Es que eso es lo que significa el voto.
Por ello es tan importante meditarlo de verdad y elegir qué te parece más importante y en qué sentido.
Y esperar que la combinación de todos los ciudadanos de algo que te parezca adecuado.
Y, al ser tantos votantes, se produce un colapso de probabilidades, siempre hacia un punto intermedio, no extremista... salvo que las condiciones en las que se desarrolle la elección sean de emergencia, que no se sabe lo que puede salir (hay más ruido)
Asimov lo trata muy bien en un cuento corto, Franchise, en la que se elige a partir del voto de un único ciudadano, que ni siquiera vota, sino que responde a una serie de preguntas que le plantea Multivac.
Otro cuento, en este caso novela, es la clásica de Heinlein, Starship troopers, en el que ponen de relieve que el voto es un acto de violencia suprema, en tanto que no hay medias tintas: o ganas, o pierdes, y si ganas, debes aceptar lo que hagan los que has elegido... aunque no estés de acuerdo... y si pierdes, lo mismo; por eso meten ciertos cambios en la sociedad que cuenta el libro... para no volver a tener una guerra entre humanos.