Palimpsesto.
Madmaxista
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Desconocemos si los profesionales de la cadena estadounidense fueron conscientes del engaño o si hubo un apaño consentido. Sea como fuere esta fotografía, considerada por todos como la prueba de la existencia de la famosa bomba número 13, es un fraude en el que, por acción u omisión, participaron los corresponsales en España de ABC News, entre los cuales destacaba Charlie Glass, especialista en Oriente Medio, con experiencia en la cobertura del terrorismo internacional, miembro del programa New America’s Future Security160 y estrechamente vinculado a la inteligencia norteamericana. Otra de las grandes incógnitas sobre la bomba número 13 es el teléfono móvil que tenía en su interior (con cargador incluido) y que estaba apagado161 cuando «Pedro» procedió a desactivar el artefacto. Al encenderlo, ya en la sede central de los Tedax de Sánchez Manzano, los técnicos descubrieron que tenía la alarma fijada a las 7.40 horas, lo cual no cuadra con el momento exacto en el que explotaron las bombas en el tren de la estación de El Pozo. Los artefactos estallaron de forma sincronizada a las 7.38 horas, dos minutos antes. ¿Es posible que quien fabricó esta bolsa señuelo lo hiciera a ojo sin disponer de la información sobre la hora exacta del atentado? Los principales investigadores así lo creen, y lo cierto es que este interrogante añade aún más leña al fuego de la polémica sobre el origen de la bomba número 13. Además, uno de ellos, Luis del Pino, ha realizado pruebas con teléfonos de la misma marca y modelo (Trium T110) que demuestran que el tipo de conexión elegida por quienes fabricaron el artilugio no garantizaba la activación del detonador. Y encima resulta que la tarjeta encontrada dentro del móvil —que sería determinante para las detenciones y la creación de la versión oficial— no era indispensable para que la alarma sonara. Ese modelo no necesita tener insertada la SIM para activar el despertador, ¿por qué entonces la dejarían los terroristas? No tiene sentido que alguien que va a cometer un atentado deje pruebas que lo incriminen, a no ser que vaya a inmolarse. En el 11M nadie se inmoló (veremos en capítulos posteriores lo sucedido en el piso de Leganés) y los supuestos culpables dejaron un reguero de evidencias para ser encontrados. Como Pulgarcito.