Asturianismo e Hispanidad. Entrevista a Carlos X. Blanco

Desde
4 Nov 2012
Mensajes
36
Reputación
65
lanaconasturiana.jpgAsturianismo e Hispanidad. Entrevista a Carlos X. Blanco (I Parte)

Asturianismo e Hispanidad.
Entrevista a Carlos X. Blanco
J. P. Quirós.


Conversamos con Carlos X. Blanco, histórico pensador germinal del nacionalismo asturiano (La Nación Asturiana, 2007; Casería y socialismo, 2008, etc.), hoy importante teórico de la Hispanidad. Filósofo, novelista, articulista, Carlos nos ofrece pistas para un nacionalismo identitario “unitivo”, “aglutinante”, hispanista e imperial. Le agradecemos estas palabras de respuesta a nuestras cuestiones.


-Usted se ha destacado hace décadas como uno de los fundadores del nuevo nacionalismo asturiano. Ya hace tiempo que se distanció de esas posiciones. ¿Qué es lo que usted denuncia exactamente en el llamado “asturianismo” actual?

CXB: denuncio, literalmente, la estupidez. No poseer una visión estratégica de las Asturias, no querer madurar a la hora de defender con seriedad los elementos identitarios de estos territorios astures (o asturcántabros), es “estupidez”. Querer y no poder. Y ser impotente por ignorancia, eso sólo tiene un nombre: Estupidez.
En bable o lengua asturiana decimos: “ser fatu”, ser “magüetu”. En Asturias nunca triunfará un “soberanismo” de corte independentista. Ese intento, ya muy viejo, que arranca de 1975 y de la fin de Franco, el intento de imitar los métodos (sangrientos e infames) y los discursos (infames) del vasquismo violento es algo que nunca va a tener el menor éxito. En las Asturias nace España, justamente en la Batalla de Covadonga (722). La fuerte identidad astur que la población del Principado siempre ha sentido, nunca estuvo reñida con un no menos fuerte sentido de españolidad. Una españolidad mucho más depurada que la propalada por los liberales del siglo XIX y sus sucesores, auténticos impostores. Una españolidad a la que le sobra la tauromaquia, el castellanocentrismo, el flamenquismo, la cabra de la Legión o la canción de Manolo Escobar. Es la españolidad genética, la que surge con los inicios bélicos y rebeldes de la Hispanidad -con Pelayo, padre de la Hispanidad- en la lucha contra el jovenlandés y en la “restauración” del ejército, la Iglesia, y el poder de los godos.
-De acuerdo. Pero su nacionalismo de otros tiempos, como por ejemplo el del libro “La Nación Asturiana” (2007) ya dejaba caer que no podía ser independentista. El independentismo (o “soberanismo”) asturiano es muy minoritario, pero acapara gran parte del llamado “movimiento asturianista”. Pero, frente a él, ¿acaso no es la meta más o menos disimulada de todo nacionalismo alcanzar un Estado propio? Si no es así, su planteamiento identitario pero hispanista ¿no supone, en realidad, regresar a las consabidas posturas regionalistas o federalistas?
CXB: La fórmula exacta en la que se tiene que reorganizar todo el Estado, y en la cual caben las distintas identidades históricas y regionales españolas, es un tema muy complejo. Cualquier modelo no centralista distinto de esta aberración de las 17 taifas me parecería deseable, la verdad. España se centrifuga, se profundizan las desigualdades entre regiones, crece la insolidaridad entre españoles, aumenta el caciquismo. El “autonomismo”, es decir, el Régimen del 78, traducido en diseño territorial, es un fiasco. Una verdadera traición a la esencia de España. Han hipostasiado comunidades autónomas. La provincia de Santander, por ejemplo: el gran Xaviel Vilareyo (fallecido en 2015) no se cansaba de repetir que lo mayor de sus comarcas históricas estaba indisolublemente ligado al reino asturiano y, después, al leonés (sucesor del asturiano): Asturias de Santillana, Asturias de Trasmiera, país de la Liébana… Cualquier día habrá “cantabrismu”, “bercianismu” o “soberanistas” riojanos o murcianos. Esto es un despropósito, un manicomio.
