Es una gran observacion.
Y creo que algo parecido me ocurrio a mi.
Aunquettanpoco sw puede inferir que tiempo libre -> despertar
Tebemos ahora mismo una de las sociedades mas ociosas y mas ciegas de toda la historia...
Pero en lugar de cultivsr su mundo interior prefieren tirar su tiempo de ocio en gratificaciones inmediatas, vamos, como animales impulsafos unicamente por sus necesidades fisiologicas.
Yo llegué a la conclusion que es el objetivo de las elites, atrofiar el cortex prefrontal y minar la capacidad ejecutiva de la gente para que actuen mas como animales que como seres racionales capaces de anticipar las consecuencias de sus actos, todo va orientado a eso.
En otras palabras... Idiocracia
Con toda la humildad del mundo, os voy a recomendar un libro que me ha permitido... cómo decirlo,... rebajar el nivel de conspiración a la hora de buscarle sentido a esa aparente "involución" de la humanidad, especialmente en occidente, en estos tiempos presentes tan postmodernistas... hasta el punto de ser bastante acertado ese término de "idiocracia".
El libro se titula "superficiales", de Nicholas Carr. Ese libro me ha ayudado a ampliar mi perspectiva y a comprender cierta "maldición" que se menciona y se explica en ese libro: la mejor cualidad de nuestro increíble cerebro, su neuroplasticidad, puede convertirse también en nuestra mayor debilidad. Dicho en otras palabras, esa atrofia de nuestro cortex está más bien asociada a nuestras debilidades fruto de nuestros nuevos hábitos de consumo y comunicación,... y no tanto a ciertas decisiones de la élite globalista... y teniendo presente, que no niego que obviamente les vaya bien a esa élite que se fomente ese borreguismo y ese cortoplacismo entre una gran mayoría de la ciudadanía, y que además colaboré a ello mediante el control de sus fondos y esas multinacionales tecnológicas y mediáticas.
Antes de leer ese libro,... bueno, yo pensaba de forma similar, porque ciertas preguntas se repetían constantemente en mi mente: ¿a qué se puede deber tanto "desperdicio" de buena parte de la humanidad ante esta enorme revolución tecnológica que estamos viviendo, ante esa opción sencilla y rápida para poder acceder a millones de textos y multimedias repletos de conocimiento? El conocimiento antes sólo estaba al alcance de unos pocos (aquellos que estaban cerca del poder establecido), pero hoy, y no solo en occidente, ese conocimiento está al alcance de cualquier ser humano conectado a un terminal con pantalla y conexión de internet. Pero, por diferentes razones, optamos por consumir otro tipo de contenidos, más digeribles y sencillitos, más placenteros e instantáneos, y más acomodadizos y alineados a nuestras propias convicciones. Y ahora, gracias a la tecnología, no nos limitamos a consumirlos, además los valoramos públicamente, los compartimos y colaboramos para que lleguen a ser tendencia y terminen incluso por adherirse a lo que algunos catalogan como “cultura de masas”. Como soy consciente del poder de estos potentes algoritmos y del uso partidista de estas tecnologías que promueven el “Data Mining” y más recientemente el “Machine Learning”, yo soy muy poco dado a dar alimento a los algoritmos de las Big Tech… y en las pocas ocasiones que lo hago, son en asuntos que poco o nada tienen que ver con la política y con otros temas relevantes.
Visto con perspectiva, de aquellos locos visionarios que además tenían talento para escribir, todo indica que el que más se acercó, a lo que estamos viviendo hoy, fue el bueno de Aldous Huxley. Circulan por las redes sociales, un texto que hace referencia a una serie de premisas que destacaron en su obra más conocida, “un mundo feliz”, que además se confrontan con otras premisas de otro gran escritor y pensador, George Orwell, extraídas a su vez de su obra más conocida, “1984”. Creo que ya he compartido por aquí alguna vez ese texto, pero lo vuelvo a poner:
"Se dice mucho que Orwell fue un gran visionario, pero yo creo que Huxley es el que más se ha acercado a la realidad de este tiempo:
- Orwell temía a quienes prohibirían libros, lo que temía Huxley era que no hubiese necesidad de prohibir libros pues nadie estaría interesado en leerlos.
- Orwell temía a aquellos que podrían privarnos de la información, pero Huxley temía a quienes nos diesen tanta sobreinformación que nos viéramos reducidos a la pasividad y el egoísmo.
