S
Samuel
Guest
Bien, seguiré tus instrucciones sobre el recorte de textos.
Jarama wrote:
>
> Dimite y en paz.
> Y para oponerse hace campaña politica en contra, para obtener una mayoría a
> su gusto y cambiar la ley.
> A recortar los derechos que la ley reconoce a otros es a lo que no tiene
> derecho.
No, no se tiene derecho a recortar los derechos que la ley reconoce a
otros. Además, habría contradicción.
>
> Para eso no hace falta regular la objecion de conciencia, porque cada
> ayuntamiento, donde el alcalde puede delegar en cualquier concejal, lo puede
> organizar a su conveniencia, sin montar pollos, y sin necesitar ningun
> permiso especial del estado, de la ley, ni del sursum corda. (Los jueces no
> es concebible que puedan ejercer la objeción de conciencia).
> En este caso hay mala fe, porque sabiendo eso perfectamente lo que la
> Iglesia quiere es tirar de la cuerda, echarle un pulso al Estado, agitar el
> fantasma de la desobediencia civil de los observantes católicos. Eso de "te
> vas a enterar, como me ponga a movilizar a la gente". Amaga solo, claro,
> porque si no consigue que vaya a misa ni el 20 % de la poblacion....
>
Pues regúlese la objeción y punto. ¿Para esto tanto lío?
Lo que no veo claro es que haya mala fe. Ten en cuenta que la Iglesia
defiende el derecho natural y que es por eso por lo que se opone al
matrimonio de gayses. En eso es clara, lo que no sucede con el PP,
que a aducido razones extrañas, no fundadas, de oportunidad, economía...
Es que hay pocos que se atrevan a defender el derecho natural. Si con lo
que poco que han dicho se ha armado la marimorena, no quiero imaginar si
hubieran aducido que se trata de un atentado "contra naturam".
Las buenas y sólidas razones brillan por su ausencia. En mi opinión, son
más débiles las esgrimidas por el PP que las de sus adversarios, aunque
éstas tampoco son para batir palmas.
>
> Ciego, no. Acatamiento, sí. Hasta que consigas que se cambien a tu
gusto, y
> mientras tanto, haz campaña por el cambio y ajo y agua. En eso consiste el
> Estado de derecho y la democracia, y si admitieramos lo que dices, ¿en que
> queda la obligación de cumplir la ley? ¿cada uno puede elegir que leyes no
> le gustan para no cumplirlas, y encima si es funcionario, seguir cobrando
> por defenderlas?
Que cada uno pueda elegir las leyes a las que se opone es una
barbaridad. Yo creo haber dicho que cuando se mantiene honradamente
(vuelvo a subrayar) una postura jovenlandesal se está obligado a ser consecuente
con ella. El grado de oposición dependerá de la magnitud del atentado de
la ley contra su jovenlandesal. Pero entiéndeme. No digo que tenga derecho
legal. ¿Cómo habría de ser eso? Lo que tiene es obligación jovenlandesal.
En una sociedad existen corrientes jovenlandesales que unas veces son
simplemente distintas, pero otras son abiertamente contrarias. Esto es
inevitable. El conflicto es parte esencial del orden social. ¿No lo
habíamos aprendido en Marx? Siendo así las cosas, el legislador debe
tener una prudencia extrema para saber dirimir los conflictos con el
menor perjuicio posible. Lo último que ha de hacerse en una sociedad
libre es que a una de las partes se le tenga que decir que no tiene más
remedio que acatar. ¿En qué queda la libertad entonces? Claro que hay
que obedecer a la mayoría, pero también hay que respetar a la minoría.
¿No es también esto democracia?
>
> El caso el aborto es especial, y si te fijas, no abarca, que yo sepa, a los
> administrativos que mueven papeleo o a los que hacen pruebas de laboratorio,
> etc., y no tienen ellos que hacer el aborto. El caso es similar, porque un
> Ayuntamiento solo da fe y registra un matrimonio, él mismo no celebra
> contrato ninguno ni contrae nada, ni adquiere compromiso alguno.
> Se han rechazado en el TS pretensiones de objecion variadas, incluyendo por
> ejemplo la objeción fiscal. Tened cuidado con hacer de aprendiz de brujo, a
> ver si vais a dar lugar a que los funcionarios o contribuyentes ejerzan la
> objecion a pagarle a la Iglesia el pastón que le pagamos, o vete a saber a
> qué.
