Y eso es lo bueno de nuestro idioma. Que a pesar de todos los argots, nos entendemos. A mí me encanta hablar en castellano. Tengo la posibilidad de hablar con gente de montones de países, que a pesar de lo que algunos crean , no somos nada parecidos.
Así, así.
Yo estuve varias veces en Cuba y los de allí me entendían bien. Sin embargo, yo a ellos regular: depende de quién me hablase. Había uno que conocí al que yo llamaba Néstor y que me contaba chistes que no entendía y de los que me reía por educación. Pasaron días hasta que por los demás me enteré que Néstor era en realidad Ernesto. Eso sí, una vez pillado el acento saqué la conclusión que hablaban mejor que nosotros en casi todos los casos.
Sin embargo tenían cosas que me parecían sorprendentes y eran debidas a la influencia del inglés americano, por ejemplo: "la gente son" (people are), "me puse el overol (overall)", "en el tim (team) de la fábrica", "se aprobaron los lineamientos (alignment) económicos", etc.
Otras cosas me parecieron preciosas por lo arcaico: "el búcaro (jarrón) está lleno de flores", "ese pantalón es de color carmelita (marrón)", "la guagua (el autobús, como en Canarias) estaba lleno, etc.