Tal y como yo lo veo, de el bichito nos podemos contagiar o no, no está en nuestra mano decidirlo. Sin embargo, la banderilla es algo que sí podemos elegir y conlleva un riesgo probado, con lo cual se convierte en un juego de ruleta rusa. No importa que las probabilidades de morir sean pequeñas. La estadística es una ficción que se sustenta en que todos somos exactamente iguales, y eso es una falsedad. Lo cierto es que al vacunarse se escoge participar en una lotería donde hay probabilidades de morir y probabilidades de obtener un bien. Yo siempre procuro escoger vida en todo lo que hago, y pienso que lo verdaderamente altruista es mostrar el camino de la vida a los demás no la parodia que nos ofrece este mundo decadente.
Tenemos el ejemplo de Cristo que dio su vida por los demás, pero en ningún momento escogió fin ni mentira (vida y verdad van unidas, ambas en torno a Dios). Al contrario, le pidió al Padre que evitara su pasión si fuera posible, y continuó defendiendo la verdad aunque otros escogieran matarle por ello. Y por esto mismo, por estar siempre con Dios, resucita. Eso nos enseña.
Se podría argumentar que al vacunarse se está aceptando el riesgo para proteger a los demás. El problema de esto es en quién se pone la confianza. No es en Dios sino en una ciencia amoral en vista del modo en que se han desarrollado las banderillas (manipulación genética, fetos humanos abortados) y cómo se está presionando para distribuirlas (con mentiras o con amenazas de administración obligatoria, con lo que se reduce al ser humano al estado de propiedad del Estado). Es decir, se está escogiendo un medio malo para pretender lograr un bien, y esto es un error clásico. El bien pretendido llegará o no, pero el mal está hecho.
EDITO:
Dado que el argumento es religioso, cabe añadir que la Iglesia se ha pronunciado oficialmente y no es tan estricta (aunque da muchas precisiones). Dejo aquí el enlace:
Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la jovenlandesalidad del uso de algunas banderillas contra la el bichito-19
Lo que he escrito es solamente mi opinión.