Yo estoy por la restitución de “Las Españas” tradicionales y forales. En mi libro más reciente, “Por la España tradicional” (Letras Inquietas, 2022: Por la España tradicional – Letras Inquietas), abogo por adoptar criterios puramente históricos (antes que étnicos o lingüísticos) para reconstituir la legitimidad foral y el nivel de autogobernanza de cada comunidad orgánica. Me parece una de las más importantes aportaciones del carlismo y, después, del tradicionalismo hispano.
-Entonces el criterio lingüístico para deslindar identidades ¿no es un error? ¿Se posiciona usted en contra o a favor de la cooficialidad del bable? ¿Qué futuro le ve usted a esta lengua no oficial y a otras lenguas regionales?
CXB: la visión romántica herderiana de “una lengua, un pueblo”, está fracasando estrepitosamente en España. El bilingüismo más sano y normalizado, hasta que llegó el R78, era el de la convivencia del castellano con el gallego, por un lado, y con el catalán-valenciano-mallorquín, por el otro. Ninguna “dictadura” pudo prohibir lo que hacía (y sigue haciendo) la gente cuando lo hace con naturalidad y sin politizaciones. Ni los liberales jacobinos ni Franco acabaron con este bilingüismo. Si tus antepasados más remotos tanto como tus padres y vecinos de siempre eran bilingües, tú lo acababas siendo. Pero gran parte de los que fuimos bilingües con el asturiano y, hasta el R78, también con el vascuence, lo que conocimos fue diglosia. Nuestra lengua vernácula no tenía prestigio y actuaba como un “código” entremezclado e interferente que impedía hablar bien el castellano a la vez que tampoco se hablaba bien la lengua vernácula.
Pero el R78 abrió las puertas al sistema de las taifas y las taifas instrumentalizaron políticamente las lenguas españolas. De una parte, los políticos caciquiles metieron y sacaron provincias en las nuevas entidades autonómicas, creadas ad hoc, acorde con sus intereses extractivos y plutocráticos, no acorde con las identidades. ¿Por qué León no está unido a Asturias o forma una comunidad propia y, por el contrario, ha de estar unido a Castilla? ¿Por qué dos Castillas, y por qué no dos Andalucías...? Se han consagrado unos entes artificiales, y las lenguas regionales y hasta los dialectos se han empleado como ariete contra la unidad patria, como elemento de separación, y no de unión y engrandecimiento de España. Habría que empezar proclamando la inquebrantable españolidad de todas las lenguas que aquí conviven con el castellano, incluyendo el portugués y el catalán y el vascuence…Lo he defendido en artículos como “Todas las lenguas españolas” [Todas las lenguas españolas].
En lugar de crear mini-academias regionales, la RAE debería tener secciones para las demás lenguas regionales de España, pues el bable o el vascuence, el catalán o el gallego-portugués, etc. también son lenguas nuestras.
El bable o lengua asturiana tiene un gran problema. No es el número de hablantes (si incluimos a la masa diglósica y a los que lo comprenden bien aunque lo usen mal) que puede llegar al 90% en muchas comarcas del Principado, ni tampoco la falta de consenso de los partidos regionales, ni la conciencia lingüística bloqueada por prejuicios y fallos de transmisión generacional… Nada de eso es un problema para que el bable/asturiano sea cooficial. El problema lo constituyen los propios “bablistas”.
-Por favor, explíquenoslo para que lo podamos comprender mejor. Pues sobre usted se ha conjurado una especie de “conspiración de silencio” en esos ambientes. A ciertos sectores les ha sentado muy mal que usted los califique como “comunistas del bable y la gaita” o, sencillamente, “bablegaitas”. ¿Por qué esas denominaciones?
