Este debate siempre se hace "desde la tripas", nunca mejor dicho.
Se esgrimen argumentos sobre el amor, desde el punto de vista judeocatólico, la familia, los valores, el sacrificio, etc. Pero lo que no salta a la palestra son todos aquellos aspectos que realmente inciden en la cuestión, para empezar la economía. Porque aunque parezca inhumano, hablar de hijos, sin hablar de economía no tiene mucho sentido.
Para empezar, antes de la llegada de la agricultura las poblaciones humanas eran pequeñas, nómadas y disgregadas. Los "clanes" no eran excesivamente numerosos, solo lo justo para moverse rápido, buscar comida, cazar y sobrevivir. Solo la llegada de la agricultura, con el consiguiente abandono de la vida nómada, convirtió al ser humano en una especie mucho más abundante y la razón es sencilla. Para trabajar el campo se necesitan manos y para defenderlo también. Por eso, y con unos índices brutales de mortalidad infantil, los seres humanos empezaron a ganar número.
Y esto es lo que no se cuenta, que los hijos durante muchísimos años se han tenido PARA TRABAJAR. De hecho es más que reciente la idea o sentimiento de querer descendencia por amor; no es algo "de toda la vida", sino más bien una tendencia relativamente nueva que por cierto ha sido auspiciada por el incremento del bienestar general y los sistemas de protección social cada vez más amplios desde la II Guerra Mundial.
El problema de esto es como respirar monóxido de carbono, que poco a poco te quedas dormido y no te das cuenta que te estás muriendo. A medida que la mecánica fue haciendo innecesaria tanta mano de obra, primero en el campo, después en las fábricas y ahora, cada vez más, en las oficinas, como sociedades, los índices de natalidad han ido bajando progresivamente en los países occidentales y a pesar de que pueda haber múltiples razones, llámense teles de plasma o llámense ipods, la clave sigue siendo la misma: ya no es necesaria tanta "mano de obra".
Esto es una tendencia, en la medida que una sociedad avanza y adquiere unos niveles de producción, a todos los niveles, cada vez más elevados tiene menos necesidad de tener hijos.
La terrorífica realidad es que cada vez es menos necesaria la gente, esto es un hecho. Ya lo comentó SNB, solo serán necesarios aquellos cuyos conocimientos sean valiosos, y esto es una carrera sin final, cuando sepas A, deberás saber A+B+C en pocos años con una progresión geométrica. Solo hace falta ver las exigencias de las ofertas laborales para darse cuenta.
Así que una de dos, o se establece una renta básica, como decía también SNB, con el consiguiente problema de que la población sigue siendo demasiado alta, o bien como sociedades vamos lentamente reduciendo el número, con el consiguiente problema de frustración de miles de ciudadanos o bien terminamos como el rosario de la aurora con una guerra.
El problema, a mi juicio, es que seguimos valorando el problema de un modo local. Es decir, nos preguntamos por qué en España nacen tan pocos niños pero la globalización ha hecho que esto sea irrelevante, si falta mano de obra en España, sobra en África, Asia y Latinoamérica. Es decir, SOBRA gente.
Quien tenga hijos hoy día debe ser consciente que va a ser una batalla para sacarlos adelante mucho más dura que en el pasado. O bien es una persona con uno de esos conocimientos tan valiosos o bien su lucha será una continua agonía por su propia supervivencia y la de su prole. Desde luego si lo consigue enhorabuena pero que no tome la decisión "por amor", porque el análisis para tomar esa decisión falla por todas partes.