- Orwell temía que nos escondieran la verdad, Huxley temía que la verdad fuese ahogada en un mar de irrelevancia.
- Orwell temía que nos volviésemos una sociedad captiva, Huxley que nos convirtiéramos en una cultura trivial."
Éstas reflexiones fueron plasmadas por el sociólogo Neil Postman, en uno de su libros más célebres: “Amusing Ourselves to Death: Public Discourse in the Age of Show Business”. Ese libro es del año 1985, y debo admitir que lo tengo en mi lista de pendientes, para una lectura completa. Yo conozco parte de sus contenidos gracias a artículos extensos que he podido leer,… o aún mejor, que he podido escuchar (circulan por la red entrevistas de radio y televisión a este reputado sociólogo).
En cualquier caso, hablamos de casi cuarenta años atrás, con gente que ya discutía estos mismos temas, dentro de otro contexto cultural y tecnológico, sin la internet que conocemos, sin redes sociales, pero sí con sistemas educativos modernos, subvencionados por estados democráticos, así como numerosas bibliotecas públicas preparadas para compartir millones de enseñanzas con toda aquella persona que tuviera la suficiente motivación para cruzar sus puertas y perderse entre esos centenares o miles de libros disponibles… y también con la incipiente industria del entretenimiento, con la televisión a la cabeza. Bueno, pues aquí estamos, hablando de la nueva internet, de metaversos, de inteligencias artificiales, de nuevas formas de interaccionar y compartir contenidos, experiencias,… hasta vivencias “virtuales” y por supuesto cómo emplear y gastar parte de nuestro mayor tesoro, nuestro tiempo “libre”. Así que, en fin, tal como lo veo yo, no deja de ser algo evidente,… que la humanidad parece estar condenada a seguir repitiendo los mismos errores, en contextos y épocas diferentes, porque tiende a olvidar más de lo que llega a aprender. O tal vez sea porque somos “máquinas” imperfectas, donde en ocasiones no hay un balance adecuado entre el raciocinio y nuestro yo emocional y sentimental. O tal vez esté todo motivado por nuestras propias limitaciones y nuestra “moderna” impaciencia, incapaces de lidiar con nuestras enormes expectativas y ensoñaciones, o también con eso que algunos llaman “zonas de confort”,... y que como he dicho al principio, sería parte de esa condena fruto de nuestro cerebro, de su funcionamiento y principal característica, esa neuroplasticidad.
A pesar de haber aumentado la comprensión de la realidad que me rodea, hay cosas que sigo llevando mal. Lo peor que llevo no es solo esa impaciencia generalizada,... que se aprecia de forma notable en cuanto sueltas en algún foro, como éste, un pedazo de ladrillo que supera las 20 líneas,... o qué puñetas, basta que supere las 10 o sólo 5 líneas, para que aparezca el tontito de turno, adicto a Twitter, con la frasecita... "me espero a que salga en DVD,... o llegue a Youtube, o Tiktox"... o algo similar. No, lo que peor llevo en la actualidad es la "victimización" de la gente, en tendencia alcista. Ya puedes intentar currarte una opinión detallada y argumentada, que hay una alta probabilidad de que te salte algún fulastre, que se ha sentido ofendido por ciertas palabras, y que por tanto se siente aludido, interpelado y molesto… o, por otro lado, aparezca alguno que se siente con la necesidad de compartir una tontería en forma de caricatura, que no deja de ser una burda copia de uno de los principios de Goebbels (principio de simplificación y del enemigo único), uno de los “mejores” a la hora de utilizar la propaganda y el populismo en política. Y por desgracia, lo de copiar estas males artes no es una simple excepción, hoy es la norma y va a más, especialmente entre aquellos más acérrimos por unas siglas y unos pretendidos ideales. Y debo resaltarlo, dentro de esos colectivos sectarios, siento más ardor de estomago por aquellos que se auto-etiquetan como "izquierdistas", porque es precisamente ahí, según mi humilde punto de vista, donde se acumulan hoy más las contradicciones e incoherencias, un abono imprescindible para que la victimización se expanda,... hasta el punto de sentir mucha vergüenza ajena cuando estos presuntos demócratas aupados a un pedestal de superioridad jovenlandesal... se permiten el lujo incluso de malinterpretar completamente la paradoja de Karl Popper.