> El cumplimiento de las leyes no es "a la carta". El que tiene dilemas de
> conciencia para cumplir los deberes del cargo, lo que no puede en conciencia
> es ejercer el cargo. Y no hay más. La objecion de conciencia solo tiene
> sentido, en casos muy especiales y ante obligaciones que no pueden evitarse
> por renuncia voluntaria.
Su conciencia puede llevarle a dejar el cargo, por supuesto. Pero
también opino que el legislador debería evitar esa situación extrema. En
realidad no hay para tanto.
> Pero ¿entiendes entonces que nos obliguen a los demás con su jovenlandesal? Porque
> de eso es de lo que se trata en este caso, de un tema de jovenlandesal privada.
> Un concejal debería dimitir del equipo de gobierno de un Ayuintamiento, o
> de concejal incluso, por cuestiones jovenlandesales graves, pero no porque la
> jerarquia se lo ordene en un caso como este, sino simplemente cuando las
> licencias, las recalificaciones, las oposiciones, las contratas o la
> política en algún tema del Ayuntamiento, sea inmoral, o corrupta, o incumpla
> el programa electoral descarada y cinicamente. Un concejal no es un menor de
> edad jovenlandesal perpetuo, como parece creer la ICAR de todo el mundo, de todos
> los seglares. Y queda claro que nunca he oido un llamamiento de la ICAR a
> los concejales a dimitir o plantarse ante los casos mencionados. Ya se ve
> donde está lo importante....
>
En este caso no hay mandato real. La religión no tiene tal poder que
haya que obedecerla. Pero no puedes esperar que deje de aspirar a una
jovenlandesalidad que ella entiende como universal.
>
> Ya. Así que es lo mismo las leyes de una dictadura que las de un
Estado de
> derecho democratico.
Una democracia puede ser en realidad una dictadura o una tiranía. No hay
contradicción en ello.
¡Cuidado! Que pueda serlo no significa que la democracia española sea
actualmente una dictadura. Ni mucho menos. Podrá estár mejor o peor
gobernada, pero no lo es.
>
> Para tí si una ley no te gusta su aprobación es un abuso, sin más. En
> cambio, supongo que las que sí te gustan, comprendes que tienen que ser de
> cumplimiento obligado, y no pueden dejarse a que las cumpla quien quiera.
> Pues estas muy equivocado. El limite de lo que las leyes no pueden ordenar
> sin caer en el abuso sobre las personas está en los derechos fundamentales
> que reconoce la Constitución. Ahí, sí.
>
No me acuses con tanta facilidad. Hay muchas actividades que no me
gustan y cumplo por ética. Más arriba creo haberlo dejado claro.
> No es así. Si yo incumplo la ley por cuestión de mi propia conciencia,
> deberé aceptar las consecuencias de mi incumplimiento, que recaerán
> lógicamente sobre mi, y no sobre los demás, o la sociedad. Eso es un dilema
> de conciencia, y por eso es un dilema. Si no, no lo sería.
> No hay un derecho legal a resistirse a la ley, eso es una contradiccion sin
> pies ni cabeza.
Por fin. Me quedo con este párrafo. Es el conflicto de Antígona. Leyes
contrapuestas, la de la jovenlandesal familiar, que le ordena enterrar al
hermano, y la del Estado, que le ordena no hacerlo. La grandeza de la
protagonista está en que se inclina por obedecer la ley jovenlandesal y tiene
que sufrir después las consecuencias.
Lo que hay son derechos constitucionales, derechos
> individuales que la ley no puede vulnerar sion volverse ilegal ella misma.
> Lo que hay también es un principio general que establece que el
> incumplimiento de una norma debe traer las consecuencias punitivas o
> disuasorias suficientes y no más para restablecer el imperio de la ley, lo
> que en la practica significa que si incumplir una obligacion que consideras
> injusta está castigado de forma moderada y proporcional, te da efectivamente
> la opcion de aceptar la pena y no cumplir. Claro que le da la misma opcion a
> todo el mundo, incluyendo chorizos y sinverguenzas, por lo que por lo
> general es la "gente de orden" la que clama por castigos duros y
> cumplimiento a rajatabla... paradojas católicas.
(...)
>
> Eso no es más que la aplicación de la superstición tecnologica ("progreso"
> en el peor sentido), que cree que algo es diferente jovenlandesalmente porque se
> hace a maquina y a gran escala, en lugar de a mano y con más trabajo. A ver
> si vas tú a creerte que el asesinato con espada y la hoguera de leña son de
> otra pasta jovenlandesal que las ametralladoras y los hornos crematorios.
