Bueno, es algo que ya lei hace unos años, y hoy he visto un enlace en foro.finanzas donde se explica claramente.
También se explican algunas cosas más, y aunque no tenga relación directa con el tema de la vivienda, lo considero interesante.
También se explican algunas cosas más, y aunque no tenga relación directa con el tema de la vivienda, lo considero interesante.
http://www.juandemariana.org/comentario/268/Francisco Moreno dijo:LOS 5 SECRETOS MEJOR GUARDADOS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Imaginémonos a un trabajador español que gana bruto 1.000 euros al mes. En su nómina vendrá más o menos esto (simplificando mucho):
Bruto mensual devengado.....1.000 euros
Retención IRPF (15%) ......... -150 euros
Aportación Seg. social (6.3%).. -63 euros
Total a percibir (líquido).......... 787 euros (que es lo que se lleva a su bolsillo o a su cuenta corriente el referido trabajador cada mes, pensando que ya está, ya no va a pagar más al Estado (iluso!!): se olvida de los impuestos indirectos, que todo lo que compre lleva IVA o si es una casa el impuesto de TP, o si paga gasolina o compra tabaco o una cerveza, ahí están los impuestos especiales...El Estado voraz siempre está allí donde el contribuyente saque su billetero).
Pero detengámonos sólo en el impuesto directo, lo que atañe a su salario: El trabajador piensa que lo que le retiene la empresa por IRPF (150 euros) y por aportación a la Seguridad social (63 euros) es su contribución al Estado de su salario como impuesto directo; generalmente piensa que ya ha cumplido al mes como buen contribuyente y ya está (FALSO!!!). Falta otra contribución adicional que hace la empresa en su nombre cada mes (aproximadamente el 32% de su salario bruto).
Lo siguiente que describo es lo que considero el 1er. secreto mejor guardado de la Seguridad Social ante el contribuyente (y nunca suficientemente explicado por el empresario al trabajador):
Cuando un trabajador dice que gana 1.000 euros brutos al mes y, nada más que eso, no es verdad. GANA REALMENTE 1.320 euros (esos 320 euros adicionales de su salario real es la aportación empresarial a la Seguridad social que todo empresario ingresa CADA MES por los 1.000 euros brutos declarados de su trabajador contratado, lo hace en nombre del empleado y es lo que hay que añadir además a esos 63 euros que se le ha retenido en su nómina como aportación a la Seg. social por parte del trabajador. Por tanto cada mes la empresa ingresa religiosamente 383 euros por su trabajador declarado que normalmente piensa que su empresa ingresa tan sólo 63 euros en su nombre (pues es lo único que ve un su nómina), cuando lo que realmente está ingresando su empresa en total son 383 euros cada mes a nombre de Fulanito de Tal. Por tanto, este Fulanito acapara en cotizaciones anuales unos 4.600 euros: que son sus supuestos "derechos" como cotizante que se le suman cada año frente a la Seguridad social).
Como la actual jubilación es a los 65 años, cuando Fulanito se jubile podría muy bien haber trabajado 40 años (NOTA: pueden ser menos años de trabajo, pero aceptamos esto porque no estoy considerando ninguna revisión salarial por IPC, por antigüedad o por simple trabajo bien hecho; ya se sabe, hay que dar carnaza al ignaro "progre" para que pueda sentenciar lo de "por culpa del empresario explotador!") . Bien, imaginemos que trabajando 40 años, a 4.600 euros de ingreso anual a las arcas de la Seguridad social, Fulanito acaba teniendo en cotizaciones a su nombre unos 184.000 euros (no importando que haya contribuido una sola empresa o varias a lo largo de sus sufridos 40 años de trabajo).
Se acaba de jubilar Fulanito y se frota las manos pensando que tiene "derecho" a los 184.000 euros por toda su cotización durante 40 años (recuerdo: aunque la empresa haya sido la que los haya ingresado, lo ha hecho siempre a su nombre y como parte descontada de su salario real, que es = salario bruto + aportación de la empresa a la Seg. social en su nombre). Pues va a ser que no.
Y ahora viene lo que considero es el 2º secreto mejor guardado de la Seguridad Social ante el contribuyente (y nunca suficientemente explicado por el economista al honrado ciudadano):
Mientras el sufrido Fulanito ha trabajado todos estos años, su cotización mensual ingresada en su nombre a la Seguridad social por la empresa que le tiene contratado cada momento (383 euros cada mes, 4.600 euros al año) NO SE CAPITALIZA, es decir, la Seguridad social no lo invierte (por ejemplo: en fondos de pensiones o en bonos del Tesoro o en acciones de Telefónica...). Lo que realmente hace la Seguridad social es gastarlo inmediatamente en pensiones, prestaciones de desempleo y en asistencia sanitaria. Es decir no se crea ningún derecho real para el trabajador Fulanito. Esos 184.000 euros "ahorrados" son como el cuento de la lechera para Fulanito: Aire.
Y ahora viene lo que considero es el 3er. secreto mejor guardado de la Seguridad Social ante el contribuyente (y nunca suficientemente explicado por el penalista a su cliente):
Si yo monto una empresa privada y hago lo mismo que la Seguridad social (aunque sea a pequeña escala) me meten derechito en la guandoca: los sistemas piramidales de aceptación de ingresos sin capitalizar y gastados sin más (aunque sean para fines humanitarios) son un DELITO como una casa!!!
