La basura siempre ha sido mas barata que lo bueno.
Hay que ahorrar para comprar una pley, esmarfon y plasma. Pero gastarse el dinero en mantequilla o carne buena, ya es malgastar.
Sí pero si estamos hablando de 500 pavos por persona (que me parece una barbaridad) y éso no está al alcance prácticamente de nadie. En casa comemos razonablemente bien, sin precocinados, ni dulces, ni refrescos, etc y no es caro en absoluto. Porque lo que te ahorras en toda esa hez que no consumes lo puedes invertir en la calidad de lo que sí consumes.
Ir al mercado en vez de al hiper también ayuda. Se quejaba un forero de que había ido al Mercadona y le había subido la compra una fortuna. Puedes ir a los hipermercados a comprar aceite, mantequilla y cuatro cosas. Pero debemos basar nuestra alimentación en los productos frescos, y los productos frescos deben comprarse en el mercado local. Por precio, por calidad e incluso por coherencia social.
Si no estás dispuesto a cocinar y para tí comer carne es comer pechugas de ruiseñor a la plancha, harías corto con el banco de España.
Os dejo un enlace de un blog que me parece interesante y divertido, y que además reúne bastantes recetas fáciles, para huir de la monotonía en el plato.
Spartan Gourmet: Las Recetas
---------- Post added 27-sep-2015 at 10:55 ----------
Os recomiendo leeros el hilo entero, pq hay muchos foreros que han contado su experiencia dejando las harinas. Y yo en 15 años como profesional he visto como mis clientes, TODOS, han mejorado sólo por dejar los farinaceos.
Es un post magnífico, gracias.
Me quedo con ésto. Llevo desde los 27 años, y tengo 53, sin consumir harinas más que esporádicamente, quizá 3-4 veces al año o en algún viaje a Italia, donde no es posible hacerlo. Es una de las mejores decisiones que pude tomar.
Hace 25 años ésto era una locura, claro. Sucedía simplemente que yo me engordaba, yo me quedaba dormido después de comer, y ya tenía unos evidentes síntomas de que iba a terminar diabético.
Fui a una endocrino y me puso a una dieta hipocalórica, con la que perdí peso, a fuerza de pasar hambre, pero ninguno de los otros problemas mejoraron.
Una amiga médico (no endocrino, simple médico de familia) me habló de las dietas restrictivas en hidratos, que entonces comenzaban a conocerse. Me habló de restringir la fruta a una pieza de naranja al día, bemoles, pescado, carne, verduras y para de contar. Dulces fuera, alcohol fuera, como mucho media copa de vino tinto. Después introduje, con cautela, las legumbres, que me encantan.
Esto era una novedad. La endocrino me hacía desayunar todos los días un plátano, un vaso de leche desnatada y una tostada de pan sin sal. Ahora hablábamos de unos bemoles revueltos con jamón de york a la plancha.
Perdí 18 kilos en unos 9 meses. Pero lo mejor es que después de comer me encuentro activo, descanso mejor y mi rendimiento físico es mucho mejor ahora que hace 25 años. Me controlo periódicamente y mis niveles de todo están dentro sus límites. soy donante de sangre activo y me hago análisis cada 3 meses.
No sigo una dieta paleo ni siquiera evolutiva, pero es un tema que me interesa y he leído bastante sobre ello. Tomo lácteos curados y fermentados, kéfir a diario. No he tenido ni un simple catarro en todo este tiempo. Me da igual que nadie se lo crea, pero es así. La gente que tomamos alimentos fermentados como el kefir, la chucrut, el kimchi, etc no solemos enfermar de cosas triviales.
Después de lo que he ido leyendo, de mi experiencia y de la de otras personas conocidas, es posible que los farináceos no sean tóxicos, pero quizá basar la dieta en ellos no sea muy saludable para mucha gente. Para mi, desde luego que no.
También he llegado a la conclusión de que salvo el agua, no hay más cosas que, por narices, haya que tomar. Mi suegro tiene 71 años, un estado de salud envidiable y no ha comido fruta en su vida ni come nunca nada que no haya sido cocinado, y ahí lo tienes. La única leche que ha probado es la que le dió su madre, luego ya, ni una gota.
Creo que cada uno debemos escuchar a nuestro cuerpo. El cuerpo es un conjunto de reacciones químicas exotérmicas, de balances termodinámicos y todo lo que te digan. Pero, por encima de todo, tu cuerpo es lo único que de verdad es tuyo. Escúchalo, y haz lo que te dice:
Comer con hambre, beber con sed, dormir con sueño, amar con ganas.