Quesnay
Madmaxista
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- 28 Jun 2009
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Voy a presentarme: ante todo, yo, como bien sabe el forero que se esconde bajo el avatar de El Pollo, soy una impostura.
En mi juventud yo fui neoliberal. Creí en el fundamentalismo de mercado y todo eso. Ya no. Hace tiempo. Por razones empíricas, no ideológicas ( a mí me da repelúsn las ideologías, esas construcciones abstractas que pretenden explicar la realidad y, si fracasan, que la realidad se adapte a ellas).
Como venía del neoliberalismo y no hay peor cuña que la de la propia madera, intenté rebatir los argumentos de los neoliberales del foro de un modo cordial. Inútil. Recibía insultos directos y explícitos. Me intentaban liar en los viejos sofismas que todos los neoliberales hemos enarbolado sin dejar espacio a la réplica. Me tachaban (¡a mí, mandan bemoles los cazadores de brujas estos!) de comunista, de marxista y de colectivista. Nada que sacar de ahí.
Entonces decidí acudir a la reductio ad absurdum en este caso, la extrema reductio ad mercatum, Tomé como avatar al viejo fisiócrata (el antepasado del buen, obsoleto, tergiversado y poco leído Adam Smith). Tomé como citas de pie de página dos lugares comunes agresivamente liberales. Márketing ideológico imagen especular de "la tierra para el que la trabaja" y demás.
He sostenido en este foro opiniones cada vez más absurdas sin dejar por ello de recibir thanks del grupo de referencia. Sin nombrarla, he llegado a abogar por el restablecimiento de la esclavitud bajo formas levemente disimuladas y mis comentarios han sido aplaudidos por el lobby liberal. Ha sido divertidísimo, espeluznante y, en cierto sentido, enternecedor al ver lo que puede obstinarse el cerebro humano en alejarse de la razón y el sentido común con tal de mantenerse próximo a la ideología preferida. Prietas las filas. En pie famélica legión.
Por favor, repasen mis posts, lo que en ellos digo, lo que a ellos se contesta y quienes los agradecen. De ello extraerán grandes enseñanzas sobre el género humano. Perdonen si los transformo en misántropos antes de que tengan la edad recomendada para ello.
Hay que decir también, que pienso que el quizá más devoto de todos los fundamentalistas de mercado, Ominae, me caló probablemente desde el principio y nunca cayó en la trampa. Ahora, me despido y suplico a los arqueólogos del foro que pongan las cartas sobre la mesa.
Suerte a todos en los tiempos tan convulsos que vamos a ver. Conserven la capacidad de observación: sus nietos necesitarán de sus relatos. Que TODOS tengan buena fortuna y salgan tan incólumes de esta como sea posible. Y recuerden: el dinero no es, ni mucho menos, el mayor de nuestros problemas.
Pero sobre todo, desconfíen del que ajusta la estructura de sus neuronas a una ideología y deforma luego la realidad para que se amolde perfectamente a las formas que la doctrina que otro pensó confirió a su sesera.
Un fuerte abrazo.
En mi juventud yo fui neoliberal. Creí en el fundamentalismo de mercado y todo eso. Ya no. Hace tiempo. Por razones empíricas, no ideológicas ( a mí me da repelúsn las ideologías, esas construcciones abstractas que pretenden explicar la realidad y, si fracasan, que la realidad se adapte a ellas).
Como venía del neoliberalismo y no hay peor cuña que la de la propia madera, intenté rebatir los argumentos de los neoliberales del foro de un modo cordial. Inútil. Recibía insultos directos y explícitos. Me intentaban liar en los viejos sofismas que todos los neoliberales hemos enarbolado sin dejar espacio a la réplica. Me tachaban (¡a mí, mandan bemoles los cazadores de brujas estos!) de comunista, de marxista y de colectivista. Nada que sacar de ahí.
Entonces decidí acudir a la reductio ad absurdum en este caso, la extrema reductio ad mercatum, Tomé como avatar al viejo fisiócrata (el antepasado del buen, obsoleto, tergiversado y poco leído Adam Smith). Tomé como citas de pie de página dos lugares comunes agresivamente liberales. Márketing ideológico imagen especular de "la tierra para el que la trabaja" y demás.
He sostenido en este foro opiniones cada vez más absurdas sin dejar por ello de recibir thanks del grupo de referencia. Sin nombrarla, he llegado a abogar por el restablecimiento de la esclavitud bajo formas levemente disimuladas y mis comentarios han sido aplaudidos por el lobby liberal. Ha sido divertidísimo, espeluznante y, en cierto sentido, enternecedor al ver lo que puede obstinarse el cerebro humano en alejarse de la razón y el sentido común con tal de mantenerse próximo a la ideología preferida. Prietas las filas. En pie famélica legión.
Por favor, repasen mis posts, lo que en ellos digo, lo que a ellos se contesta y quienes los agradecen. De ello extraerán grandes enseñanzas sobre el género humano. Perdonen si los transformo en misántropos antes de que tengan la edad recomendada para ello.
Hay que decir también, que pienso que el quizá más devoto de todos los fundamentalistas de mercado, Ominae, me caló probablemente desde el principio y nunca cayó en la trampa. Ahora, me despido y suplico a los arqueólogos del foro que pongan las cartas sobre la mesa.
Suerte a todos en los tiempos tan convulsos que vamos a ver. Conserven la capacidad de observación: sus nietos necesitarán de sus relatos. Que TODOS tengan buena fortuna y salgan tan incólumes de esta como sea posible. Y recuerden: el dinero no es, ni mucho menos, el mayor de nuestros problemas.
Pero sobre todo, desconfíen del que ajusta la estructura de sus neuronas a una ideología y deforma luego la realidad para que se amolde perfectamente a las formas que la doctrina que otro pensó confirió a su sesera.
Un fuerte abrazo.