El keynesiano o socialdemócrata aludirá que eso es una excepción pues se hace por parte del Estado y de forma general a toda la población activa (y que no cabe considerarlo como delito). La verdad es que sigue siendo una actividad delictiva, con la única diferencia que es masiva pues alcanza a toda la población trabajadora del Estado (es como el cuento del Traje nuevo del Emperador: como se ha ido extendiendo progresivamente desde la 2ª Guerra Mundial a muchos Estados sociales y asistenciales, todo el mundo lo acepta y se cree, además, que es objetivamente bueno).
Pero sigamos: Fulanito no decae en su fe en el Estado asistencial (ni en sus gestores de cada momento); me dice que ha cobrado por las veces que ha estado enfermo o de baja en los 40 años de trabajo. Esto es una verdad a medias: sí ha tenido contraprestación medico-social pública (con las deficiencias que todos conocemos, salvo hermosas excepciones), pero con lo que ha cotizado, si hubiera pagado (digamos tan sólo la mitad de lo cotizado) en un seguro médico privado seguramente le hubiesen venido a recoger en helicóptero cada vez que lo hubiese precisado. Seamos realistas: lo normal es que, sin Seguridad social, hubiese necesitado tan sólo unos 600 euros al año (es decir unos 24.000 euros en sus esforzados 40 años) por su seguro médico privado (y con un servicio médico razonablemente bueno).
Bien, pero ahora Fulanito es un anciano y está jubilado y me insiste en que va a cobrar una buena parte de esos 184.000 euros en pensiones pase lo que pase (FALSO!!!).
Ahora es momento de hablar del 4º secreto mejor guardado de la Seguridad Social ante el contribuyente (y nunca suficientemente explicado por el Ministerio del "Trabajo" al currante):
La verdad no es así de simple. Recordemos que Fulanito no tiene derechos sino una mera perspectiva a cobrar (y además con condiciones restrictivas: si quiere cobrar su pensión completa, debe haber cotizado un mínimo de 35 años; si quiere cobrar, al menos, la mitad de su pensión, debe haber cotizado un mínimo de 15 años; además hay limitaciones en las bases, siempre para cobrar menos. Recuérdese lo que ha sucedido en Italia y en Alemania recientemente, han elevado la edad de jubilación a 68 años) y, sobre todas las cosas, se precisa absolutamente que haya suficientes trabajadores en activo y que coticen suficientemente para que Fulanito cobre cada mes su pensión. Si la Seguridad social quiebra (nada improbable en caso de mala gestión política, o demasiados años de social-democracia del bienestar) el Fulanito se queda sin nada de nada; no pudiendo reclamar nada al Estado por indemnización, porque su dinero que ha aportado como cotización no ha sido capitalizado (ver secreto nº 2); en ese momento se da cuenta que no eran derechos reales, sino meras "EXPECTATIVAS A COBRAR" (ahora sería Fulanito "Pringao").
Pero imaginemos que Fulanito se jubila y tiene la gran suerte de que no se quiebra la Seguridad social, podrá cobrar una pensión de aproximadamente la mitad de su salario y sólo la tocará cada mes (serán en el mejor de los casos unos 500 euros al mes mientras esté vivo). No podrá rescatar todo lo aportado como sucede generalmente en las inversiones capitalizadas y, por tanto, no podrá comprarse una casa o hacerse su viaje soñado a las islas de la Polinesia después de jubilarse o simplemente reinvertirlo en lo que estime oportuno dadas las rentabilidades de ese momento.
Pero imaginemos otro escenario: que Fulanito se jubila y tiene otra vez la gran suerte de que no se quiebra la Seguridad social pero, lástima, la palma porque 65 años es una edad más o menos razonable para visitar a Dios. Pues en ese caso sus herederos no heredan nada de esos 184.000 euros (como mucho su viuda una pensión mínima; y si sólo quedan sus hijos, nada de nada, que es nada. Eso sí sus hijos deberán, mientras trabajen, cotizar religiosamente a la Seguridad social, y el ciclo se repetirá…).
Fulanito, desde el Cielo, me dice, que no importa, pues todos los sistemas de Seguridad social de las economías keynesianas son iguales (incluida la ejemplar Canadá); Además no se ha probado ningún caso de privatización de la Seguridad social con éxito en la tierra (FALSO OTRA VEZ!!!).
Finalmente está el 5º secreto mejor guardado de la Seguridad Social ante el contribuyente (y nunca suficientemente explicado por el político a su votante):
Existe a mediados de los 80 el ejemplo del sistema alternativo de seguridad social privada del CHILE DEMOCRÁTICO: Se puede hacer progresivamente y de forma alternativa: el trabajador opta por seguir en el público (sin capitalizar) o en el privado (capitalizándose).
Actualmente más del 44% de los trabajadores han optado por el sistema de seguridad privada; es decir seguro médico completamente privado y, lo que resta de cotización (que es la mayor parte) se invierte, y, además, produce buenos intereses y derechos reales para el trabajador (allí empieza a haber muchos Fulanitos "Enteraos").
Francisco Moreno