> La crueldad y el despotismo masivo, los genocidios y el espanto están ahí,
> en la historia clasica y medieval, pero por el mismo enfoque que los
> minimiza, que solo habla de honor guerrero, de evangelizacion, de patria y
> de caballeros, parecen menores. No lo son. El horror moderno es diferente
> porque lo hemos reconocido, simplemente. (Y solo hasta cierto punto.)
> Porque es lo que más importa, no la gesta heroica narrada por el poeta de
> corte.
No es por la tecnología por lo que las guerras fueron de otro género.
Fue por las reformas políticas. Este es un tema fascinante. El cambio
crucial se produce con Napoleón, fruto maduro de la Revolución Francesa.
Antes de ésta las guerras se libraban entre ejércitos de unos 40.000
hombres, reclutados a costa de las arcas reales. Las batallas no podían
prolongarse más allá de cierto punto, porque las bajas eran irreparables
y muy caras. El que iba perdiendo la batalla procuraba un desenlace
rápido por este motivo y el que la iba ganando también.
Con Napoleón cambió todo. El ejército con que invadió Rusia constaba de
500.000 soldados... reclutados en Alemania. Los perdió prácticamente
todos, pero no era un grave problema, porque habría podido volver a
reclutar nuevamente otros tantos sin mayores esfuerzos. ¡Era la nación
en armas! ¡Todo el mundo dispuesto a combatir! Millones y millones de
hombres disponibles... Los soldados eran malos, pero la cantera era
inagotable. Y, lo mejor de todo, no había que pagarles, porque luchaban
por la nación y por la patria. Esto es algo que vio perfectamente
Maquiavelo: un soldado al que se paga no es buen soldado, porque por una
paga mayor está dispuesto a combatir con el enemigo. Además, era posible
poner a toda la población al servicio de la guerra, algo que nunca jamás
había sucedido. Como contrapartida, la población se convirtió también en
objetivo militar. Fue la guerra total, disponible desde entonces.
Esto empezó entonces y no se ha detenido. En la Segunda Guerra Mundial
las democracias fueron mucho más fuertes militarmente que el nazismo,
que alardeaba de poseer la mejor organización para la guerra. Se
consiguió simplemente convirtiendo los Estados Unidos en una industria
de guerra. La máquina militar fue irresistible. ¿Habrá que decir que por
suerte?
En realidad no se trata de ferocidad, porque la ferocidad es algo
biológico, animal y, por extensión, humano. No lo es el empleo de 700
trenes de munición y la fin de 300.000 soldados del ejército vencedor
para conquistar 100 kms2 de ciénaga inútil, como reza un ejemplo de la
Primera Guerra Mundial. No es ferocidad. Es contabilidad. Y lo mejor de
todo: una sociedad arrasada por esta clase de guerra se levanta en poco
tiempo, recuperando su tasa poblacional en pocos años, como si nada
hubiera pasado. Puede, por tanto, empezar de nuevo.
>>>En cuanto a la imaginación para la ferocidad, eso es que tienes poca,
>
> porque
>
>>>los genocidios, matanzas a gran escala y crueldad espantosa están
>
> inventados
>
>>>de antes sobradamente, y la propia histoira de la Iglesia está llena de
>>>ellos. Y sin complejos, como decía el otro.
>>
>>No puedo estar de acuerdo, y no porque los antiguos no fueran tan
>>crueles como los modernos, sino porque no pudieron ni siquiera soñar en
>>disponer de los medios políticos y técnicos de que disponen éstos. Si el
>>rechazo actual -al que me adhiero con toda el alma- es una reacción
>>moderna es por lo que ha ocurrido.
>
>
> No lo creo. Ha habido genocidios masivos, matanzas espantosas, opresion y
> crueldad hasta límites que efectivamente hay que hacer esfuerzo para
> imaginar. Simplemente, mientras los sufrian "otros" (los paganos, los
> infieles, las mujeres "sin decencia", los campesinos serviles, los neցros,
> los judíos, los filisteos, los eslavos, los irlandeses, los barbaros, los
> enemigos, los indios, los chinos) no eran importantes, no conmovían, no
> generaban empatía ni compasión ninguna.
> Ahora poco a poco vamos ampliando el concepto de persona, de humano, hasta
> que empieza a comprender en efecto a los humanos. Por eso lo que sucedió
> tantas veces, pero no importaba porque pasaba a gente que dudosamente era
> humana, o era como si no lo fuera, no generó el mismo horror en su momento,
> y ahora es como si no hubiese sucedido nunca.
