Sé que lo que voy a decir no es de lo más adecuado en el día de Navidad. Pero al que le pese, que reviente.
1º La vergüenza consiste en sentarse a la mesa con un personaje como ése.
2º La sociedad no tiene por qué sustentar a alguien que, estando sano y útil, no tiene los narices suficientes para hacer frente a la adversidad. Afortunadamente no tiene descendencia.
3º Mis padres nunca me hubiesen pagado una carrera para ser "artista". Ni yo lo hubiese exigido. La culpa no es de él, sino de los padres.
4º No existe nada indigno en realizar trabajos físicos o aquellos otros para los que no exigen tu formación específica. Quien vale para un trabajo, vale para todos. El mundo de disney se limita a unas cuantas hectáreas a las afueras de París.
5º Yo he sido aprendiz, peón, y oficial en un taller. Viví mi juventud con los excesos de rigor y me pagué todos mis estudios, incluidos los universitarios cuando ya estaba trabajando. Nunca creí que la alterntiva consistía en encerrarme en casa de mis padres. Tampoco ellos lo hubiesen permitido.
6º No sentarte a la mesa de tus padres en Navidad y más cuando hay gente ajena a la familia es algo que denota, más que nada, mala educación. Tampoco es culpa de él.
7º Ese señor es, a día de hoy, un inútil y un inadaptado. Su capacidad de trabajo está limitada a puestos acordes con su formación y su personalidad.
8º Me parece fenomenal que sus padres lo tengan en casa como a un animal exótico que come entre horas, vegeta y duerme. Pero es igual de digno llevarlo a "pelo, pico, pata" que mostrárselo a las visitas.
No soy liberal, ni austriaco, ni comunista, ni socialista... Me importa una cosa la vida de este individuo pero me entristece ver a mi país lleno de indolentes y ociosos que esperan un pelotazo, una subvención o un puesto en la administración y que esa sea el leit motiv de su existencia.
Si hay trabajo para pagapensiones, eso significa que lo hay también para él y para mi.