Entre un petulante y un cabrón enemigo, puedo entender que pueda decidir que el cabrón es mejor... comparativamente hablando.Vale más que ponga a alubios, que por lo menos son listos que no lo que pone Sánchez en el gobierno con un vicepresidente que parece salido de la selva bolivariana de Venezuela.
Pero no olvide que el enemigo no es un buen candidato y trabaja para su esclavitud.
Creo que se puede aspirar a algo mejor que destrucción (petulante) o esclavitud (enemigo)