>
> (...)
>
>
>
Jarama wrote:
>
> Dimite y en paz.
> Y para oponerse hace campaña politica en contra, para obtener una mayoría a
> su gusto y cambiar la ley.
> A recortar los derechos que la ley reconoce a otros es a lo que no tiene
> derecho.
No, no se tiene derecho a recortar los derechos que la ley reconoce a
otros. Además, habría contradicción.
>
> Para eso no hace falta regular la objecion de conciencia, porque cada
> ayuntamiento, donde el alcalde puede delegar en cualquier concejal, lo puede
> organizar a su conveniencia, sin montar pollos, y sin necesitar ningun
> permiso especial del estado, de la ley, ni del sursum corda. (Los jueces no
> es concebible que puedan ejercer la objeción de conciencia).
> En este caso hay mala fe, porque sabiendo eso perfectamente lo que la
> Iglesia quiere es tirar de la cuerda, echarle un pulso al Estado, agitar el
> fantasma de la desobediencia civil de los observantes católicos. Eso de "te
> vas a enterar, como me ponga a movilizar a la gente". Amaga solo, claro,
> porque si no consigue que vaya a misa ni el 20 % de la poblacion....
>
Pues regúlese la objeción y punto. ¿Para esto tanto lío?
Lo que no veo claro es que haya mala fe. Ten en cuenta que la Iglesia
defiende el derecho natural y que es por eso por lo que se opone al
matrimonio de gayses. En eso es clara, lo que no sucede con el PP,
que a aducido razones extrañas, no fundadas, de oportunidad, economía...
Es que hay pocos que se atrevan a defender el derecho natural. Si con lo
que poco que han dicho se ha armado la marimorena, no quiero imaginar si
hubieran aducido que se trata de un atentado "contra naturam".
Las buenas y sólidas razones brillan por su ausencia. En mi opinión, son
más débiles las esgrimidas por el PP que las de sus adversarios, aunque
éstas tampoco son para batir palmas.
>
> Ciego, no. Acatamiento, sí. Hasta que consigas que se cambien a tu
gusto, y
> mientras tanto, haz campaña por el cambio y ajo y agua. En eso consiste el
> Estado de derecho y la democracia, y si admitieramos lo que dices, ¿en que
> queda la obligación de cumplir la ley? ¿cada uno puede elegir que leyes no
> le gustan para no cumplirlas, y encima si es funcionario, seguir cobrando
> por defenderlas?
Que cada uno pueda elegir las leyes a las que se opone es una
barbaridad. Yo creo haber dicho que cuando se mantiene honradamente
(vuelvo a subrayar) una postura jovenlandesal se está obligado a ser consecuente
con ella. El grado de oposición dependerá de la magnitud del atentado de
la ley contra su jovenlandesal. Pero entiéndeme. No digo que tenga derecho
legal. ¿Cómo habría de ser eso? Lo que tiene es obligación jovenlandesal.
En una sociedad existen corrientes jovenlandesales que unas veces son
simplemente distintas, pero otras son abiertamente contrarias. Esto es
inevitable. El conflicto es parte esencial del orden social. ¿No lo
habíamos aprendido en Marx? Siendo así las cosas, el legislador debe
tener una prudencia extrema para saber dirimir los conflictos con el
menor perjuicio posible. Lo último que ha de hacerse en una sociedad
libre es que a una de las partes se le tenga que decir que no tiene más
remedio que acatar. ¿En qué queda la libertad entonces? Claro que hay
que obedecer a la mayoría, pero también hay que respetar a la minoría.
¿No es también esto democracia?
>
> El caso el aborto es especial, y si te fijas, no abarca, que yo sepa, a los
> administrativos que mueven papeleo o a los que hacen pruebas de laboratorio,
> etc., y no tienen ellos que hacer el aborto. El caso es similar, porque un
> Ayuntamiento solo da fe y registra un matrimonio, él mismo no celebra
> contrato ninguno ni contrae nada, ni adquiere compromiso alguno.
> Se han rechazado en el TS pretensiones de objecion variadas, incluyendo por
> ejemplo la objeción fiscal. Tened cuidado con hacer de aprendiz de brujo, a
> ver si vais a dar lugar a que los funcionarios o contribuyentes ejerzan la
> objecion a pagarle a la Iglesia el pastón que le pagamos, o vete a saber a
> qué.