CXB: No son términos que me haya inventado yo. Ya estaban en uso el mundillo asturianista cuando yo empecé a intervenir en él. Unas cuantas personas clave en el asturianismo se libran de esa etiqueta. Yo rescataría a don Xuan Xosé Sánchez-Vicente, ensayista, filólogo y político destacado del Partíu Asturianista. Gracias a él existe una “ley de uso” del asturiano que se acerca mucho a una cooficialidad de facto. Otro polígrafo, el padre del nacionalismo panasturianista, con una gran visión de la territorialidad de los países asturianos, fue don Xaviel Vilareyo, ya fallecido (En recuerdo de Xaviel Vilareyo y en contra de los "bablegaitas" – Adáraga). A ambos pude conocerlos personalmente, todo un honor. En modo alguno eran bablegaitas sino asturianistas serios, rigurosos. Los bablegaitas -muy al contrario- son aquellos individuos de izquierdas que usan el bable o llingua asturiana como “código” de una ideología supuestamente obrerista, revolucionaria, independentista, etc, pero carecen de sentido identitario. Son internacionalistas y antisistema disfrazados de soberanismo. Han hecho mucho daño: han conseguido grabar en la mente de las personas una ecuación: “en bable, es decir, de izquierdas”. Con ello, la Tradición y la verdad han perdido la batalla. Rescatar y promocionar el bable es igual de importante que salvar los hórreos, las caserías, el paisaje…, no es adoptar un código antisistema. Es salvar el patrimonio de un pueblo. La derecha asturiana, aquejada de cobardía y necedad en grandísima medida, quiere declararle la guerra a la oficialidad del bable sin percatarse de que eso es enajenarse a buena parte de la población oriunda. Digo oriunda porque hace décadas que muchos empadronados en Asturias son de origen foráneo y raramente se van a interesar por esta cuestión patrimonial: no lo ven como suyo, en una palabra.
Cuando los comunistas y antisistema empezaron a usar el bable para las consignas y carteles de puños en alto, hoces y martillos, los ideólogos comenzaron a apropiarse de algo que, antes de 1974, curiosamente se asociaba más bien al mundo rural, a la tradición, al regionalismo conservador. “Conceyu Bable” fue la raíz de ese fracaso del bablismo actual: empezaron a ideologizar, a politizar el idioma en el peor sentido de la palabra. Era como si hubieran empezado a repartir carnets de buenos asturianos, y el buen asturiano era el obrero, el minero, el habitante de las Cuencas del carbón, y no el hijo profundo de una tierra milenaria.... Conceyu Bable, una asociación cultural y no un partido nacional, fue un error, no consiguieron sino igualar la lengua patrimonial de los asturianos con “el rojerío”. Falso y malintencionado error que la Academia de la Llingua perpetuó.
La propia dignidad de la lengua asturiana lo sigue pagando hoy. Cuando lideré un movimiento ciudadano en pro de la llingua y de la identidad asturiana, esos impotentes y fracasados herederos de “Conceyu Bable” y de los micropartidos de izquierda, todos trabajando para el PSOE, me acusaron de “transversal” o “interclasista”. A muncha honra; creo que es el único camino: para ciertos temas, temas de rescate, supervivencia cultural y patriotismo, hay que estar unidos. No se trata de ser de izquierdas o de derechas. Se trata de ser asturiano como forma específica de ser español. Defender tu comunidad orgánica.
Pero la derecha es muy necia en esto. Cuando viene un señor de VOX, venido de Getafe, Sevilla o Valladolid, y se pone a decir en nuestros pueblos cuál ha de ser la lengua de nuestra gente…no hacen más que perder votos y enajenarse a un público que, en otros temas quizá más urgentes (por ejemplo nuestra situación de colonia frente a los USA, los marroquís o los eurócratas), podrían tener sintonía y hasta simpatía hacia él.
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Volver