Procura separar los rebuznos. Va en contra del sentido común tanta sarta de chorradas.

Por cierto, mucho melodrama y pocos hechos contrastados. Es una hartura ver como se llena un mapa de fosas y luego queda en nada o lo que hay no es lo que se esperaba.
 

Incorrezto

Ξηστως
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Los que figuran como "represaliados" fueron en su inmensa mayoría los asaltantes del Cuartel.
o sea, milicianos que con el apoyo del gobierno se defendían de una agresión.

en todo caso habría que haberlos hecho prisioneros como soldados que eran y soltarlos al final de la guerra.

me puedes decir cuantos prisioneros de badajoz quedaban vivos dos meses después?

que hacia la columna de yague con los prisioneros?
 

klopec

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o sea, milicianos que con el apoyo del gobierno se defendían de una agresión.

en todo caso habría que haberlos hecho prisioneros como soldados que eran y soltarlos al final de la guerra.

me puedes decir cuantos prisioneros de badajoz quedaban vivos dos meses después?

que hacia la columna de yague con los prisioneros?
No. Civiles anarquistas armados dedicados a su revolución particular, la mayoría de las veces al servicjo del Comité Revolucionario del pueblo en cuestión.

Es uno de los errores del cómputo de las supuestas "víctimas" o contar como tales a combatientes caídos en acción provenientes de milicias irregulares anarquistas.

Eso explica que, a pesar de que hubo combates, no hay cifras de caídos en el bando rojo. Todo se computó como "civiles represaliados". Me refiero al principio de la guerra, hasta la creación de EPR.

En cuanto a los convenios de Ginebra eran inaplicables a masas desorganizadas que se dedicaban mas al saqueo y la propaganda que a combatir, entre otras cosas.

Los convenios de Ginebra no eran aplicables a este tipo de combatientes. Existía un limbo legal que dificulta la clasificación. El Alcalde de un pueblo y Jefe del Comité Revolucionario es militar o civil ?? Tema interesante.

Por éste motivo los prisioneros se recluían sobre todo en cárceles civiles aunque ya en Sevilla se crearon primitivos campos de prisioneros.

La cifra que hace poco dieron los " memorialistas" fue de 300 campos. Nos lo creeremos de momento.
 

Incorrezto

Ξηστως
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esos campos son de la posguerra militar, la columna de la muerte no hizo prisioneros en combate y además fusilaron a nivel masacre en cada pueblo que tomaban.

insisto, donde fueron los prisioneros de Llerena, azuaga, almendralejo, merida, badajoz?

o estas justificando el asesinato masivo porque aun no existía la convención de ginebra?
 

klopec

Madmaxista
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esos campos son de la posguerra militar, la columna de la muerte no hizo prisioneros en combate y además fusilaron a nivel masacre en cada pueblo que tomaban.

insisto, donde fueron los prisioneros de Llerena, azuaga, almendralejo, merida, badajoz?

o estas justificando el asesinato masivo porque aun no existía la convención de ginebra?
A Espinosa se la ha visto mucho el plumero con sus "testimonios orales " y paparruchas. Busca algún sitio donde reconozca caídos en combate. Los 200 caídos de Los Santos de Maimona dónde están ?

En Almendralejo explica cómo rociaron los presos con gasolina y les prendieron fuego ? Que la justicia fuera rápida no quiere decir que fueran masacres de "inocentes". Sobre todo si ocultamos la parte de la historia que nos interesa.

Por ejemplo, Castuera. Se habla de represión de los franquistas cuando se oculta que los condenados pegaron fuego a 50 en El Quintillo.

Compara a Espinosa con la Causa General y te llevarás una sorpresa.

Estoy con el móvil. Mañana te pongo la relación de campos de prisioneros en Sevilla - Huelva - Badajoz. Creo que la tengo por ahí.