> El cumplimiento de las leyes no es "a la carta". El que tiene dilemas de
> conciencia para cumplir los deberes del cargo, lo que no puede en conciencia
> es ejercer el cargo. Y no hay más. La objecion de conciencia solo tiene
> sentido, en casos muy especiales y ante obligaciones que no pueden evitarse
> por renuncia voluntaria.
Su conciencia puede llevarle a dejar el cargo, por supuesto. Pero
también opino que el legislador debería evitar esa situación extrema. En
realidad no hay para tanto.
> Pero ¿entiendes entonces que nos obliguen a los demás con su jovenlandesal? Porque
> de eso es de lo que se trata en este caso, de un tema de jovenlandesal privada.
> Un concejal debería dimitir del equipo de gobierno de un Ayuintamiento, o
> de concejal incluso, por cuestiones jovenlandesales graves, pero no porque la
> jerarquia se lo ordene en un caso como este, sino simplemente cuando las
> licencias, las recalificaciones, las oposiciones, las contratas o la
> política en algún tema del Ayuntamiento, sea inmoral, o corrupta, o incumpla
> el programa electoral descarada y cinicamente. Un concejal no es un menor de
> edad jovenlandesal perpetuo, como parece creer la ICAR de todo el mundo, de todos
> los seglares. Y queda claro que nunca he oido un llamamiento de la ICAR a
> los concejales a dimitir o plantarse ante los casos mencionados. Ya se ve
> donde está lo importante....
>
En este caso no hay mandato real. La religión no tiene tal poder que
haya que obedecerla. Pero no puedes esperar que deje de aspirar a una
jovenlandesalidad que ella entiende como universal.
>
> Ya. Así que es lo mismo las leyes de una dictadura que las de un
Estado de
> derecho democratico.
Una democracia puede ser en realidad una dictadura o una tiranía. No hay
contradicción en ello.
¡Cuidado! Que pueda serlo no significa que la democracia española sea
actualmente una dictadura. Ni mucho menos. Podrá estár mejor o peor
gobernada, pero no lo es.
>
> Para tí si una ley no te gusta su aprobación es un abuso, sin más. En
> cambio, supongo que las que sí te gustan, comprendes que tienen que ser de
> cumplimiento obligado, y no pueden dejarse a que las cumpla quien quiera.
> Pues estas muy equivocado. El limite de lo que las leyes no pueden ordenar
> sin caer en el abuso sobre las personas está en los derechos fundamentales
> que reconoce la Constitución. Ahí, sí.
>
No me acuses con tanta facilidad. Hay muchas actividades que no me
gustan y cumplo por ética. Más arriba creo haberlo dejado claro.
> No es así. Si yo incumplo la ley por cuestión de mi propia conciencia,
> deberé aceptar las consecuencias de mi incumplimiento, que recaerán
> lógicamente sobre mi, y no sobre los demás, o la sociedad. Eso es un dilema
> de conciencia, y por eso es un dilema. Si no, no lo sería.
> No hay un derecho legal a resistirse a la ley, eso es una contradiccion sin
> pies ni cabeza.
Por fin. Me quedo con este párrafo. Es el conflicto de Antígona. Leyes
contrapuestas, la de la jovenlandesal familiar, que le ordena enterrar al
hermano, y la del Estado, que le ordena no hacerlo. La grandeza de la
protagonista está en que se inclina por obedecer la ley jovenlandesal y tiene
que sufrir después las consecuencias.
Lo que hay son derechos constitucionales, derechos
> individuales que la ley no puede vulnerar sion volverse ilegal ella misma.
> Lo que hay también es un principio general que establece que el
> incumplimiento de una norma debe traer las consecuencias punitivas o
> disuasorias suficientes y no más para restablecer el imperio de la ley, lo
> que en la practica significa que si incumplir una obligacion que consideras
> injusta está castigado de forma moderada y proporcional, te da efectivamente
> la opcion de aceptar la pena y no cumplir. Claro que le da la misma opcion a
> todo el mundo, incluyendo chorizos y sinverguenzas, por lo que por lo
> general es la "gente de orden" la que clama por castigos duros y
> cumplimiento a rajatabla... paradojas católicas.
(...)
>
> Eso no es más que la aplicación de la superstición tecnologica ("progreso"
> en el peor sentido), que cree que algo es diferente jovenlandesalmente porque se
> hace a maquina y a gran escala, en lugar de a mano y con más trabajo. A ver
> si vas tú a creerte que el asesinato con espada y la hoguera de leña son de
> otra pasta jovenlandesal que las ametralladoras y los hornos crematorios.
> La crueldad y el despotismo masivo, los genocidios y el espanto están ahí,
> en la historia clasica y medieval, pero por el mismo enfoque que los
> minimiza, que solo habla de honor guerrero, de evangelizacion, de patria y
> de caballeros, parecen menores. No lo son. El horror moderno es diferente
> porque lo hemos reconocido, simplemente. (Y solo hasta cierto punto.)
> Porque es lo que más importa, no la gesta heroica narrada por el poeta de
> corte.
No es por la tecnología por lo que las guerras fueron de otro género.
Fue por las reformas políticas. Este es un tema fascinante. El cambio
crucial se produce con Napoleón, fruto maduro de la Revolución Francesa.
Antes de ésta las guerras se libraban entre ejércitos de unos 40.000
hombres, reclutados a costa de las arcas reales. Las batallas no podían
prolongarse más allá de cierto punto, porque las bajas eran irreparables
y muy caras. El que iba perdiendo la batalla procuraba un desenlace
rápido por este motivo y el que la iba ganando también.
Con Napoleón cambió todo. El ejército con que invadió Rusia constaba de
500.000 soldados... reclutados en Alemania. Los perdió prácticamente
todos, pero no era un grave problema, porque habría podido volver a
reclutar nuevamente otros tantos sin mayores esfuerzos. ¡Era la nación
en armas! ¡Todo el mundo dispuesto a combatir! Millones y millones de
hombres disponibles... Los soldados eran malos, pero la cantera era
inagotable. Y, lo mejor de todo, no había que pagarles, porque luchaban
por la nación y por la patria. Esto es algo que vio perfectamente
Maquiavelo: un soldado al que se paga no es buen soldado, porque por una
paga mayor está dispuesto a combatir con el enemigo. Además, era posible
poner a toda la población al servicio de la guerra, algo que nunca jamás
había sucedido. Como contrapartida, la población se convirtió también en
objetivo militar. Fue la guerra total, disponible desde entonces.
Esto empezó entonces y no se ha detenido. En la Segunda Guerra Mundial
las democracias fueron mucho más fuertes militarmente que el nazismo,
que alardeaba de poseer la mejor organización para la guerra. Se
consiguió simplemente convirtiendo los Estados Unidos en una industria
de guerra. La máquina militar fue irresistible. ¿Habrá que decir que por
suerte?
En realidad no se trata de ferocidad, porque la ferocidad es algo
biológico, animal y, por extensión, humano. No lo es el empleo de 700
trenes de munición y la fin de 300.000 soldados del ejército vencedor
para conquistar 100 kms2 de ciénaga inútil, como reza un ejemplo de la
Primera Guerra Mundial. No es ferocidad. Es contabilidad. Y lo mejor de
todo: una sociedad arrasada por esta clase de guerra se levanta en poco
tiempo, recuperando su tasa poblacional en pocos años, como si nada
hubiera pasado. Puede, por tanto, empezar de nuevo.
>>>En cuanto a la imaginación para la ferocidad, eso es que tienes poca,
>
> porque
>
>>>los genocidios, matanzas a gran escala y crueldad espantosa están
>
> inventados
>
>>>de antes sobradamente, y la propia histoira de la Iglesia está llena de
>>>ellos. Y sin complejos, como decía el otro.
>>
>>No puedo estar de acuerdo, y no porque los antiguos no fueran tan
>>crueles como los modernos, sino porque no pudieron ni siquiera soñar en
>>disponer de los medios políticos y técnicos de que disponen éstos. Si el
>>rechazo actual -al que me adhiero con toda el alma- es una reacción
>>moderna es por lo que ha ocurrido.
>
>
> No lo creo. Ha habido genocidios masivos, matanzas espantosas, opresion y
> crueldad hasta límites que efectivamente hay que hacer esfuerzo para
> imaginar. Simplemente, mientras los sufrian "otros" (los paganos, los
> infieles, las mujeres "sin decencia", los campesinos serviles, los neցros,
> los judíos, los filisteos, los eslavos, los irlandeses, los barbaros, los
> enemigos, los indios, los chinos) no eran importantes, no conmovían, no
> generaban empatía ni compasión ninguna.
> Ahora poco a poco vamos ampliando el concepto de persona, de humano, hasta
> que empieza a comprender en efecto a los humanos. Por eso lo que sucedió
> tantas veces, pero no importaba porque pasaba a gente que dudosamente era
> humana, o era como si no lo fuera, no generó el mismo horror en su momento,
> y ahora es como si no hubiese sucedido nunca.
>
> (...)
>
>
>